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Las órdenes del director de seguridad de Iberdrola a Villarejo: "Lo necesito temprano"
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LA ELÉCTRICA SUPERVISÓ LA INVESTIGACIÓN

Las órdenes del director de seguridad de Iberdrola a Villarejo: "Lo necesito temprano"

Las grabaciones revelan que la compañía concedio máxima importancia a la investigación sobre el pequeño accionista que criticó la gestión de Ignacio Sánchez Galán en una junta

Foto: Imagen: EC.
Imagen: EC.

Iberdrola concedió máxima prioridad a una operación para espiar a un pequeño inversor que criticó la gestión del presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, en la Junta General de Accionistas de 2009. El entonces director de Seguridad de la empresa, Antonio Asenjo, despedido hace tres semanas, encargó presuntamente esa misión clandestina al comisario Villarejo y presionó luego para tener cuanto antes el resultado de las indagaciones.

Eso es lo que se desprende de los audios de las llamadas que se cruzaron el directivo de Iberdrola y el presunto cerebro de la operación Tándem para comentar esta investigación, que no había trascendido hasta la fecha y engrosa la lista de encargos que la eléctrica habría hecho al policía. En una de las grabaciones, a la que ha tenido acceso El Confidencial en un trabajo periodístico con Moncloa.com, Villarejo revela que ya dispone de algunos datos de la persona que cogió el micrófono para cuestiona la labor de Sánchez Galán al frente de la multinacional.

La llamada se produjo el 16 de abril de 2009, menos de un mes después del incidente. Apenas unos segundos después de que empezara la conversación, Asenjo interrumpió a Villarejo con una orden que demuestra la relevancia que la eléctrica concedió a este encargo. El directivo pidió al policía que le entregara un informe con todo lo que ya había descubierto sobre el accionista. “Lo necesito temprano”, dijo Asenjo.

Villarejo pidió más precisión desde el otro lado de la línea telefónica: “¿A qué hora temprano?”. “Si lo podéis currar ya y pasar a limpio esta tarde, joder, pues cojonudo”, aclaró entonces el directivo de la energética. “Sí, sí. No, esta tarde. Pero dime a qué hora. ¿A las 11 o así por ejemplo? (…) ¿A las 10?”, repreguntó el comisario. “No, a las 10 mejor, sí. 9 y media, 10”, concretó el responsable de Seguridad de la compañía, subrayando la trascendencia de este asunto. De hecho, de la conversación se desprende que Asenjo necesitaba tener pronto el informe para poder enseñárselo a sus superiores.

En otra parte de esta misma llamada, Asenjo impartió instrucciones al comisario sobre cómo debía confeccionar el informe. En un primer momento, el directivo de Iberdrola había dado al policía algunas pistas sobre las personas que podían ocultarse tras el pequeño accionista que cargó contra Sánchez Galán en la Junta. Sin embargo, el policía le explicó que, en ese momento, aún no había podido confirmar ninguna de esas sospechas. “Estamos intentando mirar vínculos, vínculos…”, se excusó Villarejo. “Sí, eso te iba a decir”, comentó Asenjo, revelando la importancia que la cotizada concedía a ese aspecto de la operación.

“...Vínculos con otra gente y tal...”, continuó el comisario. “Lo único que hemos visto con el tema ese es una empresa ahí muy rara en el domicilio ese de Barcelona… El otro ¿no? El de Esplugues y tal… Es una empresa de… como de colecciones o de cosas de instalaciones telefónicas, no sé. Una cosa así un poco extraña, ¿eh?”.

Asenjo le pidió entonces que, si no había detectado nada relevante, omitiera la información que él mismo le había pasado. “Bueno, no hagas mucho caso a la relación, porque acuérdate que te comenté que lo mismo…”, afirmó entonces el responsable de Seguridad de la eléctrica. A Villarejo le pareció una buena idea: “Sí, que era un tema así tal… Sí… La verdad es que dos o tres veces que hemos dado un toque lo tiene apagado ese móvil, ¿eh?”. “Pues ni lo cites en el informe si quiera”, le transmitió Asenjo, un pasaje que ilustra hasta qué nivel de detalle supervisó Iberdrola las investigaciones que hizo Villarejo para la compañía.

Iberdrola concedió máxima prioridad a una operación para espiar a un pequeño inversor que criticó la gestión del presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, en la Junta General de Accionistas de 2009. El entonces director de Seguridad de la empresa, Antonio Asenjo, despedido hace tres semanas, encargó presuntamente esa misión clandestina al comisario Villarejo y presionó luego para tener cuanto antes el resultado de las indagaciones.

Comisario Villarejo Ignacio Sánchez Galán
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