Iglesias fía el vuelco electoral en Madrid a una participación que supere el récord del 70%
Unidas Podemos busca replicar a nivel autonómico el Gobierno de coalición progresista con el PSOE, pero no bloqueará otras opciones que permitan sacar a Ayuso de la Puerta del Sol
La prioridad de Unidas Podemos en las elecciones del 4-M pasa por replicar a nivel autonómico la coalición progresista del Gobierno estatal, pero el objetivo último es "sacar a Ayuso" de la Puerta del Sol y "frenar a la ultraderecha", por lo que no bloqueará otras opciones si no diesen los números. "Si hay que abstenerse, con tal de que cambie el Gobierno, se haría", reconocen desde la dirección de la campaña, en la que se ha volcado toda la maquinaria del partido. Más allá de ello, insisten en que salen a ganar y confían en un vuelco electoral para formar un ejecutivo progresista presidido por Pablo Iglesias. Para ello lo fían todo a una participación récord y a un reparto de papeles con el PSOE, liderado por Ángel Gabilondo, para que capte votos por el centro.
Los cálculos que realizan desde la sala de máquinas de la formación morada es que la participación superará el 70%, a pesar del contexto de pandemia, situándose más cerca de la media de participación propia de unas generales que de unas autonómicas. La barrera del 70% solo se superó por cuatro décimas en las elecciones de 1995, el récord desde que se celebran comicios, seguido de las de 1987 (69,87%) y las primeras de 1983 (69,70%). En las pasadas elecciones autonómicas la participación fue del 68,1% y en las generales del 74,5%. Con el mantra de que "las campañas se nos dan bien" y convencidos del "revulsivo" por el golpe de efecto de Iglesias, esperan que la campaña electoral sirva para alentar todavía más electorado progresista. Se trataría, según los trabajos demoscópicos que ya preparan para orientar su campaña, del más desmovilizado frente a un electorado conservador, dicen, que según las encuestas ya no tiene más margen de crecimiento al estar ya hipermovilizado.
El paso adelante de Iglesias se decidió en un escenario en el que las encuestas situaban a su formación en riesgo de no sobrepasar la barrera del 5% de votos necesarios para obtener representación en la Asamblea de Madrid. Aseguran que esa posibilidad ha quedado descartada y que la candidatura del todavía vicepresidente segundo del Gobierno generará inevitablemente un efecto arrastre a las urnas de los indecisos que no se identifican con el PP y Vox que beneficiaría también a PSOE y Más Madrid. De ahí que hayan puesto casi en el mismo plano la decisión de Iglesias de dejar el Gobierno de coalición para concurrir a estos comicios con la necesidad de hacerlo con una candidatura unitaria del espacio a la izquierda del PSOE.
Una oferta que se rechazó formalmente en menos de 24 horas. Mónica García, sanitaria y azote de la oposición a Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia, será la cabeza de lista de Más Madrid. Tras la convocatoria de elecciones anticipadas, los dirigentes de MM habían mostrado su preocupación ante la opción de que UP se quedara fuera de la Asamblea al no superar la barrera del 5%, lo que haría imposible echar a Isabel Díaz Ayuso. Con el secretario general morado en la ecuación, creen que ese riesgo de que no obtengan escaño se ha disipado y que, por tanto, una reagrupación ya no tiene sentido.
García se ha granjeado en el último año un perfil agresivo frente a la presidenta del PP. Anestesista en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, ha hecho gala de sus conocimientos en materia sanitaria para aumentar el perfil de su oposición a PP y Cs ante un PSOE que ha mostrado un perfil bajo en la cámara regional y un Unidas Podamos de escasa presencia en la Comunidad con Isabel Serra a los mandos. "No me cabe duda de que sumaremos", asegura en el vídeo con el que anunció su candidatura. Confirmada la fragmentación y que habrá tres opciones diferentes en el bloque progresista, la máxima de la campaña pasa por evitar la confrontación con sus hipotéticos aliados postelectorales.
Con Iglesias, Unidas Podemos descarta quedarse por debajo de la barrera del 5%
Además de no confrontarse con los competidores dentro del mismo bloque, se intenta una suerte de reparto de papeles con los socialistas para que estos atraigan al votante más liberal de Ciudadanos e, incluso, a "antiguos votantes del PP" contrarios a que Ayuso gobierne con Vox. No es, sin embargo, el único objetivo del PSOE, que como ganador de las pasadas elecciones con Ángel Gabilondo al frente busca aglutinar el voto del centroizquierda. En Unidas Podemos reconocen que desde su lectura del reparto de papeles les habría gustado que el PSOE apostase por un perfil al estilo de Margarita Robles, como llegaron a plantear algunos dirigentes socialistas.
Desde el PSOE sí aspiraban a hallar un candidato revulsivo, otro "efecto Illa". Se trataba de buscar una candidatura fuerte, con relaciones con el centro y buena imagen, en una operación parecida a la de Salvador Illa en Cataluña. Pero el escaso margen de tiempo debido a la precipitación desbarató la operación. Así lo admitían el día antes de confirmar la candidatura de Gabilondo fuentes de la dirección del partido en Madrid. "Es nuestro jefe de filas y ha demostrado ser un buen candidato", indicaban estas mismas fuentes para concluir que "se lo merece". Asimismo avanzan que su candidato tendrá a una número dos de peso que supondrá un revulsivo. Todo ello mientras los morados pretenden arrinconarlos en el centro.
Con todos estos mimbres, la candidatura de Iglesias apuesta por la polarización con Díaz Ayuso. Y todas las reacciones desde que Iglesias anunció su candidatura vaticinan que así será, con los populares gustosos de entrar en este juego. Tanto, que los populares ya han cambiado su lema de campaña de "socialismo o libertad" por el de "comunismo o libertad". "Ustedes no le llegan a la suela de los zapatos a los comunistas de España", arremetía este miércoles desde su escaño del Congreso el todavía vicepresidente segundo. “El 4 de mayo es la primera etapa de unión de los votantes del centroderecha y ganará en Madrid la libertad”, aseguraba por su parte Pablo Casado. Tanto PP como Unidas Podemos quieren representar el voto útil dentro de sus respectivos bloques y movilizar al electorado indeciso.
La prioridad de Unidas Podemos en las elecciones del 4-M pasa por replicar a nivel autonómico la coalición progresista del Gobierno estatal, pero el objetivo último es "sacar a Ayuso" de la Puerta del Sol y "frenar a la ultraderecha", por lo que no bloqueará otras opciones si no diesen los números. "Si hay que abstenerse, con tal de que cambie el Gobierno, se haría", reconocen desde la dirección de la campaña, en la que se ha volcado toda la maquinaria del partido. Más allá de ello, insisten en que salen a ganar y confían en un vuelco electoral para formar un ejecutivo progresista presidido por Pablo Iglesias. Para ello lo fían todo a una participación récord y a un reparto de papeles con el PSOE, liderado por Ángel Gabilondo, para que capte votos por el centro.
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