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Iberdrola contrató a Villarejo para espiar a un accionista que criticó a Sánchez Galán
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NUEVOS AUDIOS DEL JEFE DE SEGURIDAD

Iberdrola contrató a Villarejo para espiar a un accionista que criticó a Sánchez Galán

La eléctrica recurrió al comisario para rastrear la vida personal y profesional de un pequeño inversor que se atrevió a cuestionar la gestión del presidente de la compañía en una Junta de Accionistas

Foto: Imagen: EC.
Imagen: EC.

La lista de encargos que hizo Iberdrola al comisario Villarejo es más larga de lo que se conocía hasta ahora y encerraría otras posibles irregularidades. La eléctrica contrató presuntamente al policía en 2009 para investigar a un accionista que criticó la gestión de su presidente, Ignacio Sánchez Galán. El entonces director de Seguridad de la segunda compañía más grande del Ibex-35, Antonio Asenjo, ordenó a Villarejo que indagara en el patrimonio y la trayectoria profesional del inversor y rastreara su círculo de relaciones.

Iberdrola concedió la máxima importancia a este espionaje, según se desprende de nuevos documentos y audios a los que ha tenido acceso El Confidencial en una investigación conjunta con Moncloa.com. El encargo se desencadenó después de la Junta General de Accionistas que celebró la eléctrica en Bilbao el 20 de marzo de 2009, en plena ofensiva de la constructora ACS para entrar en su Consejo de Administración y hacerse con su control.

Durante los turnos de intervenciones reservados a los accionistas, tomó la palabra una persona que cuestionó la labor de Sánchez Galán al frente de la empresa. La alocución apenas duró unos minutos y fue correcta, pero el presidente de la eléctrica interpretó las palabras como una declaración de guerra y exigió presuntamente a su jefe de Seguridad que averiguara quién era el inversor que había cogido el micrófono para criticarle.

Asenjo confió las indagaciones a Villarejo, que para entonces ya llevaba cinco años efectuando todo tipo de operaciones clandestinas para la compañía. Entre ellas, como reveló este diario, la investigación a un juez y a una plataforma ecologista que amenazaban con paralizar su central de ciclo combinado de Arcos de la Frontera (Cádiz); indagaciones sobre supuestos sobornos pagados a dirigentes andaluces del Partido Socialista y el Partido Popular; y el “hostigamiento” a dos líderes sindicales de su central nuclear de Cofrentes.

El 16 de abril de 2009, menos de un mes después de la Junta General de Accionistas, el presunto cabecilla de la operación Tándem trasladó al hombre de confianza de Sánchez Galán en Iberdrola los hallazgos que había hecho. Así consta en el grabación de una conversación telefónica que mantuvieron ese día. A Asenjo no le encajaba que ese inversor aparentemente desconocido hubiera sido capaz de construir un discurso tan bien estructurado y tan contundente contra su presidente.

“El pavo este que, que... es el hijo. Tiene un despachito, ¿eh? Es abogado y tal. Pero el tipo tiene cierta edad, setenta y tantos años, ya es mayor… El señor que dio la bronca, ¿eh?”, expuso el comisario. “Sí, sí”, contestó Asenjo al otro lado de la línea. Villarejo continuó revelándole detalles: “Y, y… bueno, efectivamente, tiene embargado… Y el despacho donde… donde está lo tiene embargado, lo que pasa es que lo han recurrido, pero lo tienen, vamos… embargado no. O sea, que se lo ha quedado Hacienda. Por varios…”.

Asenjo le interrumpió para pedirle que le entregara lo más “temprano” que fuera posible un informe con esos datos. “Una hojita me puedes hacer, si no te importa...”, le pidió el director de Seguridad de Iberdrola al comisario, que aceptó sin problemas, aunque solicitó a su interlocutor que concretara cómo debía hacerle llegar el documento. “Eh, sí, sí. No, no, si… ¿Qué quieres? ¿Que te haga el eso y te mando un correo? ¿O es un tema que prefieres mejor en mano, no?”, preguntó el policía. “Bueno, en mano o con un propio, como quieras”, aclaró Asenjo. “Sí, sí, con un propio”, cerró Villarejo.

La segunda llamada

El espionaje, sufragado presuntamente con fondos de la compañía a pesar de que se dirigía contra uno de sus propios accionistas, permitió a la mano derecha de Sánchez Galán acceder a otras informaciones. Al día siguiente, el 17 de abril de 2009, cuando el informe ya había llegado a manos de Asenjo, se produjo una segunda conversación telefónica entre ellos para comentar de nuevo los resultado del encargo.

