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La doble estrategia de Sánchez para reducir distancias: "El modelo económico ha cambiado"
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La doble estrategia de Sánchez para reducir distancias: "El modelo económico ha cambiado"

El Gobierno se siente seguro con el plan que ha trazado para reducir distancias demoscópicas con el Partido Popular. Según asegura, "los tiempos soplan a nuestro favor"

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Ismael Herrero)
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Ismael Herrero)
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La actividad del presidente esta semana ha sido intensa. En la sesión de control en el Congreso jugó la baza de la agresividad política al señalar a PP y Vox como un mismo partido cuyo propósito es "defender a los de arriba", y al insistir a la banca y a las energéticas en que toca arrimar el hombro y contribuir con un nuevo impuesto. Recurrió a esa retórica de confrontación que ya había utilizado cuando mencionó a los "poderes oscuros" y a las "minorías poderosas". Con este regreso al izquierdismo o al populismo, según las interpretaciones, Sánchez estaría tratando de recuperar el terreno perdido en las encuestas respecto de Feijóo.

La hostilidad con las élites económicas, sin embargo, quedó muy matizada en otros actos de la misma semana. En la presentación de la 'Alianza por España Nación Emprendedora' señaló la enorme importancia de la innovación y promovió medidas fiscales que promoviesen ese sector emprendedor, y en el BBVA Sustainability Forum alabó el papel central del sector financiero en las inversiones sostenibles. Para impulsar la innovación, mejorar el modelo productivo y combatir el cambio climático se precisa una intensa colaboración público-privada, para la que el Ibex es un aliado y no un enemigo.

Foto: Jimmie Akesson, líder de la derecha sueca. (EFE/Stefan Jerrevang)

Ambas direcciones, con esa mezcla de palabras amables y altisonantes, parecen notablemente contradictorias, pero distan mucho de serlo. Forman parte de una estrategia doble, una más electoral y otra más económica, en la que se imbrica el tono izquierdista utilizado por el presidente.

El populismo de Sánchez

Fuentes del PSOE niegan que el viraje hacia la izquierda se haya producido: "El Gobierno está planteando medidas de emergencia en una situación extraordinaria que son muy parecidas a las que otros gobiernos de corte conservador han implantado en Occidente; son propuestas de sentido común que todo el mundo está aplicando". Fuentes del Gobierno, por su parte, insisten en ese aspecto y señalan que "los paradigmas dominantes están cambiando; antes hablabas de intervenir en el mercado y de beneficios extraordinarios y eras un rojo peligroso; ahora son las instituciones internacionales las que lo promueven. Es el momento de la regulación de los mercados y eso es lo que está dejando al PP descolocado".

Esa es la brecha que está intentando aprovechar el partido socialista a la hora de ganar recorrido electoral: en la medida en que los modelos internacionales están modificándose y que los gobiernos se ven obligados a adoptar medidas extraordinarias, el PSOE percibe la oportunidad de minar a Feijóo, su principal objetivo, al señalarle como un líder que no está en sintonía con la época, que se ha equivocado al oponerse al impuesto y que se muestra demasiado pendiente de defender a las eléctricas.

El tono elevado de estas críticas ha molestado en algunos sectores del PSOE, que entienden que "esa actitud, un poco sobrada" no es conveniente

En ese marco discursivo hay que interpretar las referencias a "los de arriba" y demás expresiones ligadas al populismo: no se trata de ser más de izquierdas, sino de atacar a Feijóo. O dicho en palabras de fuentes del Gobierno, "es comprensible que las eléctricas defiendan sus intereses, pero no lo es que el PP ejerza de su portavoz. No se entiende que, existiendo un problema social importante, Feijóo decida defender a ultranza a las compañías energéticas y a la banca".

El tono elevado de estas críticas, sin embargo, ha molestado en algunos sectores del PSOE, que entienden que "ese lenguaje y esa actitud, un poco sobrada, respecto del PP" no es conveniente, ya que el presidente "debería adoptar un tono más institucional, con más tranquilidad". Se debe combatir a Feijóo y plantar cara a las energéticas, pero "todo lo que sea eliminar crispación y bronca nos conviene; un tono más sosegado nos acerca a votantes que se han quedado en casa o que abandonaron a Ciudadanos, que es por donde podemos crecer".

