Vox echa un pulso a Feijóo por tender puentes con el PSOE: "Tendrá que elegir"

Mientras Vox ratificaba su primer acuerdo de gobierno con el PP en las Cortes de Castilla y León, Alberto Núñez Feijóo resucitaba en su nuevo despacho de Génova una oferta que, de consumarse, impediría a los de Abascal acceder a más cuotas de poder municipal, autonómico o nacional. En una entrevista con El Confidencial, el recién elegido presidente nacional del PP volvió a tender la mano a Sánchez para dejar que, de aquí en adelante, "gobierne la lista más votada", un planteamiento aún utópico pero orientado a reconstruir los mimbres del bipartidismo. "No voy a cambiar de opinión, porque creo que lo mejor para nuestro país es un pacto entre los dos grandes partidos para que gobierne la lista más votada", reiteró.

El mensaje que lanzó Feijóo no pasó desapercibido en Vox. Sobre todo porque esa fue la primera reacción en el puente de mando de Génova a la mano tendida que oficializó Santiago Abascal durante la puesta de largo de Alfonso Fernández Mañueco en Valladolid. Aprovechando el cambio de liderazgo en el primer partido de la oposición y la consecución de un acuerdo con el PP inédito e impensable durante la etapa de Pablo Casado, el líder de Vox quiso abrirse a explorar nuevas vías de entendimiento con los populares. "Este Gobierno de coalición es una posible alternativa para toda España", señaló Abascal el pasado lunes.

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Al menos oficialmente, el PP ha acotado la alianza con Vox a Castilla y León, un acuerdo que, además, se alcanzó cuando Alberto Núñez Feijóo aún no había subido al trono de Génova. Para la siguiente parada electoral, Andalucía, Feijóo vuelve a mirar al PSOE, al que trasladará la oferta de que gobierne el que haya recibido más votos. "¿Y si Vox es la lista más votada?", desafiaban en la formación dirigida por Santiago Abascal, que planteaba un pulso a Feijóo y le retaba a definir las mismas condiciones para todos los actores políticos, no solo para Sánchez. "Esa es la verdadera pregunta que algunos deberían responder", suscribía la formación en Twitter.

Diferentes voces del partido suscriben ese pulso soterrado de Abascal a Feijóo, un líder que no ha rehuido el acuerdo con Vox, pero que tampoco esconde que no le hace precisamente gracia. "Cuando haya elecciones, se verá qué decide el PP. O abrazar a los malversadores y prevaricadores o gobernar con Vox", comenta una voz autorizada del partido en Andalucía, próxima parada electoral y primer gran desafío de la 'era Feijóo'. "Es él quien tiene que elegir", comenta otra fuente de la formación, en la que aseguran estar "tranquilos" de cara a la próxima cita con las urnas, en que Vox podría superar la veintena de escaños y obstaculizar la "amplia mayoría" a la que aspira Juanma Moreno.

La alianza en Castilla y León ha quitado el precinto a la política de pactos en la nueva era del PP, en cuyas filas sí comienza a asumirse que Alfonso Fernández Mañueco podría no ser el único que reciba con un abrazo a un candidato de Vox. En la mencionada formación, por su parte, celebraron el cambio de liderazgo en el PP, al entender que la relación con Pablo Casado estaba ya "muy tocada", sin vía posible para alianzas. Pese a los sonados enfrentamientos que en el pasado se sucedieron entre Abascal y Feijóo, en la cúpula de Vox sí veían que el estilo de Feijóo, más "quirúrgico" y menos "ofensivo" que el de su predecesor, podría abrir cauces de entendimiento. Además, entendían que la intención del gallego de entenderse con Sánchez más que confrontar con él dejaba a Vox vía libre para seguir creciendo en su flanco electoral.

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En su afán por "ensanchar" el partido, Alberto Núñez Feijóo ha comenzado su mandato con el primer pacto con Vox bajo el brazo, pero también con una oferta en firme al PSOE para que ninguno de los dos dependa de los extremos y que los gobiernos "no se pacten en los despachos" sin respetar la voluntad de las urnas. Sin embargo, el entendimiento entre las dos primeras fuerzas es, 'a priori', imposible. Sánchez ya deslizó que solo estudiaría tal propuesta en caso de que Feijóo levantase un cordón sanitario a Vox en los territorios donde gobiernan gracias a sus votos. El PP, por su parte, echa en cara al PSOE que en los últimos años haya tenido por norma la tesis de "con todos salvo con el PP", lo que le ha llevado a pactar con independentistas, nacionalistas y con el "populismo" antes de dejarles gobernar. "Esto es lo que ha habido desde 2003 a 2022", lamentaba Feijóo en su entrevista para este medio.

La estrategia que seguirán en el primer partido de la oposición, según diversas fuentes populares, será la de defender en primer lugar esa posibilidad de acuerdo con el PSOE, y que cuando estos se nieguen, cosa que dan por sentada, recurran a Vox. Es el mismo escenario que se ha planteado en Castilla y León. "La respuesta del PSOE fue claramente no a la investidura [de Mañueco], y, por tanto, obligar a que el PP negocie un pacto con Vox", evidenció el propio Feijóo a El Confidencial. Vox, por su parte, no cerrará la puerta a pactos con los populares, pero entienden que Castilla y León ha sentado un precedente para encarecer sus votos en próximas citas electorales, y se lanzarán a asumir más cuotas de poder. Andalucía despejará las primeras dudas sobre hasta dónde llegan el órdago de Vox y la resistencia del PP.