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De una rebelión al otro 'milagro' de Ifema: 30 horas de crisis en Madrid por la fase 1
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casi dos días para buscar una salida

De una rebelión al otro 'milagro' de Ifema: 30 horas de crisis en Madrid por la fase 1

Ayuso dejó el Consejo de Gobierno sin acuerdo. Por la tarde se reanudó, pero la directora de Salud seguía sin dar su brazo a torcer: no pondría su firma a un informe que no compartía

Foto: Ayuso y su consejero de Sanidad, en la Asamblea. (EFE)
Ayuso y su consejero de Sanidad, en la Asamblea. (EFE)

El paso a la fase 1 en Madrid se ha acabado convirtiendo en un campo de minas para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que ha terminado, por el momento, con una dimisión y con un golpe de efecto: el ascenso del responsable del 'milagro' del hospital de Ifema, la niña de los ojos de Ayuso. Y, entre medias, cómo firmar un informe que 30 horas después de terminado el plazo oficial seguía sin llegar al Ministerio de Sanidad.

La crisis de la desescalada llevaba horas fraguándose. En la mañana del miércoles, después de que el vicepresidente, Ignacio Aguado, se mostrara firme defensor de que Madrid pidiera pasar de fase —"Estamos preparados", anunciaba casi eufórico—, la presidenta Ayuso echaba un jarro de agua fría: "No quiero precipitaciones y que haya un rebrote". Parecía un nuevo desencuentro que sumar —residencias, menús infantiles, desconfinamiento de niños— en esta crisis a la ya tradicional bronca entre PP y Cs en Sol. Sin embargo, esta vez, el problema estaba dentro.

Dimite la directora de Salud Pública de la Comunidad de Madrid

¿Qué sucedía? La directora de Salud Pública de la comunidad —Carmen Yolanda Fuentes, una profesional nombrada en su día por Cristina Cifuentes y recuperada por Ayuso, y que hasta ese momento había llevado los mandos directos en Madrid de la lucha contra la pandemia y había firmado las órdenes de suspensión de clases o el confinamiento de las residenciasse oponía a pedir la entrada en la fase 1 el lunes. Por temor a un rebrote y por sus dudas de poder cumplir alguno de los parámetros de Sanidad. Ayuso acabó levantándose a la hora de comer del Consejo de Gobierno sin que el informe saliera adelante.

Por la tarde se reanudó, pero la directora de Salud seguía sin dar su brazo a torcer: insistía en que no pondría su firma a un informe que no compartía. Sin embargo, la decisión ya estaba tomada: poco después de las siete de la tarde, se informaba que Madrid solicitaría al ministerio pasar a la fase 1 tras la reunión mantenida con todas sus consejerías. Ciudadanos no ponía pegas, al contrario, y por eso tampoco las puso a que, casi en exclusiva, la voz cantante sobre la desescalada la llevara la Consejería de Sanidad cuando había otros condicionantes, fundamentalmente económicos o de transporte.

Ayuso nombra al director del hospital de Ifema sustituto de la directora de Salud Pública

Sin embargo, algo seguía yendo mal. Pese a la promesa en la tarde del miércoles de que "en breve" se ampliarían los detalles sobre el anuncio, estos no llegaban. Y tampoco el informe técnico a Sanidad para que lo evaluara. El plazo para enviar los informes había concluido oficialmente a las dos de la tarde, aunque tanto Fernando Simón como Salvador Illa estaban dispuestos a ser "flexibles". No querían dar más argumentos al enfrentamiento con Madrid. Finalmente, el único anuncio que hubo a última hora de la noche fue que la presentación del informe en el que debía basarse la petición de pasar de fase se aplazaba al jueves.

Para entonces, ya se estaba consolidando una solución alternativa en el entorno más cercano a la presidenta de la comunidad. Aunque fuentes oficiales no confirman cuándo se decidió formalmente el nombramiento de Antonio Zapatero como viceconsejero de Sanidad —"la presidenta y el consejero llevaban varios días dándole vueltas, porque implica un cambio de estructura"—, lo cierto es que el movimiento servía a Ayuso para, de momento, zanjar la crisis, forzar la dimisión de la directora general y salvar el envío del informe.

El ascenso de Zapatero forzó la salida de la directora general, pone en valor la 'marca Ifema' y permite que el informe salga rumbo a Sanidad

Con el ascenso del doctor Zapatero, Ayuso sigue 'vendiendo' el hospital de Ifema, posiblemente la gestión de la que más orgullosa se siente en esta crisis, aunque tanto 'amor' casi le costara un disgusto por exceso de aforo en la clausura. Además, pone al icono del hospital de campaña a intentar gestionar otro de los grandes dramas de la comunidad: los casi 6.000 muertos en sus residencias de ancianos y centros de personas con discapacidad. Y, sobre todo, abortaba la 'rebelión' de la directora general. Cuando esta supo que Zapatero sería su superior y que se ocuparía directamente de la gestión del covid y de las residencias —lo que hasta ahora dependía de ella—, no le quedó más remedio que dimitir.

Desactivada la primera parte de la crisis, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, será quien firme el informe para el ministerio "como autoridad sanitaria". En la tarde de este jueves, y una vez dimitida la directora, Escudero se reunió con Salvador Illa y con la ministra Teresa Ribera. Allí les comunicó formalmente que Madrid solicitaba pasar a la fase 1 el lunes. Entrada la noche, el documento salió rumbo al ministerio. Si al final Sanidad decide rechazarlo y posponer la salida de la región de la fase 0, el Gobierno de la Comunidad de Madrid podrá argumentar que vuelve a ser perseguido desde Moncloa.

El paso a la fase 1 en Madrid se ha acabado convirtiendo en un campo de minas para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que ha terminado, por el momento, con una dimisión y con un golpe de efecto: el ascenso del responsable del 'milagro' del hospital de Ifema, la niña de los ojos de Ayuso. Y, entre medias, cómo firmar un informe que 30 horas después de terminado el plazo oficial seguía sin llegar al Ministerio de Sanidad.

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