Radiografía a la delicada situación financiera de Correos, la empresa en el foco y clave para el 23-J

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Los supuestos problemas con la llegada del voto por correo a los miles de españoles que lo han solicitado para las elecciones generales del 23-J han puesto en el foco la gestión del presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, al frente de la empresa pública con más empleo en España (cerca de 50.000 trabajadores).

El revuelo avivado en los últimos días tanto, por el Partido Popular como por los sindicatos de la compañía pública, llega solo unos días después de que la firma presentara unas cuentas que revelan que la compañía se encuentra en una situación financiera comprometida. De hecho, el líder de PP, Alberto Núñez Feijóo, que fue presidente de Correos entre 2000 y 2003, ha llegado a pedir el cese de Serrano, al que ha tachado de "incompetente", mientras Pedro Sánchez asegura que todo es parte de una cortina de humo preelectoral.

Serrano, exjefe de gabinete del actual presidente del Gobierno, se puso al frente de Correos en 2018, tras la llegada del PSOE al Gobierno. La empresa del Estado a través de la SEPI obtuvo un beneficio neto en el primer año completo de Serrano de casi 15 millones de euros. Sin embargo, desde ese momento, ha acumulado cuantiosas pérdidas, que para 2020 y 2021 se achacaron en parte al covid-19 y en 2022 se puso como justificación de los números rojos la coyuntura económica derivada de la guerra en Ucrania.

En estos tres últimos años, Correos ha acumulado unas pérdidas de casi 600 millones después de impuestos. La cifra es aún más abultada antes de impuestos, ya que cada año las pérdidas del anterior le permiten reducir la sangría.

Las dudas de su auditor

Esta hemorragia de las cuentas ha llevado a su auditor, Grant Thornton, a expresar dudas sobre la viabilidad de la compañía en el futuro. "Las cuentas anuales consolidadas han sido formuladas asumiendo el principio de empresa en funcionamiento, es decir, asumiendo que la actividad del grupo Correos continúa, si bien, existen ciertos factores del negocio que podrían considerarse como causantes de duda", señala.

Los auditores de la firma ponen el foco en los fondos propios de la empresa. Para equilibrar su situación patrimonial, la firma ha tenido que cubrir el agujero generado cada año con fondos propios. De los más de 1.200 millones que tenía en 2019, poco después de la llegada de Serrano, se ha pasado a algo más de 600 millones, casi la mitad.

"La actividad de Correos continúa, si bien, existen ciertos factores del negocio que podrían considerarse como causantes de duda"

El auditor expresa esta duda porque si sigue acumulando pérdidas y los fondos propios se quedan por debajo del capital social, actualmente es de 612 millones, la compañía entraría en lo que se conoce como causa de disolución. La empresa resta importancia de cara a los dos próximos años gracias a un real decreto que exime la rebaja de fondos propios de 2020 y 2021, años lastrados por la pandemia. Los sindicatos también han alertado sobre este extremo. "Juan Manuel Serrano, presidente de Correos, se ha comido gran parte de los fondos propios, a este ritmo quebrará la empresa", aseguraba hace una semana CCOO, que señala que si se mantiene la deriva habría que ampliar capital. Algo que llevaría con toda probabilidad al Estado a cubrir el agujero con dinero público.

El sindicato ponía el foco sobre la débil generación de caja lo que lleva a la siguiente duda expresada por el auditor, su capacidad para pagar sus deudas con la banca. En este sentido, Grant Thornton advierte en el apartado de dudas que la empresa "posee un préstamo por importe de 325 millones de euros con una amortización única en el mes de abril de 2024" con Kutxabank.

Correos "posee un préstamo por importe de 325 millones de euros con una amortización única en el mes de abril de 2024" con Kutxabank

En los últimos años se han ido acrecentando las peticiones de créditos bancarios para necesidades de liquidez con las que cubrir el día a día. La firma asegura que en la segunda mitad de este año pretende refinanciar esta deuda con el banco vasco, quien le prestó al 0% en 2021 y ahora prevé alargar ese crédito a Euríbor a tres meses (casi 3,7%) más 0,48 puntos porcentuales. Más del 4,2%.

Para mitigar estas dudas, la empresa asegura que en su memoria integrada que está logrando acceso a crédito sin dificultades. Su principal acreedor actualmente es CaixaBank, la entidad cuyo segundo máximo accionista es el Estado a través del Frob.

Con el banco que dirige Gortázar ya firmó en 2022 pólizas por hasta 233 millones de euros —que completan otros 10 millones de Ibercaja— y para el gasto ordinario de este 2023 también ha salido a buscar ofertas de la banca para lograr otros casi 150 millones de euros, que también le habría concedido en su mayor parte CaixaBank, según publica Economía Digital. Correos firmó recientemente un acuerdo con CaixaBank para que los carteros puedan entregar efectivo en lugares remotos de la España rural donde no hay cajeros.

Ahora la duda es si el banco controlado por la Fundación Bancaria que lidera Isidro Fainé puede acumular más riesgo en la compañía de cara a la refinanciación de 325 millones que vencen en 2024 y que tienen que negociar ahora.

Hay otros indicadores que han empeorado con fuerza como el tiempo de pago a proveedores. De los 12 días a los que se pagaba en 2021 se ha pasado a pagar en 20 días.