“(...) El perfil del personaje es un desastre, como inversor y como tal… Y un tío muy filántropo, muy tal, ¿sabes? Y por todas las gestiones que hemos hecho, o sea, no tienen nada que ver con el perfil de este que quiere dar por culo a la empresa ni nada, no sé”, expuso Villarejo en un audio al que también ha tenido acceso este diario. “No, no, pero me sorprendía que tuviese esa capacidad de…”, reaccionó el directivo de Iberdrola, admitiendo las suspicacias que le había generado su intervención en la Junta.

Tal y como presumía Asenjo, el accionista tenía a una persona muy cercana en su entorno que le habría ayudado a redactar su discurso. “Efectivamente, el hijo es abogado. Tiene un despacho que se llama Aparicio y no sé qué y no sé cuántos y tal. Bueno, de medio pelo, no está mal”, contó Villarejo. En otro momento de la conversación, el policía insistió en ese extremo: “Y esa es un poco la explicación, que tú tenías razón cuando decías que estaba bien estructurado, como si fuera abogado, ¿no?”. Asenjo asintió con un simple sonido gutural.

Además del bufete del hijo, el comisario llegó a analizar los negocios de otros familiares. “Sí, sí. Según nos han dicho, que tampoco hemos querido hacer, has visto... un… hemos hecho un informe así muy concreto, muy preciso… Este ha cogido mucha pasta por la mujer y la farmacia y tal… Eso ha dejado mucha pasta, ¿sabes?”, continuó el policía. “Tienen una farmacia hace mucho tiempo y está la mujer, está la hija, me parece que tienen otra farmacia más y tal. Y digamos que, prácticamente, todo el dinero que han ido metiendo en la empresa y tal, pues el padre se lo ha ido fundiendo hasta que han dicho: ‘Macho no hagas más nada’. Y cada vez que hay una gestión o alguna cosa, pues es el abogado el que lo tiene controlado y tal. Y probablemente tengan alguna inversión en la empresa, porque él es accionista”. Asenjo manifestó su aprobación con otro golpe de garganta.

placeholder El juez Manuel García Castellón, instructor de la operación Tándem. (EFE)
El juez Manuel García Castellón, instructor de la operación Tándem. (EFE)

Sin conexiones sospechosas

El directivo de la eléctrica también había preguntado por las posibles conexiones empresariales del accionista, pero el presunto cerebro del caso Tándem no encontró ninguna pista que permitiera conectarlo con ACS ni con otros supuestos enemigos de Sánchez Galán en esa época. “Vamos, que se ve que es un desastre el tío. Que coge y se le olvida pagar o tal. O sea… Ese es el perfil. ¿De acuerdo?”, preguntó el comisario para saber si sus pesquisas habían resultado convincentes. “Muy bien”, zanjó Asenjo.

El episodio nunca había trascendido y puede tener consecuencias. Las anteriores noticias sobre las operaciones encubiertas que Iberdrola ordenó a Villarejo ya las han tenido. La compañía decidió hace tres semanas despedir a Asenjo, que llegó en 2001 al mismo tiempo que Sánchez Galán. Además, como adelantó El Confidencial este lunes, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha pedido a Iberdrola que aclare su relación con el policía. La empresa ha admitido que contrató en 17 ocasiones a Villarejo entre 2004 y 2017 pero no ha desvelado el contenido de los servicios que recibió a cambio. Está realizando una auditoría interna -la tercera en dos años- para recopilar la información.

El escándalo también tiene ya una derivada judicial. El instructor del caso Tándem, el juez Manuel García Castellón, ha acordado abrir una pieza separada sobre los vínculos de Iberdrola con Villarejo ante los indicios de que estos espionajes pudieron ser ilegales. Se trata de un caso similar al de BBVA, que se depura en otra pieza separada del procedimiento desde el pasado enero y ha salpicado ya a varios directivos de la entidad financiera.

La lista de encargos que hizo Iberdrola al comisario Villarejo es más larga de lo que se conocía hasta ahora y encerraría otras posibles irregularidades. La eléctrica contrató presuntamente al policía en 2009 para investigar a un accionista que criticó la gestión de su presidente, Ignacio Sánchez Galán. El entonces director de Seguridad de la segunda compañía más grande del Ibex-35, Antonio Asenjo, ordenó a Villarejo que indagara en el patrimonio y la trayectoria profesional del inversor y rastreara su círculo de relaciones.

Ignacio Sánchez Galán Comisario Villarejo
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