El impuesto a las rentas del trabajo dispara la recaudación fiscal en 2024

El año ha comenzado con una gran inercia en el gasto público derivado de los compromisos provocados por la subida de precios. La revalorización de las pensiones y de los salarios públicos, el encarecimiento de los productos intermedios o el incremento de los intereses de la deuda están apretando el presupuesto del Estado en el inicio del año. El gasto de los dos primeros meses del año ha sido un 9% superior al del mismo periodo del año anterior, un incremento de 2.500 millones de euros.

Sin embargo, el ritmo de la recaudación no se queda atrás: sigue superando las expectativas y está permitiendo compensar este gran aumento del gasto público. Los ingresos del Estado han aumentado casi un 11% en los dos primeros meses del año. El IRPF sigue siendo un impuesto incombustible, que se beneficia tanto de la creación de empleo como de la subida de los salarios, ambos muy dinámicos en el inicio del año.

De los 2.700 millones adicionales de recaudación tributaria, el IRPF ha generado nada menos que el 63%. Ni siquiera el aumento del mínimo exento de tributación que ha aprobado el Gobierno para que no se les apliquen retenciones a los beneficiarios del nuevo salario mínimo interprofesional, ha conseguido frenar al tributo. Los ingresos brutos por retenciones están siendo un 7% superiores a las del año anterior, lo que supone casi 1.500 millones más que en los dos primeros meses del año anterior.

El IRPF se ha convertido en el gran impuesto recaudador durante la pandemia. Hay varias causas que lo explican, pero tres son las más importantes: el ‘boom’ del empleo que ha vivido España desde el año 2021, las subidas salariales por la inflación (con progresividad en frío) y el afloramiento de economía sumergida. También las subidas de impuestos han jugado un papel, pero menor, porque las subidas a las rentas del trabajo más altas y al ahorro se han contrarrestado con bajadas a las clases más populares.

En total, en los últimos 12 meses el IRPF ha aportado el 44,5% de todos los ingresos de la Agencia Tributaria, casi cinco puntos más que antes de la pandemia. Durante la burbuja inmobiliaria, la aportación del IVA y del impuesto sobre sociedades llegó a ser similar a la del IRPF, pero en la actualidad el IRPF genera más recaudación que los otros dos grandes impuestos juntos.

El IRPF es un impuesto muy progresivo, por lo que su crecimiento ayuda a la redistribución de la renta. Tradicionalmente, los economistas también han señalado que tiene más incidencia sobre la actividad económica que los impuestos indirectos, como el IVA o los especiales. Sin embargo, en los últimos años existen dudas sobre esta afirmación, ya que la financiación de los servicios públicos también contribuye a mejorar el crecimiento económico, sobre todo en el caso de la Educación.

En la actualidad, el IRPF está recaudando un 35% más que antes de la pandemia. Esto son casi 3.000 millones de euros más cada mes de recaudación de media a lo largo del año. Este crecimiento de los ingresos es lo que está permitiendo compaginar la reducción del déficit público con el aumento del gasto público. Por ejemplo, solo el IRPF ha financiado la mitad del aumento del gasto acometido en el inicio del año.

El IVA, por el contrario, está dando resultados pobres como consecuencia de las bajadas aprobadas en el marco de la crisis inflacionista, tanto las reducciones de la energía como de algunos alimentos de primera necesidad. Pero también la debilidad del consumo de los hogares está complicando el aumento de las ventas. En los dos primeros meses del año, el IVA ha generado 840 millones adicionales de recaudación que en el mismo periodo de 2023, un incremento del 4%.

Los impuestos especiales también han comenzado el año con dinamismo, impulsados por el crecimiento económico

Los impuestos especiales también han comenzado el año con dinamismo, impulsados por el crecimiento económico. Entre enero y febrero han aumentado su recaudación un 10%, lo que supone 300 millones adicionales para el erario público. La mayor parte del crecimiento procede del impuesto al tabaco, que el Gobierno ha vuelto a subir en el inicio del año. También el impuesto sobre plásticos de un solo uso, introducido en 2023, ya ha adquirido velocidad de crucero, generando algo más de 51 millones de euros entre enero y febrero.

En definitiva, el año 2024 comienza con un crecimiento acelerado de los ingresos tributarios. Es pronto para saber si esta inercia se mantendrá durante el resto del año, pero los analistas apuntan a una desaceleración del empleo y de la subida salarial que debería terminar frenando la recaudación del IRPF. En paralelo, las bajadas de impuestos deberían animar la demanda interna, por lo que el IVA y los impuestos especiales contrarrestarán la desaceleración de la renta, manteniendo la recaudación pública en niveles elevados.