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Las dos Españas rurales: no todos los pueblos agonizan, algunos están en pleno auge
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Un país de contrastes

Las dos Españas rurales: no todos los pueblos agonizan, algunos están en pleno auge

Las grandes ciudades concentran la creación de empleo, mientras que los pueblos siguen agonizando. Pero no todos son iguales, hay muchos pueblos que se están llenando

Foto: Imagen de la costa de Cadaqués. (iStock)
Imagen de la costa de Cadaqués. (iStock)
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Los 23 mayores municipios de España concentran el 47% del empleo creado en España desde que comenzó la pandemia. Casi la mitad. Las grandes urbes alimentan su maquinaria económica con la mano de obra que emigra del mundo rural y de las pequeñas ciudades, que se están vaciando sin remedio. Ya ni siquiera las capitales de provincia consiguen escapar a la atracción gravitacional de las grandes ciudades. Sin embargo, no todo el mundo rural se está vaciando. Al contrario, existen amplias regiones en España cuyos pueblos están en pleno auge, aunque no ocupen tanto espacio en los medios de comunicación.

Puntallana, un pequeño municipio de 2.500 habitantes en el oeste de la isla de La Palma (Santa Cruz de Tenerife), ha conseguido escapar de la despoblación y está buscando financiación para poner en marcha nuevas promociones inmobiliarias con las que dar salida a la demanda de vivienda. El número de afiliados en el pueblo ha aumentado en 165 personas desde el inicio de la pandemia, lo que supone un aumento del 32%. La principal actividad económica del pueblo es la agricultura, sobre todo del plátano, pero ha conseguido diversificar su economía en los últimos años para evitar la pérdida de población, con turismo rural, construcción o comercio.

Su caso no es una excepción en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Al contrario, se trata de la provincia de España que más empleo rural ha creado en estos cuatro años. En concreto, el número de afiliados en municipios de menos de 1.000 afiliados ha aumentado un 16%, lo que supone un aumento del empleo de 1.350 ocupados, según los registros de la Seguridad Social. Los pueblos más pequeños de la provincia tinerfeña han creado más empleos (en términos relativos) que muchas grandes ciudades.

Hay otras provincias cuyos pueblos han creado mucho empleo. Las dos siguientes son Alicante y Murcia, ambas con un aumento de la ocupación de doble dígito: un 14,4 y un 11%, respectivamente. En los primeros puestos también se sitúan los pueblos de Madrid, Baleares, Girona, Guadalajara o Las Palmas. Estas provincias tienen una característica común: son regiones dinámicas que permiten que el crecimiento económico llegue hasta su mundo rural. El crecimiento de todos estos pueblos se apoya en al menos una de estas tres causas: proximidad a las grandes ciudades, posicionamiento estratégico con buenas conexiones hacia Europa o proximidad a las zonas más turísticas. Es importante señalar que esta estadística mide empleos y no población, por lo que refleja la verdadera actividad económica en los distintos municipios.

Girona une las tres causas, lo que explica que sea la sexta provincia con mayor crecimiento del empleo en sus pueblos. Cadaqués es uno de los pequeños municipios más famosos de España y está viviendo una gran expansión gracias al turismo. Pero hay otros pueblos del interior que están viviendo un gran auge. Es el caso, por ejemplo, de Riells i Viabrea, Besalú, Massanes o Llívia, rodeado por territorio francés, que han crecido intensamente gracias a las segundas residencias de ciudadanos de Barcelona que quieren tener casa en el pueblo.

Los pueblos de Guadalajara también han crecido intensamente gracias a su proximidad a Madrid y al eje logístico creado en la autovía A-2, que da salida hacia Cataluña y Europa. En el municipio de Torija, por ejemplo, el empleo ha crecido nada menos que un 56% en estos cuatro años gracias al desarrollo de la logística, ya que se sitúa en medio del eje de comunicaciones hacia la capital. El sector copa nada menos que el 60% del empleo del pueblo. Sin embargo, los pueblos del sur de Guadalajara, que están lejos de Madrid y de la autovía, se parecen más a la España vaciada y siguen perdiendo empleo. Localidades vecinas como son Almoguera, Driebes, Mazuecos, Albares, Yebra o Zorita tienen actualmente menos empleo que antes de la pandemia.

