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Sánchez y Feijóo escenifican otro choque por el CGPJ en un 12-O marcado por el vacío del Poder Judicial
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DÍA DE LA FIESTA NACIONAL

Sánchez y Feijóo escenifican otro choque por el CGPJ en un 12-O marcado por el vacío del Poder Judicial

A la ausencia de Carlos Lesmes, cuya renuncia obligó a PSOE y PP a activar las luces de emergencia, se sumó buena parte de la cúpula judicial, que no recibió la invitación del Gobierno para asistir al desfile militar

Foto: Felipe VI (d), junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). (EFE/Rodrigo Jiménez)
Felipe VI (d), junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). (EFE/Rodrigo Jiménez)
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No hubo anécdota durante la jornada de la fiesta nacional —ni siquiera el error de protocolo de Pedro Sánchez— que lograse suplir el gran debate que entró como elefante en una cacharrería en los corrillos del Palacio Real. La celebración de este 12 de octubre ha estado marcada por el vacío del Poder Judicial. No solo por la ausencia de Carlos Lesmes, cuya renuncia obligó a PSOE y PP a activar la vía de emergencia, sino porque el Gobierno dejó fuera del acto militar a la cúpula judicial. La profunda crisis institucional monopolizó todas las conversaciones. Y esa circunstancia llevó a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a escenificar la enésima exhibición de fuerza por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El fallo del Ejecutivo a la hora de tramitar las invitaciones para el desfile de las Fuerzas Armadas a los presidentes de todas las salas del Tribunal Supremo, al de la Audiencia Nacional y a los presidentes de los tribunales superiores de Justicia no hizo sino alimentar la tensión entre la clase política y el poder judicial. La situación levantó una ola de indignación entre los jueces, que ven una maniobra intencionada por parte del Gobierno justo cuando comienza a gestarse una batalla por la sucesión de Lesmes.

Foto:  Los reyes Felipe VI y Letizia saludan al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Chema Moya)

Desde la Moncloa, niegan intencionalidad en el error que impidió el envío de las invitaciones personales a las citadas personalidades, pero fuentes del Tribunal Supremo insisten a El Confidencial que el Gobierno no solo no envió las entradas nominales, sino que tampoco tramitó una invitación genérica de urgencia para que los magistrados pudiesen asistir al desfile. Las mismas voces aseguran que intentaron hasta última hora de la noche del martes contactar con el Gobierno a través de protocolo y de Presidencia para tratar de solucionar el problema, pero no hubo manera. El malestar por lo que consideran un desplante calculado del Ejecutivo sigue muy presente en el alto tribunal.

Foto: El presidente del Gobierno, junto al Rey, en el desfile de 2021. (EFE/Chema Moya)

Las mencionadas autoridades sí pudieron asistir a la recepción solemne que preside el Rey tras el desfile, pero ya en este escenario el protagonismo se lo llevaron Sánchez y Feijóo. Las dos partes prometieron "discreción" a la hora de desvelar el contenido de las más de tres horas de reunión que mantuvieron en la Moncloa el pasado lunes. Y no se puede decir que no cumplieron. La única conclusión de aquella cita fue la promesa de "avances" y la convicción de que, después de cuatro años, el acuerdo estaba "cerca". No era de extrañar que todos los ojos se posasen sobre los dos mandatarios en busca de más detalles.

Tanto Sánchez como Feijóo, separados por escasos metros de distancia y una melé de invitados en el comedor de gala del Palacio Real, allanaron la pista de aterrizaje para un pacto que podría estar listo en "días". Pero no tardaron en marcar territorio y desenvainar condiciones en un nuevo pulso que ya resulta familiar. Ya sea por mantener la compostura negociadora ante sus electores en el marco de las conversaciones que mantienen desde hace días los equipos negociadores de la Moncloa y Génova, o por un juego de resistencia por imponer su criterio al contrario, los dos líderes protagonizaron un nuevo choque este 12 de octubre que enturbia la aparente sintonía con que PSOE y PP se han dado "una última oportunidad" para desatascar el CGPJ.

