Es noticia
La Generalitat llora por la irrelevancia de su papel en la fusión CaixaBank-Bankia
  1. Empresas
Sin competencias sólo puede ser espectadora

La Generalitat llora por la irrelevancia de su papel en la fusión CaixaBank-Bankia

El Govern reclama que vuelva la sede pero no ofrece nada. ERC critica la operación mientras Pere Aragonès se pone de perfil ante la falta de competencias en finanzas

Foto: El presidente catalán, Quim Torra, y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès. (EFE)
El presidente catalán, Quim Torra, y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès. (EFE)

La Generalitat ha oscilado entre la fría indiferencia y el llorar por la 'leche derramada' ante la negociación de la fusión de CaixaBank con Bankia. En la práctica, la administración catalana nada puede hacer salvo ser una mera espectadora. Pero la fusión ha incomodado a los políticos independentistas porque ha puesto en evidencia la pérdida de relevancia de Cataluña en cuestiones financieras de calado. Ahora se crea el primer banco español con ahorros de buena parte de los catalanes y la Generalitat no tiene ni voz ni voto en la operación.

Como lamenta el presidente de la Cámara del Comercio de Barcelona, Joan Canadell, muy cercano a Carles Puigdemont y sus posicionamientos "con esta operación CaixaBank se alejaría aún más de Cataluña y de sus raíces y a nosotros, como entidad fundadora, nos preocupa este alejamiento y, por tanto, proponemos que si se hace esta fusión se devuelva la sede a Barcelona, de donde nunca debería haberse ido. Los órganos de decisión deberían mantenerse lo más cerca del origen de la entidad y la fusión debería servir para reforzar el arraigo de CaixaBank en Cataluña, así como para acercarse más a la sociedad catalana, sobre todo a la pequeña y mediana empresa", según reza un comunicado remitido a los medios.

"Si se hace esta fusión que se devuelva la sede a Barcelona, de donde nunca debería haberse ido", pide el presidente de la cámara catalana

El vicepresidente económico, Pere Aragonès, ha destacado que "sería bueno que la sede de CaixaBank volviese a Cataluña" y ha abogado por mantener "la vinculación con el tejido económico y social del país" de CaixaBank. Además, ha anunciado que en los próximos días estarán "en contacto con las entidades para hablar de estos aspectos que nos ocupan y nos preocupan". En la práctica, la fusión se ha negociado a sus espaldas y la Generalitat se ha enterado por la prensa. La sede social se quedará en Valencia, ahora con mayor razón, porque allí también la tiene Bankia. Y el centro de decisión estará cada vez más en Madrid, donde además reside el futuro presidente de la entidad resultante: José Ignacio Goirigolzarri. Además, el Gobierno español se cuela por la parte de atrás: con un 14% se sentarán en el consejo y podrán tener una minoría de bloqueo para determinadas cuestiones. En términos de poder catalán, la operación no es un éxito, por decirlo con suavidad.

Foto: José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, y Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank. (EC)

Aragonès ha mostrado también su preocupación por los puestos de trabajo que se perderán por la fusión, pero la Generalitat tampoco podrá hacer nada en ese terreno. A principios de la legislatura, según apuntan fuentes financieras, Pere Aragonès se reunió con Isidre Fainé en la sede de CaixaBank y le pidió que la Fundación Bancaria "la Caixa", accionista de Criteria y de manera indirecta de CaixaBank, volviese a Cataluña. Aragonès entendía que el banco no podría hacerlo, pero quería recuperar centros de decisión. Fainé le respondió que no se daban las condiciones necesarias. Aragonès nunca hizo pública esta gestión, tal vez la más importante de su mandato, por miedo a que sus propios votantes lo entendiesen como traición.

Más radical se ha mostrado en La Sexta, Gabriel Rufián. El portavoz de ERC en el Congreso aseguró que opinaba tras haber hablado con la Conselleria de Economía y ha calificado la fusión de "muy mala noticia" porque, a su juicio "no se ha tenido en cuenta ni al Govern ni a la gente del territorio". Para Rufián, la fusión, además, "es una privatización encubierta de Bankia para intentar tapar todo el dinero que se le dé a la ciudadanía".

Tremosa, desmemoriado

La fusión también ha servido para ver el rol que va a jugar el nuevo 'conseller' de Empresa, Ramon Tremosa, que tuvo mucha falta de memoria respecto a cómo despreció el independentismo la marcha de sedes de empresas en octubre de 2017. Ahora, Tremosa ha pedido desde la radio y la televisión pública que la sede de CaixaBank vuelva a Cataluña. Eso sí, sin ofrecer ninguna contrapartida como renunciar al discurso en favor de la unilateralidad que tanto gusta a su benefactor, Carles Puigdemont. Tremosa va asumiendo cada vez más el papel de 'conseller' de Economía en la sombra de Waterloo, en abierta competencia con Aragonès.

La Generalitat ha perdido el poder sobre CaixaBank pero no ha sido por esta fusión, ni por lo que pasó en 2017. El fenómeno se remonta diez años atrás

En general, la falta de memoria es clave para estas cuestiones de política catalana. En agosto de 2010 se reunió la Comisión Permanente del Parlament y la Generalitat renunció a sus competencias sobre las cajas de ahorro. Se hizo con nocturnidad y alevosía y así se evitó tener que poner dinero catalán en el rescate de las cajas de las diputaciones: Caixa Catalunya, Caixa Tarragona, Caixa Girona. La Generalitat se ahorró cientos de millones, pero al precio de no poder pintar nada y dejar todo el poder al Gobierno central, algo que se hizo evidente cuando La Caixa se convirtió en Fundación Bancaria en 2014.

Escasa representación

Desde entonces el independentismo ha ganado poder político pero ha vivido completamente separado, como si el sector financiero no existiera. Desde el pasado mes de julio los soberanistas tienen un representante en el patronato de la Fundación Bancaria "la Caixa", que se prevé tenga cerca de un 30% de la entidad resultante de la fusión y que, por tanto, será su primer accionista. Se trata del empresario y abogado Antoni Fitó, en representación de la Cámara de Comercio de Barcelona, entidad que controlan los soberanistas después de que la ANC lograse colocar de presidente a Joan Canadell. Pero con un miembro de 15, no es nada que pueda hacer peligrar la fusión. Si el proyecto naufraga no será por nada que pueda hacer la Generalitat o el independentismo.

La Generalitat ha oscilado entre la fría indiferencia y el llorar por la 'leche derramada' ante la negociación de la fusión de CaixaBank con Bankia. En la práctica, la administración catalana nada puede hacer salvo ser una mera espectadora. Pero la fusión ha incomodado a los políticos independentistas porque ha puesto en evidencia la pérdida de relevancia de Cataluña en cuestiones financieras de calado. Ahora se crea el primer banco español con ahorros de buena parte de los catalanes y la Generalitat no tiene ni voz ni voto en la operación.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Parlamento de Cataluña Finanzas Banca Generalitat de Cataluña Cataluña Nacionalismo Valencia Catalán
El redactor recomienda