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El Gobierno se asoma al abismo: el 'Catalangate' deja a Sánchez en manos de Feijóo
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VOTACIÓN AGÓNICA EN EL CONGRESO

El Gobierno se asoma al abismo: el 'Catalangate' deja a Sánchez en manos de Feijóo

El bloqueo de ERC al decreto económico del Ejecutivo por el caso Pegasus sitúa a la oposición como la llave para salvar a Sánchez de una dolorosa derrota en el Congreso. El presidente ya ha accedido a tramitarlo como proyecto de ley

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Zipi)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Zipi)
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En tan solo 48 horas, la oposición ha visto cómo en Moncloa han pasado del 'no seréis decisivos' al 'qué pedís'. El Congreso fue testigo el miércoles de un auténtico frenesí de llamadas, reuniones y wasaps para intentar salvar una votación que debía transcurrir sin dificultades, pero que ahora puede sumir a Pedro Sánchez en una dolorosa derrota. Las medidas contenidas en el llamado decreto 'anticrisis' del Gobierno, como la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante o la prórroga de la rebaja del IVA en la factura eléctrica, podrían quedar sin efecto este jueves si ganan los noes a los síes. Y, de momento, el presidente del Ejecutivo no tiene los apoyos suficientes. El pesimismo compite con el nerviosismo en las filas socialistas. La alarma es máxima. No hay plan de emergencia. La única salida que contemplan pasa por aprobar el decreto, lo que ha obligado al PSOE a entregarse a los brazos de Alberto Núñez Feijóo, que no desvelará su posición hasta el filo de la votación.

En las horas previas al debate de este jueves, el ambiente en el Congreso era irrespirable. La Cámara Baja no vivía un estado de nervios igual desde la agónica votación de la reforma laboral, en la que Sánchez logró sacar adelante su proyecto gracias al error de un diputado del PP, Alberto Casero. 175 síes y 174 noes salvaron al Ejecutivo del desastre. En aquella ocasión, ERC también se descolgó del acuerdo, aunque por motivos radicalmente distintos a los que ahora mueven a los republicanos. El ya apodado como 'Catalangate' amenaza con llevar al Gobierno al abismo. Al término del miércoles, los de Gabriel Rufián seguían instalados en el no, lo que precipitó una avalancha de llamadas y reuniones protagonizadas por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con los distintos grupos. Las cuentas no salían, y lo que es peor: siguen sin salir.

A esta hora, el Gobierno tiene garantizados 168 síes, los que suman PSOE, Podemos, PNV, PDeCAT, Más País, Compromís y el PRC. A ellos hay que sumar el previsible voto favorable del diputado de Teruel Existe, que exigía su tramitación como proyecto de ley, algo a lo que Moncloa accedió a última hora de la noche del miércoles. En el no solo se sitúan con claridad los dos exdiputados de UPN Carlos García Adanero y Sergio Sayas —según trasladan en el entorno de los dirigentes— y Vox. Pero son muchas las fuerzas que se acercan al rechazo, entre ellas ERC, Bildu, Junts, CUP o el BNG, al borde de ejecutar su 'vendetta' contra el Ejecutivo por el escándalo de Pegasus y el presunto espionaje a decenas de líderes independentistas con el aval del Ministerio de Defensa.

Pero el Gobierno ha decidido aferrarse a otra vía: la de la derecha. Ciudadanos aclaró en la tarde del miércoles que están más cómodos en el voto en contra, mientras que el PP mantiene la incógnita y se ofrece a salvar a Sánchez a cambio de que recoja algunas de sus recetas económicas. Los populares remitieron una carta a Moncloa en la que lanzaban su última oferta a Sánchez: tramitar el decreto como proyecto de ley e incorporar antes de que termine el presente periodo de sesiones cuatro "aspectos básicos": rebaja del IRPF para rentas medias y bajas; reducción del IVA para suministros básicos; recorte del gasto burocrático, y un compromiso para una gestión eficiente de los fondos.

La desesperación y la extrema fragilidad del Gobierno de coalición en esta votación llevaron al Ejecutivo a dar un volantazo de última hora para tratar de acercar posturas con el PP: tras recibir la misiva con la firma de Juan Bravo, el PSOE accedió a tramitar el decreto como proyecto de ley para abrirlo a las aportaciones de los grupos, un mecanismo que, hasta la fecha, no contemplaban en las filas socialistas. Pero no es suficiente para Feijóo. Las condiciones para el sí están estipuladas en la misiva, aunque contemplan la abstención en caso de que el Gobierno quiera negociar solo parte de sus propuestas económicas. Si no hay ningún contacto en ese sentido, "podemos votar perfectamente que no", advierten los populares.

