De Villarejo al pequeño Nicolás: el juicio por grabar al CNI se aplaza a noviembre

El juicio por la supuesta grabación y difusión de una reunión celebrada en 2014 entre agentes de la Policía Nacional y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre el pequeño Nicolás arrancará el próximo 8 de noviembre. La Audiencia Provincial de Madrid pretendía comenzar la vista en octubre, pero, en una resolución a la que ha tenido acceso El Confidencial, acuerda aplazarlo un mes ante la "coincidencia de señalamientos" con otro procedimiento al que debe acudir uno de los abogados.

El periodista Carlos Mier Fernández, el comisario jubilado José Manuel Villarejo y su mujer, Gemma Isabel Alcalá, se sentarán así en el banquillo ocho años después de que la cita entre policías y agentes de Inteligencia saliera a la luz. La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para el comisario por descubrimiento y revelación de secretos, mientras que rebaja la solicitud a tres años en el caso de Mier y Alcalá, al considerarlos cooperadores necesarios.

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Con esa acusación sobre la mesa, la Audiencia Provincial de Madrid tendrá que revisar una de las primeras investigaciones contra Villarejo que se enviaron a juicio y que, al mismo tiempo, se erige como telón de fondo de la bautizada como 'guerra de comisarios'. También obligará a repasar el nexo de Villarejo con el CNI, argumento que ya ha utilizado en otros procedimientos a los que se enfrenta. Nueve días de juicio que, según la resolución, arrancarán el 8 de noviembre y se alargarán hasta el 2 de diciembre.

La reunión de 2014

El 14 de octubre de 2014, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como 'el pequeño Nicolás', fue detenido como presunto autor de los delitos de estafa, usurpación de funciones públicas y falsedad documental. La investigación la llevó a cabo la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía, que recibió varias informaciones sobre cómo "se hacía pasar, ante varios importantes empresarios españoles, como enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real, y como agente del Centro Nacional de Inteligencia", explica la Fiscalía en su escrito de acusación.

Tan solo un día después de su arresto, el periódico 'Información Sensible', cuya directora era la esposa de Villarejo, Gemma Isabel Alcalá, se hizo eco de la noticia: "Detenido un joven que habría estafado a los Pujol simulando ser un agente del CNI enviado por la vicepresidenta", publicó el 15 de octubre, una información que firmaba Carlos Mier.

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Al día siguiente, el periodista sacó un nuevo artículo sobre el tema —"La segunda vida de Nicolás: cómo estafar a los Pujol simulando ser un emisario enviado por la vicepresidenta"—, lo que hizo sospechar a los agentes sobre la posibilidad de tener un topo en el caso: "Se incluían varias informaciones de las que, en ese momento, únicamente tenían conocimiento los agentes de la UAI que llevaban la investigación y sus superiores en el CNP", explica el ministerio público.

En su escrito de acusación, la Fiscalía presta especial atención a la reunión que convocó el 20 de octubre el comisario jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, "con el fin de informar al CNI de la investigación en marcha sobre Gómez Iglesias". Como comisario adjunto a la Dirección adjunta operativa del CNP, Villarejo tuvo conocimiento de esta convocatoria, ante lo que ideó un plan para "grabar la conversación que pudiera tener el comisario Sr. Martín Blas con los agentes del CNI, con el propósito de difundirla posteriormente en 'Información Sensible' y otros medios de comunicación y lograr así obstaculizar, entorpecer o bloquear la investigación en curso".

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Para grabar la reunión, el ministerio público sostiene que Villarejo contó con la ayuda de su esposa y del mencionado periodista, quienes utilizaron "una aplicación informática o 'software" que les permitió captar a distancia las conversaciones de los investigadores: a la hora acordada, Mier llamó al móvil del comisario Martín Blas, lo que activó la correspondiente herramienta para grabar "el sonido ambiente sin que pudiera ser advertido" por el comisario de Asuntos Internos.

“Parte de la conversación que estaban manteniendo los funcionarios del CNP y los agentes del CNI se transmitió mediante esa llamada por el canal telefónico. El registro definitivo se efectuó por vía aérea, utilizando el acusado Carlos Mier Fernández un dispositivo grabador que aproximó a su teléfono móvil. De esta forma, se grabó la conversación mantenida entre los funcionarios del CNP y los agentes del CNI”, explica el ministerio público.