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"Mira, Luis, te voy a pasar el contacto": Medina y la universidad del 'networking'
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LOS PERSONAJES 'SECUNDARIOS' DEL CASO

"Mira, Luis, te voy a pasar el contacto": Medina y la universidad del 'networking'

El juez ha citado como testigo a María Díaz de la Cebosa, la presidenta de la universidad americana CIS que le puso en contacto con el primo del alcalde, Carlos Martínez-Almeida

Foto: Luis Medina Abascal, a su llegada a los juzgados de Madrid. (Cordon Press)
Luis Medina Abascal, a su llegada a los juzgados de Madrid. (Cordon Press)
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—A mí quien me pasa el contacto del ayuntamiento es la directora de mi antigua universidad, que me dice que conoce... Que tiene contacto.

—¿Y nos puede decir el nombre de esta persona?

—Se llama María Díaz de la Cebosa, y ella me dice: "Luis, yo conozco bien al hermano del alcalde, Carlos". Entonces me da su número, yo le escribo a Carlos y Carlos me dice: "Mira, Luis, te voy a pasar el contacto de la persona...".

En abril de 2021, durante su declaración ante la Fiscalía, Luis Medina se presentó como un simple "facilitador" que, a través de estas dos personas, logró poner en contacto a otras dos: su socio Alberto Luceño y la funcionaria del Ayuntamiento de Madrid Elena Collado. Por aquella gestión, Medina cobró un millón de dólares, una comisión que este lunes indignó al juez durante sus interrogatorios a los empresarios: "¿A usted le parece normal?", llegó a preguntar el magistrado.

Pero normal o no, aquel contacto no estaba al alcance de cualquiera. Más allá de la presunta estafa, la investigación ha demostrado que Luceño no se equivocó al recurrir a Medina para buscar compradores. Su agenda les permitió llegar a estas personas clave, aunque ni siquiera él supo presentarlas correctamente ante la Fiscalía: Carlos Martínez-Almeida es el primo del alcalde, no su hermano, y María Díaz de la Cebosa es la presidenta de la Universidad CIS de Madrid, no su directora. El juez ya ha citado a la segunda como testigo el 9 de mayo. En cuanto a Martínez-Almeida, este jueves dio tres días a las partes para que se pronuncien sobre su posible imputación.

La universidad del 'networking'

El papel de Medina como facilitador no puede explicarse sin Díaz de la Cebosa. "Ella es la directora de una universidad en la que yo estuve un año y con la que mantengo buena relación", relató al juez. El empresario se refería así a la universidad americana de Madrid, The College for International Studies, uno de los centros más elitistas de España: el curso cuesta más de 15.000 euros anuales, a lo que cabe sumar tutorías de una hora por 65 euros o un paquete de 'coaching' por 1.020. Entre sus alumnos más mediáticos, destaca Felipe Marichalar y Borbón, al que la propia Díaz de la Cebosa entregó su diploma de graduación en el Club de Campo de Madrid hace tres años.

"En el CIS, el 'networking' es muy importante, y funciona", aseguran sus alumnos en un vídeo promocional de 2020. "Muchos alumnos han montado empresas juntos, pero esto no empieza al acabar la universidad, sino que es parte de nuestro día a día en el CIS. Los alumnos montan sus talleres de 'networking' mientras estudian su carrera". Una vez conseguida esa red de contactos, el objetivo es claro: "Vemos la carrera como lo que es, la carrera que se escoge para pegar el gran salto".

Según el relato del comisionista, a través de esta 'networking' Díaz de la Cebosa le derivó a Carlos Martínez-Almeida. El Confidencial ha contactado a la universidad para aclarar la relación de su presidenta con el primo del alcalde, pero no ha obtenido respuesta. Pese a ello, la conexión entre ambos queda reflejada en una organización vinculada a la universidad: la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights, en la que ella figura como presidenta y él como "secretario no patrono" del equipo directivo.

"Fines de la fundación: la difusión y promoción de los principios y valores contenidos en la letra y el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas", sostienen en su inscripción ante el registro de fundaciones. Entre sus proyectos, la web destaca el programa 'Teach Truth to Power', que consiste en "una serie de cursos dirigidos a educadores" para impartir este "programa didáctico" a sus alumnos.