El plan de Sánchez

Más allá de la pugna electoral, el presidente ha dedicado la semana a impulsar decididamente su programa económico. Ha visitado distintos foros y en todos ellos ha mostrado su perfil más institucional, ha expuesto su visión y las acciones que está llevando a cabo para desarrollarla, y se ha mostrado solícito con las empresas.

Sánchez quiere convertir España en una "gran potencia exportadora de energía renovable", para lo que se precisa, además de una política de Estado, "una alianza con el sector privado que cuente con los incentivos adecuados". La transición ecológica y energética, afirmó Sánchez en el foro del BBVA, tiene en el sector financiero un actor "neurálgico y central a través de las inversiones sostenibles".

Sánchez entiende que su agenda está alineada con las necesidades de la Unión Europea y cree que este es el momento de implantarla

El problema es que hay sectores que se resisten a los cambios y que no se alinean con las transformaciones que necesita España. Hay una parte de las élites económicas que no está realizando el esfuerzo preciso: "Solo el 14% de las compañías cotizadas españolas tienen planes para alcanzar emisiones cero en 2050", como señaló el presidente. La agenda verde requiere otro enfoque desde el mundo financiero: se precisan "inversores responsables y pacientes no coartados por la maximización de beneficios". Las élites que insisten en los combustibles fósiles, el capital impaciente que las apoya y la negativa de algunas firmas a alinearse decididamente con la sostenibilidad y la transición energética, están de fondo en las críticas del presidente.

En esa pugna, Sánchez entiende que su agenda está alineada con las necesidades de la Unión Europea y cree que este es el momento de implantarla de una manera decidida, porque los tiempos le favorecen. En parte porque ha llegado el momento de una nueva perspectiva económica ("Ahora se requiere mucha más intervención que hace 20 años; si antes la idea principal era ahorrar, ahora toca gastar", afirman fuentes del Gobierno), en parte porque esa inversión debe tener un destino renovador. Los fondos europeos forman parte de ese movimiento que debe llevar a España a convertirse en un país emprendedor, con un modelo productivo diferente, en el que la colaboración público-privada sea relevante, y que sitúe a nuestro país como una gran potencia en energías renovables.

Los obstáculos para el PSOE

Las medidas económicas paliativas y coyunturales para lidiar con el aumento de los precios y la transformación de España en una dirección ecológica son los puntos centrales del programa de Sánchez. Ambos objetivos se encuentran con escollos, desde su perspectiva: una derecha que se opone a la transformación y esa parte de las élites que no se han alineado con la dirección sostenible que España necesita.

De modo que más que una política dirigida a ganarse a la izquierda, Sánchez está jugando con la hostilidad respecto a un adversario político que le lleva ventaja y administra un programa de futuro económico alineado con la UE. Habrá que ver si ambas cosas son suficientes para recuperar la ventaja demoscópica que le saca el PP; como aseguran fuentes del gobierno, "el PSOE tiene el viento a favor, pero eso por sí solo no es garantía de éxito". En todo caso, el plan de Sánchez para recuperar terreno está lanzado, y pasa por combinar ambos aspectos: ataque a Feijóo y programa económico de renovación.

La actividad del presidente esta semana ha sido intensa. En la sesión de control en el Congreso jugó la baza de la agresividad política al señalar a PP y Vox como un mismo partido cuyo propósito es "defender a los de arriba", y al insistir a la banca y a las energéticas en que toca arrimar el hombro y contribuir con un nuevo impuesto. Recurrió a esa retórica de confrontación que ya había utilizado cuando mencionó a los "poderes oscuros" y a las "minorías poderosas". Con este regreso al izquierdismo o al populismo, según las interpretaciones, Sánchez estaría tratando de recuperar el terreno perdido en las encuestas respecto de Feijóo.

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