Las comunidades fían al pasaporte covid el control de contagios sin tener un plan B

Recién estrenado diciembre, mes crítico para los encuentros sociales, de momento, el grueso de comunidades descarta impulsar nuevas restricciones para la prevención de contagios de covid. Las navidades están prácticamente a la vuelta de la esquina y aunque los casos llevan semanas dibujando una curva ascendente, con una incidencia acumulada de 234 positivos por cada 100.000 habitantes, la mayoría de regiones ha decidido esperar a la evolución de los próximos días para tomar una decisión. Las que han optado por la implantación del pasaporte para el acceso a locales de hostelería y otros recintos, esperan que la medida surta efecto, impulse la campaña de vacunación y frene los positivos, el resto mira de reojo las tendencias y la irrupción de ómicron. Solo el País Vasco plantea abiertamente la adopción de otras restricciones, aunque todavía no ha especificado ninguna.

Las comunidades parecen andar sobre el alambre, conscientes de que los datos no son buenos y en medio de la explosión de noticias sobre el impacto que puede tener la nueva variante detectada en Sudáfrica. Los llamamientos a guardar cautela y extremar las precauciones ante los días críticos del puente y de cara a las fiestas de Navidad se multiplican, sin que de momento el catálogo de restricciones se vaya a ampliar más allá del pasaporte covid. Muchas regiones apuntan a que el escenario hoy, con el 89,4% de la población diana con la pauta completa, no es el mismo que el de hace un año, pero tampoco ocultan que si se torciesen muchas las cosas, volverán las limitaciones.

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"Todo depende de lo que hagamos en el puente", señalaba este jueves el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, que pedía reducir las interacciones sociales lo máximo posible. La Xunta maneja dos escenarios, el más optimista apunta a que en los próximos días la curva de contagios empezará a ralentizarse, el segundo y pesimista, según puntualizó el mandatario, señala que la tendencia ascendente se mantendrá a lo largo de todo diciembre. En función de cuál se imponga, se adoptarán unas medidas u otras.

Eso sí, Galicia de momento lo que ha propuesto ha sido ampliar los usos del pasaporte covid a gimnasios y residencias. No es la única comunidad que está siguiendo esta estrategia. Baleares, otra de las regiones pioneras en aprobar el uso del certificado para el ocio nocturno, también ha solicitado la medida para poder regular el acceso a los restaurantes. Canarias por su parte está a la espera de que los tribunales le den luz verde, pero ya ha vuelto a exigir a los viajeros nacionales que recalen en las islas que demuestren tener la pauta completa o una prueba negativa.

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Un total de ocho comunidades piden o tienen ya la autorización judicial pertinente para solicitar el pasaporte covid, mientras que otras no se plantean la adopción de la medida y, por ahora, de ninguna otra. En este último grupo figuran Asturias, Extremadura, Castilla-La Mancha o Madrid. Precisamente, la presidenta de esta última, Isabel Díaz Ayuso, volvía a descartar este jueves solicitar la restricción. La popular defendió que la estrategia de la región pasa por “fomentar la responsabilidad individual para seguir combatiendo el virus" y por dotar a los ciudadanos de “herramientas” para la prevención de contagios, como el reparto de test gratuitos de antígenos estas navidades.

"Lo que está claro es que los contagios se producen cuando hay más contactos", subrayó este miércoles el presidente de Valencia, Ximo Puig. El dirigente descartó la adopción de nuevas restricciones generalizadas y defendió la implantación del pasaporte, que en la región entrará en vigor este viernes, como una “llamada de atención por la presencia del virus”. La foto hoy en la comunidad es bien distinta a la de hace un año. La región entonces prohibió la entrada en su territorio de cualquier persona que no fuese residente, mientras que el resto de autonomías facilitaron el tránsito de viajeros para que pudiesen visitar a sus familiares en los días señalados de Navidad.

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Andalucía también es de la opinión de que no tiene sentido la imposición de restricciones generalizadas. Como explicaba el vicepresidente de la Junta este miércoles, Juan Marín, por lo que va a optar la región es por medidas quirúrgicas para atajar brotes concretos. "Me atrevería a decir que no vamos a tener restricciones más allá de que en algún sitio, en algún brote, pueda llevarse a cabo alguna actuación”, detalló.

La excepción vasca

El País Vasco, la autonomía con peores datos junto a Navarra, es la excepción. La comunidad, que suma una incidencia acumulada de 577 casos por cada 100.000 habitantes, cuenta con el visto bueno del Tribunal Supremo para exigir el certificado covid en el ocio nocturno y en restaurantes, pero además se plantea la adopción de otras restricciones. El lendakari, Iñigo Urkullu, decretó este jueves el estado de emergencia sanitaria, lo que permite a la región aplicar su ley de pandemias. La declaración entra en vigor hoy y el comité que regula las limitaciones se reunirá esta misma tarde. Entre las opciones que se barajan figura la reducción de horarios y aforos en hostelería.

Varias localidades de la comunidad además, siguiendo las recomendaciones de la Consejería de Salud, han suspendido fiestas y otros eventos multitudinarios. Las que han decidido dar el paso han sido Eibar, Zumárraga y Urretxu, la tres se encuentran en Guipúzcoa y superan holgadamente los 1.500 casos por cada 100.000 habitantes.