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La línea roja del PP para el debate en el Senado entre Sánchez y Feijóo
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Segundo asalto

La línea roja del PP para el debate en el Senado entre Sánchez y Feijóo

El intento del líder socialista de atacar al popular como parte de su estrategia de recuperación electoral le funcionó en el primer cara a cara. Génova tiene claro que no debe volver a ocurrir

Foto: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Sergio Pérez)
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Sergio Pérez)
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El PP quiere proteger a Alberto Núñez Feijóo de los ataques de Pedro Sánchez, marcados por la necesidad de recuperar terreno electoral. La campaña de la Moncloa para retomar el protagonismo y ocupar el centro del escenario tendrá continuación el próximo martes en el Senado. El segundo debate entre el presidente y el líder de la oposición se adivina tenso, a juzgar por el precedente del Congreso esta semana. Si así fuera, y la discusión derivase hacia las descalificaciones personales, habría consecuencias serias, advierten los populares.

El anterior enfrentamiento en la Cámara Alta entre Feijóo y Sánchez, buscado por el presidente, tuvo dos propósitos. Sánchez desplegó su programa, describió las tareas realizadas, incluso con un tono pedagógico, y señaló un marco de acción para los tiempos que vienen. En la segunda parte del debate el tono fue mucho más bronco; enumeró los insultos que había recibido por parte del PP y confrontó directamente con el líder popular. El PSOE era consciente de que el liderazgo de Feijóo había contribuido a que las encuestas dieran mayoría, por lo que puso al gallego en el punto de mira comunicativo. Tenían que sacarle de esa pasividad cómoda, obligarle a tener más presencia pública, forzarle a cometer equivocaciones, provocarle para que bajara a librar una pelea que hasta entonces había evitado. Sánchez consiguió su propósito, al menos en parte.

Un debate diferente

Muy probablemente, esta segunda presencia en el Senado de los dos líderes se aborde desde una perspectiva diferente. Sería esperable que, con las negociaciones entre los dos partidos por el CGPJ y con un acuerdo en ciernes, Sánchez opte por rebajar el tono, tender la mano y mostrar un perfil más pactista. Actuar de ese modo permitiría exponer a Feijóo por otro camino: una postura de confrontación por parte de los populares autorizaría al presidente del Gobierno a señalar al PP como el partido del enfrentamiento y del 'no a todo'.

Si la hostilidad llega al terreno personal, cualquier clase de acuerdo con el PSOE se volvería mucho más complicado

El PP ve el asunto de otra manera, ya que da por sentado que Sánchez, en esa campaña de recuperación, insistirá en su táctica de minar el liderazgo de Feijóo. Y esto lo percibe como una inequívoca línea roja: si la hostilidad llega al terreno personal y se repiten calificativos como los pronunciados en el anterior debate, cualquier clase de acuerdo con el PSOE se volvería mucho más complicado. No solo está en juego el CGPJ: hay otros asuntos, ligados con defensa y secretos oficiales, en los que el entendimiento entre los dos grandes partidos parece probable.

Catástrofe y lucha de clases

La pelea por la imagen pública de los líderes es relevante, porque añade un elemento de tensión a los ya presentes. Parece existir la intención en el PP, y así es manifestado incluso por los socialistas, de "separar asuntos como el CGPJ del resto de temas", lo que abriría un espacio de entendimiento que podría tener continuidad. 'El resto de temas' son los que aparecieron en la comparecencia en el Congreso esta semana, y conforman un argumentario muy marcado.

Los discursos apenas varían. Los socialistas insisten en el alineamiento entre la UE y Sánchez, en el marco de la defensa de la gente, "del 99%", frente a un PP que solo mira por los privilegiados y que se muestra "catastrofista y apocalíptico", como subrayó Patxi López desde la tribuna del Congreso. En ese eje se encuadran el incremento de gasto en los presupuestos ("Nunca en la Historia se ha dedicado tanto dinero para ayudar a la gente"), el aumento de los impuestos a los ricos y la defensa de la subida de las pensiones.

"No se puede hacer el discurso de ricos contra pobres con el documental de Moncloa, donde se ve a las sirvientas poniéndoles el mantel"

El PP insiste en la necesidad de un cambio, ya que el Gobierno está aumentando irresponsablemente el gasto público, fagocita las instituciones e insiste en regresar a la lucha de clases. Esta idea resulta a los populares particularmente extemporánea, y no tanto por las razones señaladas por Garamendi como por la falta de idoneidad de los socialistas para encarnarlo: "No se puede hacer el discurso de ricos contra pobres con ese documental que han rodado en la Moncloa, donde se ve a las sirvientas poniéndoles el mantel".

La pelea de los líderes

Esta falta de correspondencia entre discurso y realidad, señalan fuentes del PP, es parte del agotamiento de Sánchez, que está preso de un mundo que lo aleja de la realidad. El 'síndrome de la Moncloa', que "ha infectado a todos los presidentes", habría hecho presa también del actual, pero con una sintomatología particular: "No soporta, por vanidad, que la gente le rechace". Eso explicaría el incidente del 12-O, cuando creó un problema mayor al intentar evitar los abucheos habituales. Desde el PP señalan que la pitada es poco relevante porque ocurre todos los años y forma parte de la tradición, añaden con ironía, pero "él lo ha agravado llegando tarde y haciendo esperar al Rey, y todo porque sus edecanes no querían exponerle".

La lucha a la hora de dibujar al líder contrario con características negativas, que es lo que está de fondo, también parece claramente delimitada, con un partido socialista insistiendo en pinchar la burbuja de Feijóo, "un líder que está solo y que es más inexperto en política nacional de lo que aparenta", y un PP que insiste en la improvisación de Sánchez y el deterioro institucional que está generando.

En esa pelea, el PP parece llevar clara ventaja, a juzgar por las encuestas, que el PSOE intenta acortar con tácticas que "parecen sacadas de series de televisión". La necesidad electoral de los socialistas convierte la comparecencia del martes en interesante, porque Sánchez debe minar a Feijóo para recuperar terreno, pero si se excede, puede quebrar lo construido: si insiste en 'matar' a Feijóo, advierten desde el PP, puede poner en riesgo los avances conseguidos hasta ahora, incluidos los del poder judicial, e incluso los futuros.

El PP quiere proteger a Alberto Núñez Feijóo de los ataques de Pedro Sánchez, marcados por la necesidad de recuperar terreno electoral. La campaña de la Moncloa para retomar el protagonismo y ocupar el centro del escenario tendrá continuación el próximo martes en el Senado. El segundo debate entre el presidente y el líder de la oposición se adivina tenso, a juzgar por el precedente del Congreso esta semana. Si así fuera, y la discusión derivase hacia las descalificaciones personales, habría consecuencias serias, advierten los populares.

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