Pérdidas por la guerra y el hundimiento de la carta

Con este panorama, la compañía alega tanto razones coyunturales como estructurales. La firma admite que incumplió en 2022 todas los objetivos de resultados que se había fijado y culpaba de ello al fuerte incremento que tuvo que afrontar de la energía y del precio del papel, dos de los principales costes de la empresa. A ello, hay que añadir ahora la subida de tipos de interés, dado que la deuda acumulada está haciendo mella en los costes financieros de la empresa.

La firma admite que incumplió en 2022 todos los objetivos de resultados que se había fijado

A ello hay que añadir un elemento estructural difícil de capear como es el hundimiento del envío de cartas por la digitalización. Correos es, además, el prestador del Servicio Postal Universal, lo que le obliga a tener personal repartido por todo el territorio pese a que cada vez tiene menos negocio tradicional.

Esto ha llevado a la CNMC a destacar en un informe publicado esta semana que Correos ha cosechado en 2022 sus ingresos más bajos desde que hay registros (-6,7% respecto a 2021). La propia empresa admite que tras la pandemia, cuando se redujeron con fuerza los envíos de cartas, no se ha recuperado el mercado postal, que sigue a la baja.

La CNMC destaca en un reciente informe que Correos ha cosechado en 2022 sus ingresos más bajos desde que hay registros

La prestación del SPU no es excusa para Celso Delgado, diputado del Partido Popular muy crítico con la gestión de Correos en los últimos años. Según expone, el resto de operadores postales europeos han logrado resultados positivos tanto en 2021 como en 2022. Así, detalla que las empresas homólogas a Correos de los países de nuestro entorno como Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Portugal, Suiza o Austria obtuvieron estos ebit positivos, frente a los negativos cosechados solo por la española.

Pese a que Correos obtuvo el doble de pérdidas en 2022 que en 2021, su presidente se subió el sueldo hasta más de 208.000 euros brutos anuales. En 2019, año en que se lograron beneficios fue cuando menos cobró: casi 179.000 euros. En 2020 su retribución fue de más de 199.000 euros con pérdidas de 264 millones. Y en 2021 los honorarios ascendieron a 203.749 euros, tras números rojos de 105 millones de euros, según datos de la empresa, que ha declinado hacer comentarios sobre el por qué de esta subida mientras la compañía acumula unas pérdidas récord. Representa un alza salarial del 16% en cuatro años.

La firma tenía pensado contrarrestar este problema con un aumento del negocio logístico y de paquetería, que está en auge, y del que Correos podría ser un actor destacado dada su amplísima estructura territorial creada durante décadas. Sin embargo, ahí se está viendo sobrepasada con fuerza por sus competidores. Correos Express, dedicad a la paquetería, tuvo menos ingresos en 2022 que en 2021 (-0,7%), según detalla la CNMC. En ese periodo, Amazon creció casi un 20%. Su facturación ya está en más de 1.700 millones, cada vez más cerca de los más de 1.900 millones que facturan Correos y Correos Express. El resto de actores privados, como DHL (+9,9%), Fedex (+5,3%) o UPS (+4,4%) también crecen.

A esto hay que añadir algunas experiencias no del todo satisfactorias como Correos Cargo, una alianza con Avoris para hacer transporte de largo recorrido en avión que finalmente se rompió.

Para apaciguar las dudas de los auditores, Correos señala que está en elaboración de un plan de choque, "con nuevas medidas para regresar a beneficios lo antes posible. Las nuevas medidas están basadas en la potenciación del negocio de la paquetería por el crecimiento del comercio online, los nuevos negocios de nueva creación como su operador de telefonía, nuevos servicios potenciando la extensa red de oficinas y la apuesta por el crecimiento de su negocio internacional siempre sin perder de vista la prestación de las obligaciones del SPU, así como establecer diferentes medidas, como la potenciación de las sinergias dentro del grupo, que produzcan eficiencias y una contención del gasto, que permitan volver a la obtención de flujos de caja positivos".

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Para el plan de eficiencias con el que contener el gasto, la dirección de Correos ha contratado a Mckinsey, tal y como publicó este medio el pasado mes de mayo. Fuentes de la compañía no descartaron que dicho ajuste aplique al personal. Sin embargo, otras fuentes conocedoras de los planes de la cúpula señalan que Serrano tiene las manos muy atadas para poder hacer lo que haría cualquier otra empresa privada que presenta unas pérdidas de esta magnitud.

Estas fuentes destacan que el presidente tiene que manejar una empresa dimensionada para otra época, pero que está obligado a seguir garantizando el mermante servicio postal universal. Correos además se ha convertido en una especie de agencia de empleo público, con amplias ofertas como la de este año en el que se han convocado más de 7.757 plazas. Una carga laboral que trasciende al ámbito de Correos y que dificulta el manejo de costes para los administradores de la compañía. No obstante, la firma recibe cada año un pago del Estado por la prestación de ese Servicio Postal Universal. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), el 55% del empleo creado es empleo público.

El Confidencial se puso en contacto con Correos para recabar su versión sobre las dudas expresadas por el auditor y el resto de cuestiones sobre sus finanzas pero no obtuvo respuesta.