Pantanos secos y garrafas llenas: la situación de 'win-win' que vive hoy el agua embotellada
Sequía, restricciones, olas de calor y un aumento del turismo. La demanda de botellas y garrafas de agua envasada crece en toda España ante el verano más tórrido que se recuerda
Revista de prensa:
Los vecinos y comerciantes de Ribadavia, en Ourense, se proveen de garrafas de agua para hacer frente a las restricciones. Inma Rodríguez utiliza agua embotellada en su peluquería para lavar la cabeza a sus clientas. En la localidad onubense de Cumbres Mayores, los supermercados no dan abasto. Los vecinos se 'pelean' por conseguir una garrafa de agua. "Es impresionante la cantidad de agua que se puede vender en un día", dice uno de los trabajadores. El Ayuntamiento de Guadalcanal (Sevilla) declara el agua del grifo no apta para consumo humano. Zamora atraviesa el ecuador de la peor sequía registrada en los últimos 61 años (...) la institución también ha tenido que llevar cisternas y agua embotellada a un puñado de localidades durante los primeros días de agosto: "No es un número alocado de pueblos, pero sí es preocupante". La Diputación de Sevilla ha aprobado la declaración de emergencia no catastrófica para las localidades de Pedrera y Aguadulce; entre las posibles medidas se incluye la compra de agua envasada. NielsenIQ ha precisado que la inusual ola de calor que se vivió en España en junio hizo que se disparase la venta de agua envasada, con un crecimiento en valor del 16,3%. El agua embotellada se agota en Gibraltar por las restricciones en el suministro. En Bélgica, donde este verano un 79% de las reservas subterráneas mostraba niveles "bajos o muy bajos" de agua, estanterías vacías de agua embotellada en algunos supermercados.
El patrón, en España y fuera, es el mismo. El agua no sale del grifo, toca recurrir a la botella o a la garrafa. Incluso en los sitios donde aún no se han decretado restricciones nocturnas, como al norte de Córdoba, los vecinos comienzan a detectar que el agua del grifo tiene ya demasiado poso, consecuencia del alarmante estado en que se encuentran pantanos como el de Sierra Boyera, a menos del 15% de capacidad. La presencia de fangos en estos pantanos también dificulta la extracción del agua que queda. Por todo ello, y sin que nadie decrete nada, muchos cordobeses, andaluces y españoles están optando por beber de la botella en lugar del grifo.
La situación este año no parecía tan positiva para las marcas de agua envasada. En mayo, el Gobierno obligaba a los establecimientos de hostelería a ofrecer a sus clientes agua no envasada de manera gratuita. Sin embargo, las pocas lluvias que hubo en primavera y las recurrentes olas de calor han acabado por dar la vuelta a la situación.
El Confidencial ha consultado a las grandes cadenas de supermercados si están vendiendo más. Desde Lidl, la tercera cadena en volumen de facturación, confirman que "hemos experimentado un aumento de demanda de aguas embotelladas". Este crecimiento está en las cifras que baraja también el Ministerio de Consumo. "Aproximadamente un 10% en comparación con el año anterior", explican desde la cadena alemana.
Pantanos y acuíferos vacíos, garrafas llenas
En algunos casos de nuestra geografía, encontramos ejemplos tan llamativos como el de Girona. El Ayuntamiento de Sils, en la comarca de La Selva, emitió hace dos semanas un bando por el que se prohibía usar el agua para regar jardines, rellenar piscinas o lavar el coche. Como en otros pueblos, los vecinos de algunas urbanizaciones recibieron garrafas de agua para paliar la situación. Su alcalde, Eduard Colomé, explicó que los acuíferos que abastecen al pueblo habían alcanzado niveles excepcionales de escasez "a raíz de la falta de precipitaciones de los últimos meses".
La situación no se limita a Sils, sino que se extiende por muchas otras partes de Girona y el resto de Cataluña. Lo más llamativo es que la comarca de La Selva es uno de los epicentros del agua mineral en España. Según un estudio sobre el sector del agua mineral realizado por investigadores de las universidades de Murcia y Castilla-La Mancha y publicado en la revista 'Water', en 2019 había en nuestro país 165 plantas de embotellado de agua mineral. La provincia que más tiene es Girona, con 22, de las cuales 15 están en la comarca de La Selva.
Por ponerlo en contexto, Girona tiene el mismo número de manantiales destinados al agua embotellada que Portugal o Lituania, y más que Bulgaria, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, República Checa... Entre las marcas que tienen allí su fuente de abastecimiento están Font Vella, Fonter, Aquarel, Sant Hilari, San Narciso, Vichy Catalán o Malavella.
El otro gran foco del agua mineral en España es Granada, que tiene una decena de plantas embotelladoras. La marca principal allí es Lanjarón, aunque, a fin de cuentas, tanto Font Vella como Aguas de Lanjarón pertenecen ambas al mismo grupo francés, Danone, y realizaron una fusión administrativa en 2006.
Desde la Asociación de Aguas Minerales de España confirman también que, "según nuestras primeras estimaciones, hemos tenido un incremento significativo de la demanda de agua mineral desde prácticamente finales de abril, aunque es importante resaltar que aún queda recorrido para alcanzar las cifras de producción previas a la pandemia". Parte del incremento, indican, se debe a que la temporada de verano se ha adelantado este 2022.
Sin embargo, matizan el que pueda haber una relación directa entre los pantanos vacíos y su actividad. "Las aguas minerales tienen un origen subterráneo, por lo que los efectos meteorológicos excepcionales, como la sequía o niveles muy superiores a los índices habituales de precipitaciones, no tienen incidencia ni una relación inmediata causa/efecto con el nivel de los acuíferos subterráneos, ni con la producción de agua mineral", explican desde Aneabe.
La cantidad de agua que estas empresas pueden extraer del subsuelo está vigilada y controlada por las autoridades mineras de las CCAA, que son quienes determinan el caudal máximo con base en el balance hídrico de cada acuífero. "Las restricciones del agua de abastecimiento público en épocas de sequía no tienen influencia en la producción de aguas envasadas", apuntan.
Donde sí está teniendo un problema el sector del agua es en el transporte. Recientemente, un mayorista de un pueblo andaluz afectado por la sequía relataba que una distribuidora no podía enviarle una remesa de botellas de agua mineral, no porque no las tuviera, sino porque no lograba encontrar un camión para transportarlas hasta su almacén.
Revista de prensa:
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