Es el escenario que el PSOE quiere esquivar a toda costa. Le basta con una abstención, ya que la aprobación del decreto requiere únicamente de mayoría simple, es decir, más síes que noes. Convencer al menos a la formación naranja para que se decante por la abstención inclinaría la balanza a favor de Sánchez, pero por la mínima si el 'bloque Pegasus' vota definitivamente en contra. La llave más segura la tiene, por tanto, Feijóo. "Si nadie aborda con nosotros con profundidad y seriedad nuestra propuesta, no vamos a apoyar el decreto", insisten en el PP.

Foto: El diputado de ERC Gabriel Rufián. (EFE/Guillén)

Antes que con el PP, el Gobierno intensificó especialmente los contactos con Ciudadanos. El partido naranja ya salvó otras votaciones clave en las que el PSOE no contaba con el beneficio de ERC —el caso más reciente fue el de la reforma laboral—, pero esta vez se sitúa mucho más lejos del acuerdo. Félix Bolaños se reunió el miércoles por la mañana con el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, un gesto que no tuvo con su homóloga del PP, Cuca Gamarra.

Tras la reunión, el ministro socialista se comprometió a volver a estudiar las exigencias de los de Inés Arrimadas, aunque cerró la puerta a la máxima a la que Ciudadanos vincula su apoyo: un cambio en la política nuclear para alargar la vida útil de las centrales. "Estábamos decidiendo entre el no y la abstención. Después de estudiar el decreto, nos hemos decantado por el no", advertía Bal tras su cita con Bolaños. Fuentes de los liberales aseguran atisbar la "desesperación" del Gobierno, que lleva "semanas" ignorando sus peticiones para negociar el decreto 'anticrisis'. "Llaman porque saben que se van a hundir", lamentan.

Podemos exige evitar al PP

Cada paso que el ala socialista daba hacia la vía de la derecha apagaba un poco más la posibilidad de ceder en las peticiones de sus socios habituales para no romper definitivamente las relaciones con Sánchez. Los votos más valiosos para el Ejecutivo son los 13 de ERC, que vinculaba toda posibilidad de acuerdo a que el Gobierno accediese a crear una comisión de investigación en la Cámara Baja para "depurar responsabilidades" por el escándalo de Pegasus. La indignación fue creciendo con el paso de las horas entre las formaciones independentistas, sobre todo después de las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en la sesión de control por "justificar" el presunto espionaje. "¿Qué debe hacer un Estado cuando alguien vulnera la Constitución, declara la independencia, corta las vías públicas o realiza desórdenes públicos?", lanzaba Robles tras una interpelación de la diputada independentista Mireia Vehí.

Nada movió a Gabriel Rufián del no. Ni la reunión con Félix Bolaños ni su cita con Meritxell Batet, a la que exigió emprender acciones legales como presidenta del Congreso para esclarecer el 'hackeo' de los móviles de algunos diputados independentistas de la Cámara. Los republicanos defienden, además, que no les costaría justificar un voto en contra por la "presión" del ecosistema político catalán, y se sacuden el "chantaje" del Gobierno, que insiste en no vincular la polémica por el presunto espionaje con un decreto con medidas económicas favorables para los españoles.

Pero la intención de Sánchez de dejarse abrazar por Feijóo puede tener otra derivada: abrir un nuevo cisma dentro del Ejecutivo por el malestar ya presente en las filas de Podemos por el acercamiento patente entre PSOE y PP. Los morados pujarán por que Sánchez mantenga el rumbo de la investidura con los 'aliados' habituales, e insisten en que un pacto con Feijóo que arrinconase a las fuerzas independentistas sentaría un mal precedente. El portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, reafirmó este miércoles la exigencia de que el Gobierno vuelva a mirar a su izquierda y responda a las peticiones de ERC y Bildu. Y añadió que, además de una comisión de investigación, "tienen que rodar cabezas".

En tan solo 48 horas, la oposición ha visto cómo en Moncloa han pasado del 'no seréis decisivos' al 'qué pedís'. El Congreso fue testigo el miércoles de un auténtico frenesí de llamadas, reuniones y wasaps para intentar salvar una votación que debía transcurrir sin dificultades, pero que ahora puede sumir a Pedro Sánchez en una dolorosa derrota. Las medidas contenidas en el llamado decreto 'anticrisis' del Gobierno, como la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante o la prórroga de la rebaja del IVA en la factura eléctrica, podrían quedar sin efecto este jueves si ganan los noes a los síes. Y, de momento, el presidente del Ejecutivo no tiene los apoyos suficientes. El pesimismo compite con el nerviosismo en las filas socialistas. La alarma es máxima. No hay plan de emergencia. La única salida que contemplan pasa por aprobar el decreto, lo que ha obligado al PSOE a entregarse a los brazos de Alberto Núñez Feijóo, que no desvelará su posición hasta el filo de la votación.

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