El presidente del Gobierno se niega a reformar el sistema de elección de la cúpula judicial para dar más peso a los magistrados, por lo que tampoco ve viable dejar por escrito su compromiso para hacerlo en los próximos meses. A nadie hubiese sorprendido esta afirmación hace meses o incluso semanas. El problema es que lo hizo pocos minutos después de que Alberto Núñez Feijóo comentase en otro corrillo de periodistas que el acuerdo para la actual cúpula del CGPJ debe ir acompañado de una garantía para reformar el marco legal en un plazo máximo de seis meses. Vuelta a la casilla de salida.

Foto: Felipe VI y Pedro Sánchez, en el desfile del 12 de octubre. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El jefe del Ejecutivo manifestó cierta sorpresa por las palabras del líder de la oposición. En su última cita privada, Sánchez pactó con Feijóo que esta vez no habría cláusulas previas que alejasen el esperado acuerdo. Al menos según su versión, porque los populares insisten en que su requisito para cambiar el sistema sigue tan vigente como el primer día. "Sabe perfectamente que la reforma no es una condición, y no puede serlo. Habrá que encontrar otras vías", zanjó Sánchez. Recordó que el sistema que propone el PP ya contó con el rechazo de la mayoría parlamentaria en dos ocasiones, por lo que, a su juicio, no es una mejora válida.

Sánchez: "Feijóo sabe perfectamente que la reforma del sistema no es una condición, y no puede serlo. Habrá que encontrar otras vías"

Feijóo y Sánchez no conversaron durante la recepción, al menos a ojos del público. Pero se dijeron, quizá, muchas más cosas de las que trataron en privado. El líder del PP puso negro sobre blanco que no habría acuerdo sin compromiso escrito para despolitizar el CGPJ. Si se cumplen unos requisitos de "idoneidad", en línea con la tesis de Bruselas, el pacto estará listo en "días". "La imagen que estamos dando a Europa negándonos a cambiar el sistema es de intercambio de cromos. Esto se tiene que acabar ya", insistió.

"Esto no es un problema de PP o de PSOE, es un problema de Estado". Y como tal, siguió Feijóo, el Gobierno debe garantizar que se tramitará una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial por el procedimiento de urgencia para que, en la próxima renovación, los jueces tengan "más peso" en la confección de sus órganos. El PP quiere regular también por ley las llamadas 'puertas giratorias' para blindar la Justicia de cargos vinculados a la política, y que "una ministra no pueda ser nombrada fiscal general del Estado al mes de cesar en su puesto".

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Feijóo ha elevado una línea roja que Sánchez rechaza. En el PP defienden que es su líder quien ha dado el "primer paso" para tratar de desencallar el acuerdo, y creen primordial que, en el marco de una negociación, haya una contraprestación. "Nos tienen que dar algo para vender nuestra posición ante nuestros electores", señala un barón popular. "Si por Sánchez fuera, nos intercambiaríamos esta tarde unos nombres y se acabó", completa otro presidente autonómico.

Con todo, la negociación "progresa adecuadamente", en palabras de uno de los protagonistas de la misma, Félix Bolaños. Pedro Sánchez también quiso mostrarse "cauto", ya que todo intento anterior ha terminado en fracaso. "Y han sido cuatro años", señaló. Cree, no obstante, que "podemos estar ante un acuerdo que es necesario". Las hojas del calendario siguen pasando y el pacto se retrasa. PSOE y PP intentan un encaje de bolillos por enésima vez. Europa vigila mientras la herida abierta por la ingente crisis judicial sigue supurando.

No hubo anécdota durante la jornada de la fiesta nacional —ni siquiera el error de protocolo de Pedro Sánchez— que lograse suplir el gran debate que entró como elefante en una cacharrería en los corrillos del Palacio Real. La celebración de este 12 de octubre ha estado marcada por el vacío del Poder Judicial. No solo por la ausencia de Carlos Lesmes, cuya renuncia obligó a PSOE y PP a activar la vía de emergencia, sino porque el Gobierno dejó fuera del acto militar a la cúpula judicial. La profunda crisis institucional monopolizó todas las conversaciones. Y esa circunstancia llevó a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a escenificar la enésima exhibición de fuerza por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

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