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Rajoy quiere librarse de las ataduras de Bruselas y despedir a la 'troika'
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EL PLAN DE ASISTENCIA SE TIENE QUE ACABAR

Rajoy quiere librarse de las ataduras de Bruselas y despedir a la 'troika'

Tras la visita de la 'troika', el objetivo de España es bajar el telón al programa de asistencia financiera y acabar con la intervención económica de Bruselas

Foto: Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría, Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro. (EFE)
Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría, Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro. (EFE)

Lo que ha cambiado el cuento. En menos de un año, la gran banca, portavoz interesado de los más ilustres empresarios del país, ha pasado de invocar en la plaza pública por un nuevo rescate financieroa clamar en plenaria rogativa para que Luis de Guindos consiga desentrañar el programa de asistencia financiera que, en la práctica,implica la intervención de España bajo el mando y control de Bruselas.Nadie más interesado que el ministro de Economía en dar pasaporte a los funcionarios de la ‘troika’ que esta semana han culminado su enésima visita guiada por Madrid.Ojalá que sea la última.

Encabezado por el jefe de la misión del FMI para España, James Daniel, un nutrido grupo de casi 20 funcionarios de todas las instituciones comunitarias habidas y por haber, desde el BCE a la Comisión Europea pasando por la EBA y el MEDE, han instalado durante los últimos quince días su particular hospital de campaña en el centro financiero de la capital del Reino. Desde esta base de operaciones, situada en la propia sede del Banco de España, el ejército de los llamados ‘hombres de negro’ ha disparado a todo lo que se mueve dentro del mercado financiero español, examinando hasta debajo de las uñas los balances de los grandes grupos bancarios pero también poniendo a prueba la capacidad del Gobierno para cumplir sus compromisos presupuestarios con la Unión Europea.

El celo fiscalizador de los burócratas comunitarios ha sido realmente ‘humillante’ al decir de los propios sufridores que se han visto sometidos estos días al brazo secular de la ‘troika’. A pesar de todos los pesares; incluyendo las nacionalizaciones a manos del FROB y los decretos Guindos y Salgado de provisiones a gogó con sus correspondientes ajustes contra reservas, ampliaciones de capital y demás reestructuraciones laborales, lo cierto es que a día de hoy la banca española sigue siendo el chivo expiatorio de los inquisidores europeos.

El saneamiento del sistema financiero ha sido de los que hacen época en nuestro país con unas entidades que se han dejado por el camino casi 250.000 millones de euros, un 25% del PIB, que se dice pronto. Mientras tanto, las ayudas recibidas fueron relativamente moderadas, 41.000 millones que hubo que pedir a Bruselas hace año y medio cuando los mercados de capitales castigaban a España por la falta de credibilidad de toda la zona euro.

Mariano Rajoy se ha cuidado muy mucho de ahuyentar los cantos de sirena que abogaban por un tirón adicional de la línea de crédito habilitada en el célebre MoU de rescate bancario suscrito en julio de 2012. El inquilino de La Moncloa ha preferido apretar las tuercas de la consolidación fiscal; entiéndase principalmente subida de impuestos, en un ejercicio de mortificación con el que pretende demostrar a Europa que, llegados a este punto, ya no se necesitan más ayudas exteriores para avanzar por la senda de la recuperación.

La capacidad de persuasión de Luis de Guindos

El trecho por recorrer es todavía largo pero el carril está perfilado y sólo falta por definir el ritmo de la pedalada que nuestro país puede mantener hasta alcanzar la ansiada meta. Las últimas declaraciones del comisario de Asuntos Económicos, Olli Rhen, apadrinando el descubrimiento de nuevos brotes verdes en España,suponen un aval de indudable valor para garantizar la confianza de la Unión Europea. A poco que Cristóbal Montoro consiga cuadrar al cierre de 2013 el objetivo de déficit público comprometido en el 6,5% del PIB, el Gobierno seguirá contando con el respaldo inequívoco de las grandes instituciones europeas.

El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn (Reuters)El crédito internacional a la política económica del Partido Popular, más allá de las palmadas en la espalda, debe refrendarse en cualquier caso con la retirada de esa tropa financiera de ocupación que mantiene a la economía española en estado de excepción desde hace año y medio. Con el ecuador de la legislatura a la vuelta de la esquina el objetivo más solemne e inmediato del Gobierno no es otro que ajustar las cuentas con los delegados de la ‘troika’ y pedirles que devuelvan las llaves de la fortaleza poniendo término al degradante programa de asistencia financiera.

