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Moncloa pide auxilio a la derecha: negocia con Cs y PP para salvar el decreto
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ALARMA EN EL GOBIERNO

Moncloa pide auxilio a la derecha: negocia con Cs y PP para salvar el decreto

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se ha reunido con el portavoz de Cs, Edmundo Bal, para ofrecerle un acuerdo. La ministra de Hacienda tiende puentes con Génova

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Senado. (EFE/Zipi)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Senado. (EFE/Zipi)
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La presión de sus socios habituales ha vuelto a poner a Pedro Sánchez contra las cuerdas. El Gobierno se enfrenta este jueves a un debate clave, el del decreto para paliar las consecuencias económicas y sociales derivadas de la guerra de Ucrania. Perder una votación de estas características sería una dura derrota en la recta final de la legislatura y evidenciaría la debilidad del Ejecutivo, sin la confianza del bloque al que confió su investidura y cuyo respaldo ha sostenido la coalición votación a votación. Pero el escándalo de Pegasus ha dado la vuelta al tablero parlamentario. Los nervios se han instalado en Moncloa. Asumen que ERC quiere cobrarse la venganza por el espionaje al independentismo, por lo que no les ha quedado más remedio que remangarse y pedir auxilio a la derecha.

Según ha podido saber El Confidencial, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha mantenido una reunión en la mañana de este miércoles en el Congreso de los Diputados con el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal. Esta vez, tal y como confirman fuentes conocedoras de estas conversaciones, sí ha habido negociación. El dirigente naranja ha presentado de nuevo su programa de propuestas al Gobierno, y este se ha abierto a valorarlas para sacar a Ciudadanos del no, posición en la que aún encuentran. Fuentes del partido de Inés Arrimadas aseguran que solo valorarán la abstención si el Gobierno acepta algunas de sus propuestas económicas, como deflactar los tipos del IRPF o aprobar un plan de recursos hídricos que permita apostar por centrales hidroeléctricas.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE/Zipi)

Del mismo modo, y tras varios días de inmovilismo total y de despreciar el plan fiscal de Feijóo, el Gobierno ha decidido cambiar el paso con el PP. Fuentes populares aseguran que ya ha habido una interlocución entre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el vicesecretario de Economía de Génova, Juan Bravo. A cambio de facilitar la aprobación del decreto, el PP ha lanzado una última oferta: ha enviado una carta a Moncloa en la que exige, a cambio de su 'sí', que se tramite el texto como proyecto de ley y se comprometa por escrito a que se debatan las enmiendas en este periodo de sesiones. Este último punto es relevante, ya que diversos grupos se quejan de que la oferta del Gobierno de abrir el decreto a cambios en la tramitación parlamentaria es una "trampa", ya que se puede dilatar el debate de las enmiendas de forma indefinida.

Además, para votar a favor del decreto, no renunciarán a cuatro "aspectos básicos": una rebaja de impuestos para las rentas medias y bajas; una reducción del IVA para la electricidad de acuerdo a las normas comunitraias; una gestión eficiente de los fondos europeos; y una reducción del gasto burocrático y político del actual Gobierno. "Quedamos a la espera de una respuesta por parte de la ministra en la tarde de hoy", zanjan en Génova.

Atraer al PP a la abstención resultaría vital para salvar el plan económico del Gobierno este jueves, sobre todo si el 'bloque Pegasus' —ERC, Bildu, las CUP, el BNG y Junts— se posicionan en el no. En el primer partido de la oposición ya avanzan que no decidirán su posición hasta mañana, al filo de la votación, pero diputados y senadores ya apuestan por la abstención para romper en la nueva etapa con la estrategia de Casado del 'no a todo'.

Foto: Pere Aragonès, en los actos de Sant Jordi en Barcelona. (EFE/Marta Pérez)

Mientras Pere Aragonès da orden desde Cataluña de "restringir" las relaciones con el Ejecutivo, Rufián amenaza en Madrid con "tumbar" la agenda legislativa del Gobierno. Los republicanos quieren gestos que no llegan, y reconocen que el voto en contra sigue encima de la mesa. Los socialistas, conscientes de las dificultades por las que puede atravesar su decreto estrella este jueves, han activado la vía de la derecha para, al menos, tratar de pactar la abstención de PP o Ciudadanos. Aragonès coincidió ayer por la tarde en Lleida con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, en la proyección del preestreno de la película 'Alcarràs', que ha ganado el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín. Los dos políticos casi ni hablaron. El encuentro entre ambos fue muy frío, una metáfora de cómo se encuentran las relaciones actuales del PSOE con ERC.

Desde el Gobierno se considera que ERC carece de fuerza para derribar al Ejecutivo de coalición. Pero se asume que los republicanos pueden convertir lo que queda de legislatura en un infierno en el que cueste muchísimo poder aprobar en el Congreso las medidas que precise el país. Consideran que la petición de ERC de depurar responsabilidades en forma de ceses —apuntan a la ministra de Defensa— no es razonable. E insisten en que no se pueden exigir dimisiones antes de que se haga la investigación como están haciendo los de Gabriel Rufián. Y la ministra de Defensa, Margarita Robles, no está dispuesta a nada más que no sea que la directora del CNI acuda antes de un mes a la recién constituida Comisión de Secretos Oficiales del Congreso. Desde el Ejecutivo, están convencidos de que todos los seguimientos y rastreo de móviles se llevaron a cabo con cobertura judicial.