Los pueblos de Guadalajara también han crecido intensamente gracias a su proximidad a Madrid y al eje logístico creado en la autovía A-2

Algunos de estos pequeños pueblos han conseguido consolidarse gracias a la industria y a la logística, por lo que se sitúan en el este peninsular, donde están las mayores ciudades del país, así como la salida hacia el Mediterráneo y Europa. En la provincia de Alicante, una de las más dinámicas en el mundo rural, destacan pueblos como Tibi. El pueblo es conocido en la provincia por albergar el mirador Balcón de Alicante, pero que ha crecido en las dos últimas décadas en torno a la industria del plástico.

En definitiva, toda la España rural no está condenada al abandono, sino que todo depende del dinamismo de las diferentes regiones. El Levante español, las islas y Madrid tienen un gran dinamismo, lo que permite que crezcan no solo sus ciudades, sino también sus pueblos.

La España que no remonta

Por el contrario, hay otra España en la que no solo los pueblos, también las pequeñas ciudades están agonizando. En los cuatro últimos años, los peores registros se han producido en el norte de Andalucía. Jaén concentra los resultados más negativos. Por ejemplo, los pueblos de menos de 1.000 afiliados han perdido nada menos que el 10% del empleo desde el inicio de la pandemia. Esto es, se encuentran en una situación de declive acelerado por la emigración de sus jóvenes y los problemas de sequía.

La provincia tiene 34 municipios con entre 1.000 y 5.000 ocupados, de los cuales solo siete han creado empleo en los últimos cuatro años. El resto, todos han destruido empleo, algunos a tasas muy elevadas como Huelma o Quesada, que han perdido casi el 25% de sus ocupados.

Pero los problemas de Jaén y el norte andaluz no solo se concentran en los pueblos, las ciudades de pequeño y mediano tamaño también están destruyendo empleo intensamente. Es el caso de Andújar o Martos, que han perdido casi 700 y 1.500 afiliados respectivamente.

La situación de Jaén se repite en los pueblos de casi todas las provincias andaluzas: Córdoba, Granada, Cádiz, Huelva, Málaga y Sevilla tienen ahora menos empleo en las localidades de menos de 1.000 habitantes que hace cuatro años. No han conseguido volver a los niveles previos a la pandemia, y, previsiblemente, nunca lo harán. Su vaciamiento es un proceso irreversible, sobre todo si se tiene en cuenta la dureza con la que está golpeando la sequía en la época más reciente.

El noroeste de España tampoco se libra de la destrucción de empleo en sus pueblos. Las provincias de A Coruña, Lugo, Soria, Ávila y Zamora tienen actualmente menos ocupados que antes de la pandemia. En su caso, la pérdida de empleos en el sector primario no se consigue reemplazar con turismo y mucho menos con industria. Son territorios que quedan muy lejos de las principales vías de comunicación nacionales y con Europa.

Realmente, son territorios que no tienen alternativa al vaciamiento. Por el momento, están sobreviviendo gracias a que los mayores no emigran y tienen pensiones que garantizan una cierta demanda en el territorio de servicios. Sin embargo, cuando las generaciones de ancianos vayan desapareciendo, será el golpe definitivo para todos estos pueblos y muchas pequeñas ciudades.

Estas dos Españas rurales seguirán caminos opuestos durante los próximos años. Una vez constatada que la esperanza de que el teletrabajo pudiera repoblar las zonas rurales era un espejismo, no queda opción viable, al menos a medio plazo, capaz de revertir la despoblación en una buena parte del mundo rural.

Los 23 mayores municipios de España concentran el 47% del empleo creado en España desde que comenzó la pandemia. Casi la mitad. Las grandes urbes alimentan su maquinaria económica con la mano de obra que emigra del mundo rural y de las pequeñas ciudades, que se están vaciando sin remedio. Ya ni siquiera las capitales de provincia consiguen escapar a la atracción gravitacional de las grandes ciudades. Sin embargo, no todo el mundo rural se está vaciando. Al contrario, existen amplias regiones en España cuyos pueblos están en pleno auge, aunque no ocupen tanto espacio en los medios de comunicación.

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