Gracias a esa relación entre Díaz de la Cebosa y Martínez-Almeida, que se presenta en la web de la fundación como abogado y "asesor jurídico de distintas sociedades del ámbito sanitario, industrial, tecnológico y financiero", Medina consiguió llegar hasta el Ayuntamiento de Madrid. Así se lo relató al juez durante su declaración de este lunes:

—¿Conoce usted a Carlos Martínez Almeida?

—De nada.

—Y si no le conoce de nada, ¿por qué le llamó? ¿Le llamó usted o le llamó él? ¿Llamó usted a Carlos Martínez-Almeida?

—Yo llamo, claro...

—¿Sí? ¿Y qué le dice a este señor si no le conoce de nada?

—¿Qué le digo si no le conozco de nada? Vamos a ver, yo hablando con esta señora, María, le digo que quiero contactar con la comunidad o el ayuntamiento y ella me dice: "Oye, yo tengo amistad con...".

—Sí, eso me lo ha contado, por favor, no nos repitamos. Ya me ha contado "tengo amistad con Carlos Martínez-Almeida". Muy bien, le da el teléfono. ¿Qué le dice usted a Carlos Martínez-Almeida?

—"Buenas noches, tengo intención de... Tenemos mascarillas para poder vender, ¿con quién podría hablar en el ayuntamiento?". Y a eso no recuerdo si me lo pasa por 'e-mail' o cómo, pero me manda el teléfono de...

A partir de ahí, el juez insistió en el modo en que le facilitó el contacto del consistorio, pero Medina aseguró no estar seguro: "Si mal no recuerdo, fue un 'e-mail' lo que me dio primero". En concreto, el de la responsable de compras de material sanitario del ayuntamiento, Elena Collado, quien también comparecerá como testigo el 9 de mayo.

De la bisutería a las mascarillas

Una vez llegaron hasta la funcionaria, Medina sostiene que su socio Luceño "hizo todo el trabajo" hasta cerrar los tres contratos con el consistorio. En cuanto a su relación con este empresario, el hijo de Naty Abascal y el antiguo duque de Feria ya explicó hace un año durante su declaración ante la Fiscalía Anticorrupción cómo entabló amistad con el mismo: "Le conocí hace muchísimos años por una empresa en la que yo estaba trabajando de bisutería. Él venía de ese sector. Le hablo de hace 15 años".

Revistas como el '¡Hola!' dejan constancia del paso de Medina por este sector: 'Luis Medina presenta su nueva colección de joyas', publicaba en diciembre de 2014. En cuanto a Luceño, el empresario fue directivo de la firma de "joyería artesanal" Unode50, así como de la marca especializada en moda femenina Poète.

Tras conocerse en el mundo de la bisutería, ambos siguieron en contacto, según relató el propio Medina al juez: "A partir de 2018, más o menos, es cuando yo empiezo a trabajar con las materias primas y ahí ya empiezo a tener un contacto con él recurrente". Pese a ello, ninguna de estas conversaciones terminó en negocio, situación que se mantuvo hasta el arranque de la pandemia: "Nosotros ya en esa época, por lo de las mascarillas, como veníamos de trabajar con materias primas, obviamente contactos que tenemos, proveedores, nos empiezan a llamar". De esta manera, Medina puso en marcha su 'networking' y ambos terminaron vendiendo material sanitario al consistorio.

El juez investiga a los dos empresarios por estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales. En el caso de Medina, añade también el delito de alzamiento de bienes. Las pesquisas se centran en que inflaron los precios de los tres contratos con el ayuntamiento para enriquecerse en plena pandemia. Por vender guantes, mascarillas y test, Medina se embolsó un millón de dólares y Luceño, otros 5,1. "Pa la saca", celebró este último en un correo enviado a su socio el 30 de marzo de 2020.

—A mí quien me pasa el contacto del ayuntamiento es la directora de mi antigua universidad, que me dice que conoce... Que tiene contacto.

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