Para ello será preciso que el ministro Luis de Guindos ejerza en las próximas semanassus singulares dotes de persuasión y espante los temores que todavía alertan a los funcionarios de Bruselas. Los ‘hombres de negro’ han podido confirmar durante su reciente visita a España los avances llevados a cabo en el proceso de saneamiento bancario, pero el miedo es soberano y las suspicacias están a flor de piel porque todavía hay que despejar alguna ‘pequeña incógnita’ antes de resolver definitivamente el problema y obtener el aprobado general de los inspectores comunitarios.

Los activos fiscales diferidos

La primera cuestión que es preciso desentrañar está relacionada con el tratamiento de los créditos fiscales diferidos, 51.000 millones de euros en números redondos, que las agencias de rating van a descontar del core capital de los bancos españoles a partir del próximo año. El sector financiero ha vendido la piel del oso antes de cazarlo porque se preveía que Hacienda iba a arreglar los célebres DTAs al estilo italiano, asegurando la garantía del Estado para su conversión en créditos fiscales a descontar de la base imponible.

Preocupado como es lógico por la elaboración de los nuevos Presupuestos para 2014, el ministro Montoro no ha tenido o no ha encontrado tiempo para rematar un acuerdo con el Banco de España que satisfaga los requerimientos de Basilea III sin abrir una vía de agua en las cuentas públicas. El guardián de la caja de caudales no admite ni media fisura y se resiste a aportar un cheque en blanco que obligue al Estado a cubrir con déficit el agujero de unos activos que han sido generados en su mayor parte como consecuencia del propio saneamiento del sector financiero.

Los observadores del mercado están convencidos de que la solución llegará tarde o temprano pero Luis de Guindos no quiere que su colega de Hacienda se dilate mucho en encontrar una fórmula efectiva, no vaya a ser que algún burócrata comunitario se harte de paciencia y decida archivar para mejor ocasión el expediente de rehabilitación y libertad condicional que ahora se tramita a favor de la economía española. La garantía sobre los DTAs es fundamental para evitar necesidades de capital sobrevenidas que situarían otra vez a la banca española al pie de los caballos de Bruselas.

La privatización de NCG y Catalunya Banc

José María Castellano, NCG Banco (EFE)A fin de cuentas, con sus dimes y sus diretes, sus pruebas y sus errores, lo cierto es que a la fecha de hoy la catarsis del mercado bancario en España está a punto de caramelo, pendiente tan sólo de la resolución de NCG Banco y Catalunya Banc. El destino de estas dos entidades es el otro fleco que falta por rematar para que los ‘hombres de negro’ cambien de uniforme y dejen de llevar luto por España.

Para el FROB que dirige Fernando Restoy es fundamental que sendas privatizaciones se lleven a cabo sin tirar de la chequera del Estado. No puede haber más ayudas institucionales que las que se deriven de la propia optimización de balances, pero nada de apelar al fondo de rescate porque eso sería hacer trampas en el solitario y volver a la caverna de la ‘troika’.

La línea de crédito de hasta 100.000 millones realmenteni está ni se la espera porque sólo mentarla puede representar una herejía en el acto de fe que exige nuestro país a los vigilantes de la playa financiera. El Gobierno considera que ha exterminado a todos los tiburones y no necesita interventores extranjeros para reactivar el motor de la economía. Si no hay necesidad de muletas tampoco debe haber obligación de cadenas. La recuperación empieza por salir de la recesión y termina por crear empleo neto pero en medio de la función es fundamental echar el telón del rescate bancario. O lo que es igual, abrir el cerrojo de ese mecanismo de asistencia que mantiene a España agarrada por el ronzal de Bruselas.

Lo que ha cambiado el cuento. En menos de un año, la gran banca, portavoz interesado de los más ilustres empresarios del país, ha pasado de invocar en la plaza pública por un nuevo rescate financieroa clamar en plenaria rogativa para que Luis de Guindos consiga desentrañar el programa de asistencia financiera que, en la práctica,implica la intervención de España bajo el mando y control de Bruselas.Nadie más interesado que el ministro de Economía en dar pasaporte a los funcionarios de la ‘troika’ que esta semana han culminado su enésima visita guiada por Madrid.Ojalá que sea la última.

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