El PSOE cambia el paso con el PP

Cada minuto cuenta, y el PSOE estudia ahora posibles "fórmulas" para atraer al primer partido de la oposición a la abstención. No modificarán el decreto económico, pero se abren a discutir algunas de las recetas económicas de PP y Cs 'a posteriori'. Aunque mantienen el veto respecto a la posibilidad de ejecutar rebajas fiscales, los socialistas han modulado el tono especialmente respecto a sus homólogos populares ante el vértigo de una derrota en la cámara baja. "Están desesperados", comentan fuentes populares, que atisban el nerviosismo del Gobierno.

La portavoz parlamentaria del PP y secretaria general del partido, Cuca Gamarra, aclaró públicamente este martes que no se ha cerrado ninguna postura y que están "abiertos a cualquier sentido del voto", incluso el afirmativo, aunque en privado tanto socialistas como populares alejan tal posibilidad. La horquilla en la que se mueve el PP está más bien entre el no y la abstención, pero "todo depende del Gobierno" y del modo en que responda a sus peticiones.

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. (EFE/J. J. Guillén)

La postura marcada por Génova es esperar a que desde Moncloa se dé un paso. “Nos parece impensable que no acepten ninguna de nuestras propuestas”, apuntan desde el equipo de Feijóo. Los populares confían en que en las próximas horas haya algún movimiento del Ejecutivo más allá de la “trampa” de apelar a una “oposición de Estado”. En el PP, no ven con malos ojos que se pacten fórmulas alternativas para implantar sus recetas después de la aprobación del decreto de Sánchez, pero se mueven en la tesis de la "urgencia", es decir, que no se dilaten los plazos y que se tomen medidas inmediatas.

"No concebimos que no se vaya a producir una llamada", sostienen fuentes de la dirección nacional, que contemplan fórmulas como la de introducir algunas de sus propuestas en un nuevo decreto que apruebe el Gobierno en las próximas semanas. Entre las iniciativas que Feijóo envió a Moncloa están, por ejemplo, la rebaja del IVA de la luz y el gas al tipo superreducido, la deflactación del IRPF para rentas por debajo de los 40.000 euros o ayudas directas para salarios menores a 17.000 euros. Los populares ven posibilidad de acuerdo, dado el carácter "temporal" de las medidas fiscales y la inclusión de propuestas con tintes socialdemócratas, como la del cheque de hasta 300 euros anuales para unidades familiares desfavorecidas.

Por el momento, el Gobierno sumará a sus 154 votos los síes confirmados del PNV, el PDeCAT, Compromís, Más País y el PRC. Coalición Canaria se sitúa en la abstención, igual que Teruel Existe, que solo valoraría el voto afirmativo si el Ejecutivo acepta tramitar el decreto como proyecto de ley, tal y como afirmó este martes su diputado, Tomás Guitarte. Si el resto de fuerzas, incluidos los independentistas, se sitúan en el no, el decreto, que precisa de una mayoría simple, estaría en condiciones de caer. La abstención de Cs o ERC decantaría la balanza a favor del Gobierno, pero por la mínima, mientras que la abstención del PP sería suficiente si todo el 'bloque Pegasus' se posiciona en el 'no'. A Sánchez le quedan 24 horas para despejar todas las incógnitas.

La comisión de secretos, insuficiente

ERC mantiene en el aire el sentido de su voto, posición que comparte con fuerzas como Bildu, la CUP, el BNG o Junts. Las fuerzas independentistas han subido el precio de su respaldo al Gobierno y, con el apoyo de Unidas Podemos, piden una comisión de investigación en la cámara baja como condición para mantener abiertas las vías de entendimiento con el PSOE, una petición a la que los socialistas se niegan. Además de activar la vía de la derecha, el PSOE ha intensificado los contactos con los partidos independentistas, especialmente con ERC, para evitar la caída de su plan económico. De hecho, este miércoles Félix Bolaños se ha reunido también con Gabriel Rufián, pero se ha saldado sin grandes avances.

Moncloa se abre a más “gestos” con los republicanos para intentar sacarles del no, con el compromiso de avanzar en nuevos procesos de investigación interna para esclarecer el presunto espionaje de Pegasus fuera de los márgenes del Congreso. Los socialistas tienen la puerta abierta para mantener una interlocución fluida con los líderes republicanos, y recuerdan que ya han activado el control de la cámara baja con el desbloqueo exprés de la comisión de secretos oficiales, donde ERC, Bildu o la CUP tendrán acceso a secretos de Estado pese al rechazo en bloque de la oposición.

Después de tres años sin constituirse por los vetos cruzados de los grupos, Meritxell Batet impulsó este martes una resolución relámpago para cambiar la mayoría necesaria que se exige para aprobar la composición de la comisión que controla la labor del CNI, una pirueta parlamentaria con la que esquiva el veto del PP a la participación de las fuerzas independentistas. Pero esta maniobra del Gobierno resulta insuficiente para sus socios habituales, entre quienes se ha instalado un profundo malestar que vuelve a sacudir los mimbres del bloque de investidura. Piden "depurar responsabilidades", con el foco puesto en la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la que también apunta sin reparos Unidas Podemos.

La presión de sus socios habituales ha vuelto a poner a Pedro Sánchez contra las cuerdas. El Gobierno se enfrenta este jueves a un debate clave, el del decreto para paliar las consecuencias económicas y sociales derivadas de la guerra de Ucrania. Perder una votación de estas características sería una dura derrota en la recta final de la legislatura y evidenciaría la debilidad del Ejecutivo, sin la confianza del bloque al que confió su investidura y cuyo respaldo ha sostenido la coalición votación a votación. Pero el escándalo de Pegasus ha dado la vuelta al tablero parlamentario. Los nervios se han instalado en Moncloa. Asumen que ERC quiere cobrarse la venganza por el espionaje al independentismo, por lo que no les ha quedado más remedio que remangarse y pedir auxilio a la derecha.

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