Feijóo ultima un viaje a Iberoamérica para reforzar su perfil exterior frente a Sánchez

Hay una pata que cojea en la "alternativa" a la que Alberto Núñez Feijóo fía su aterrizaje en la Moncloa. Hasta la fecha, el aspirante a la presidencia del Gobierno no ha trabajado en exceso su perfil internacional, en contraste con un Pedro Sánchez que se mueve como pez en el agua en el ámbito exterior. El jefe de la oposición sabe cuál es su punto débil, pero está dispuesto a enmendarlo. Por lo pronto, su equipo ultima una gira por Iberoamérica prevista para este mismo otoño, con la que prevé dar el pistoletazo de salida a una agenda internacional que ha estado prácticamente desierta desde que llegó a la presidencia nacional del PP.

Por el momento, no se conocen más detalles sobre el itinerario que seguirá el líder popular, aunque su 'tour' particular se centrará eminentemente en vender el modelo económico y político que plantea para España y comenzar a tejer lazos internacionales de cara a una eventual victoria en las próximas elecciones generales. Génova ha comenzado a hilar toda su estrategia política con base en el escenario de un fin de ciclo político. Feijóo seguirá con su labor de jefe de la oposición, pero sin desatender la imagen, el discurso y el programa propios de un dirigente con posibilidades reales de ganar las próximas elecciones en España.

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Dentro de esa apuesta, la consolidación de un perfil internacional solvente es una de las grandes asignaturas pendientes de un líder que, a diferencia de Sánchez, no domina el inglés. Feijóo ya ha protagonizado algún viaje a Bruselas —de hecho, volverá a desplazarse a la capital en las próximas semanas—, pero para participar en cumbres del PP europeo y acompañado siempre de Esteban González Pons, fiel escudero del gallego en la esfera comunitaria.

La trayectoria internacional del eurodiputado no pasó desapercibida para un Feijóo que decidió entregar la llave de la Vicesecretaría de Acción Institucional y Relaciones Internacionales a su hombre en Bruselas. González Pons, que también recibió el encargo de negociar con la Moncloa la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se ha convertido en el nexo entre la dirección de Génova y Bruselas, donde cuenta con gran peso en el seno del PPE —llegó a la Eurocámara en 2014— y gran influencia sobre líderes como Manfred Weber.

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Feijóo ha fortalecido el área internacional de Génova con el nombramiento de nuevos cargos que trabajarán a las órdenes del eurodiputado y en el marco de una ampliación de la estructura orgánica nacional. El gallego ha fichado a José Herrera, exasesor de Presidencia de Isabel Díaz Ayuso, al frente del área de Acción Exterior, y a Isabel Benjumea, eurodiputada del PP e identificada con el sector más conservador del partido, que se encargará de la coordinación de los fondos europeos.

Sánchez blinda su perfil internacional

Con la gira hispanoamericana, Feijóo emulará el viaje que realizó Sánchez hace pocas semanas, y que le llevó a países como Colombia, Honduras o Ecuador. En la agenda del presidente del Gobierno nunca faltan viajes a diferentes capitales europeas, en que ha ido estrechando lazos con los principales líderes comunitarios, desde Olaf Scholz a Ursula von der Leyen, dos figuras clave en el entramado internacional con quienes Sánchez mantiene una excelente relación. Como publicó El Confidencial, Feijóo prevé reunirse con la presidenta de la Comisión Europea en octubre, en parte para ganar peso en Europa y neutralizar la influencia del dirigente socialista.

El jefe del Ejecutivo se ha volcado en los últimos meses en explotar su perfil internacional, personándose en actos de todo tipo, concediendo ruedas de prensa y entrevistas en inglés o citándose con homólogos de otros países. En su último viaje a Nueva York, la semana pasada, Sánchez anunció que presentaría su candidatura a la Internacional Socialista, justo cuando además restan pocos meses para que asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Su papel como anfitrión de la cumbre de la OTAN le brindó un espaldarazo por el éxito de la convocatoria. Hasta Feijóo reconoció la "imagen positiva" que estaba dando España con la "organización" del cónclave.

En el marco de esa estrategia por intentar ganar influencia exterior, el líder del PP tiene una gran cita pendiente para la que aún no hay fecha: un viaje a Rabat para reunirse con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, con el que coincidió el pasado mes de junio en Bruselas, un encuentro de máxima relevancia —que levanta ampollas en la Moncloa— para tratar en primera persona el giro de Sánchez con el Sáhara, que también contó con el rechazo del primer partido de la oposición.