Fusión Caixa-Bankia: Valencia da por hecho que mantendrá la sede de la nueva entidad
Ximo Puig mantiene desde hace algunos días contactos con los responsables de los dos bancos. La Generalitat dice que lo "lógico y razonable" es que la sede social siga en la capital valenciana
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La Generalitat valenciana peleará para que la entidad resultante de la fusión de Caixabank y Bankia mantenga la sede social en Valencia, tal como ocurre ahora con los dos bancos. El 'president' valenciano, Ximo Puig, ha mantenido contactos en los últimos días con los máximos responsables financieros. El barón socialista tiene buena comunicación tanto con José Ignacio Goirigolzarri como con Jordi Gual e Isidre Fainé. El mensaje que se traslada desde la Administración autonómica es que lo "lógico y razonable" es que la ciudad del Turia siga ejerciendo el papel de anfitriona que ya ostenta.
Sin articular una contestación directa, el Consell de Puig salió al paso este viernes de las declaraciones del conseller de Empresa del Govern catalán, Ramon Tremosa, que este mismo viernes reclamaba el regreso a Cataluña de la sede bancaria, después de que en octubre 2017, en plena tormenta soberanista, el banco que preside Gual decidiese mudarse de Barcelona a Valencia para despejar incertidumbres y lanzar un mensaje de tranquilidad a los mercados. "Sería un hito muy positivo para la Comunidad Valenciana dentro del respeto absoluto a las decisiones que tomen las dos entidades privadas" que Valencia albergase la sede, señalan desde el entorno del presidente autonómico.
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Para la Comunidad Valenciana, que perdió casi la totalidad de su sistema financiero (Bancaja, Banco de Valencia y Caja Mediterráneo) tras la crisis financiera de 2008, mantener las sedes sociales es una cuestión estratégica. CaixaBank ocupa ahora el edificio del antiguo Banco de Valencia, en la calle Pintor Sorolla. A menos de doscientos metros en la misma calle y la misma acera, tiene su central Bankia, en el viejo cuartel general de Bancaja. Ambos inmuebles están separados por un palacete ocupado por el Banco de Sabadell, aunque este tiene el domicilio en Alicante.
En realidad, la elección de la sede no deja de ser un formalismo, aunque implica beneficios en términos de imagen y celebración de juntas de accionistas o presentaciones de resultados con el consiguiente traslado de personal. Bankia tiene su sede oficial en Valencia desde su nacimiento, producto del pacto de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja de 2010. Pero ya entonces se decidió que el cuartel general estuviese en la capital de España, al igual que CaixaBank ha mantenido en realidad su dirección operativa en Barcelona. La verdadera incógnita es cuál de las dos capitales (Madrid o Barcelona) tendrá más peso en la nueva estructura si finalmente se completa la fusión. En ese pulso, Valencia emerge como territorio neutral. Según las primeras informaciones, habría un equilibrio o reparto de equipos y funciones directivas, aunque Gonzalo Gortázar, actual CEO de la entidad catalana, asumiría un puesto similar en el nuevo banco y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, conservaría la presidencia pero con menos atribuciones ejecutivas, tal como avanzó anoche El Confidencial.
La Generalitat valenciana peleará para que la entidad resultante de la fusión de Caixabank y Bankia mantenga la sede social en Valencia, tal como ocurre ahora con los dos bancos. El 'president' valenciano, Ximo Puig, ha mantenido contactos en los últimos días con los máximos responsables financieros. El barón socialista tiene buena comunicación tanto con José Ignacio Goirigolzarri como con Jordi Gual e Isidre Fainé. El mensaje que se traslada desde la Administración autonómica es que lo "lógico y razonable" es que la ciudad del Turia siga ejerciendo el papel de anfitriona que ya ostenta.