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Feijóo huye de la vía italiana: pacto con el 'PSOE de Page' frente a una coalición con Vox
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ABONARÁ EL BIPARTIDISMO

Feijóo huye de la vía italiana: pacto con el 'PSOE de Page' frente a una coalición con Vox

El PP confía en que una derrota de Sánchez en 2023 facilitará la vuelta a los pactos de Estado. Moncloa agitará la coalición PP-Vox, pese a que el mensaje no caló en Andalucía

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto con Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto con Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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¿Habrá efecto contagio en Europa tras las elecciones en Italia? ¿Cómo afectarán a España? Estas dos cuestiones planean en los cuarteles generales de los partidos. Salvo sorpresa de última hora, la nueva presidenta será Georgia Meloni, líder de la coalición que une a Silvio Berlusconi y Matteo Salvini. Cada formación hará hoy la lectura pública que más convenga a sus intereses, pero en el tablero español la partida que está por jugar es distinta.

Vox se aferrará a la pujanza de la ultraderecha para reivindicarse como opción de gobierno tras la crisis abierta por el portazo de Macarena Olona. Las encuestas han frenado su ascenso y la fuga de voto al PP no cesa. Andalucía marcó un antes y un después que amenaza con hacerse una constante en las próximas citas electorales. Fue precisamente la dureza del discurso en el mitin junto a Meloni lo que para los analistas consultados movilizó el voto de la derecha más conservadora en favor de Juanma Moreno. El mensaje del miedo a Vox, que se agitó desde la Moncloa y el PSOE, encumbró al presidente de la Junta.

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Pague, junto a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. (EFE/Fernando Alvarado)

Ahora, Alberto Núñez Feijóo seguirá la estela. En Génova, el partido de Abascal ha pasado a ser un tema colateral. No está en los argumentarios ni en la estrategia. La reunión prevista con Abascal se demora. En julio, según fuentes populares, hubo algún contacto, pero aún siguen pendientes de cuadrar agendas para verse. No es una prioridad para el líder. Llegó a Madrid con la intención de reunificar la derecha en torno al PP y lo que era un desiderátum hoy parece plausible, con Ciudadanos en extinción y Vox en recesión.

Con los sondeos en la mano, se puede afirmar que España está virando a la derecha. La suma de PP y Vox ya sobrepasa la mayoría absoluta necesaria para gobernar, frente a un bloque de izquierdas que se desangra. El PSOE no moviliza a sus votantes y Podemos los pierde en la abstención. A falta de medir el efecto Yolanda Díaz, si se celebrasen elecciones hoy, ganaría la suma de la derecha y la ultraderecha.

Foto: La exdiputada de Vox, Macarena Olona. (EFE/Juan Carlos Caval)

Feijóo podría llegar a la Moncloa aupado por Abascal en un pacto que la izquierda homologará con la coalición ultra italiana, pese al abismo ideológico entre el PP y partidos como Hermanos de Italia. El PP aventaja entre cinco y siete puntos al PSOE en todas las encuestas publicadas e incluso en el CIS de José Félix Tezanos, si lo que se analizan son las llamadas 'tripas', previa cocina. Nada más lejos de los planes que hoy se manejan en la dirección popular. Feijóo es un convencido de que España debe volver al bipartidismo para huir de los extremos como Podemos o Vox. Si logra una clara victoria en las generales de 2023, aspira a tener un Consejo de Ministros sin sillones para los de Abascal.

En el PP, dan por hecho que con un Pedro Sánchez derrotado en las urnas emerja un socialismo como el que representa el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page con el que se puedan cerrar acuerdos y que permita que gobierne la lista más votada si no logra una mayoría absoluta. Pese a que desde Ferraz y la Moncloa hubo una clara ofensiva para dejar solo al barón díscolo, en privado cuenta con más adeptos que detractores de sus planteamientos, que entroncan con el llamado 'viejo PSOE', que espera el ocaso del sanchismo.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Ismael Herrero)

En Moncloa, el análisis es opuesto. El equipo de Sánchez ve posible una remontada en los sondeos que, según trasladan, ya han empezado a percibir. Dan por amortizado el efecto Feijóo y se encomiendan al giro a la izquierda para movilizar a su votante. En el PSOE, hay dudas sobre esta deriva y advierten de que rescatar el miedo a la ultraderecha puede ser un acicate para Feijóo. "Decir que viene la ultraderecha cabrea a la gente. El miedo por el miedo no moviliza", avisa un alto cargo socialista que circunscribe lo ocurrido en Italia o en Suecia a un hartazgo con la clase gobernante que, en el caso de España, encarna el presidente.

También preocupa en el socialismo que se ignore el trasvase de voto que está habiendo de izquierda a derecha. Ya hay casi medio millón de electores que introdujeron la papeleta del PSOE que hoy darían su confianza a Feijóo. El plan de Sánchez pasa por pescar en el bloque de izquierda, pero para una parte del PSOE no se puede renunciar al centro.

En el CIS, la clase política ha vuelto a surgir como un problema, con datos similares a los de 2015. La pandemia y la invasión de Ucrania han generado un hartazgo en la ciudadanía que se traduce en una búsqueda de certidumbres que la aleja de los partidos que han gestionado estas crisis. Los datos de valoración colocan a Feijóo por encima de Sánchez. Aún queda un año para votar y todo es susceptible de cambio, como reconocen tanto en Génova como en Ferraz. La resaca en Italia será una borrachera de expectativas para Macarena Olona, que fantasea con ser la Meloni española.

¿Habrá efecto contagio en Europa tras las elecciones en Italia? ¿Cómo afectarán a España? Estas dos cuestiones planean en los cuarteles generales de los partidos. Salvo sorpresa de última hora, la nueva presidenta será Georgia Meloni, líder de la coalición que une a Silvio Berlusconi y Matteo Salvini. Cada formación hará hoy la lectura pública que más convenga a sus intereses, pero en el tablero español la partida que está por jugar es distinta.

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