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¿Bajarán los tipos antes en Europa que en EEUU? Llegan las primeras apuestas de que sí
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el viejo continente se adelanta en el ciclo

¿Bajarán los tipos antes en Europa que en EEUU? Llegan las primeras apuestas de que sí

La diferente composición de la inflación y el enfriamiento económico en la eurozona llevan a los mercados a prever que el BCE emprenderá bajadas más rápidas e intensas que la Fed

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Johanna Geron)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Johanna Geron)
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Estados Unidos comenzó a endurecer la política monetaria mucho antes que Europa, pero podría empezar aflojarla mucho más tarde. Y, sobre todo, con una mayor parsimonia. Durante las últimas semanas, los mercados han empezado a apuntar esa posibilidad, que ahora un informe del laboratorio de ideas Oxford Economics lleva al extremo: los tipos de interés, dice, podrán empezar a bajar a este lado del charco cuando llegue la primavera, mientras que al otro lado no lo harán hasta septiembre. En otras palabras: una diferencia de medio año, marcada por la diferente evolución de la inflación y el crecimiento económico en ambos bloques.

Los países de la moneda única, por tanto, adelantarían su ciclo respecto a la primera potencia mundial, al contrario de lo que había ocurrido hasta ahora: mientras la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) empezó la fase actual de alzas del precio del dinero en marzo de 2022, recién estallada la guerra en Ucrania, el Banco Central Europeo (BCE) no lo hizo hasta julio de ese mismo año. En definitiva: siempre según Oxford Economics, el ciclo alcista de la Fed habrá durado 30 meses y el del BCE, solo 20.

Actualmente, la media del mercado ya empieza a descontar que no habrá más subidas en Europa, algo que todavía no se antoja tan claro en Estados Unidos. "El suave contexto económico y la perspectiva de nuevas caídas de la inflación deberían permitir que los bancos centrales de los principales países avanzados empiecen a recortar los tipos en el segundo semestre de 2024. La principal incertidumbre es con qué rapidez", destaca el documento del laboratorio de ideas británico, liderado por su director de Investigación Macroeconómica Global, Ben May.

Esa velocidad de las bajadas de tipos marca una "divergencia" que, según Oxford Economics, caracterizará la política monetaria de Europa y Estados Unidos a corto y medio plazo. El repliegue será mucho más rápido y constante a este lado del charco, como se puede apreciar en el gráfico. El mercado prevé que el tipo de facilidad de depósito del BCE —que determina el interés que las entidades de crédito reciben por sus depósitos a un día en el banco central— caerá hasta el 3% en 2025, frente al 4% actual. Su equivalente norteamericano se situará en el entorno del 5%, e incluso podría sufrir un pequeño repunte a inicios de ese año.

Pero estas previsiones, que también afectan al Banco de Inglaterra —como recogía esta misma semana el diario londinense Financial Times—, se van a quedar muy cortas, según Oxford Economics. No para Estados Unidos, donde el laboratorio de ideas coincide, en esencia, con las estimaciones de los mercados. Pero sí para la eurozona, que podría experimentar un abaratamiento del dinero mucho más pronunciado que el que descuentan los inversores. "Aunque los mercados han empezado a aceptar nuestra opinión de que la baja inflación de la eurozona dará al BCE margen para recortar los tipos antes y de forma más agresiva el próximo año, seguimos esperando que el BCE recorte los tipos de forma más agresiva de lo que el mercado cree probable", dice el informe.

Ya no es solo que en marzo pueda haber una primera bajada, sino que se acumularían cinco consecutivas hasta un parón en otoño, y otras cinco posteriores hasta el ecuador de 2025. En ese momento, el tipo de depósito se situaría por debajo del 2%, como no se veía desde principios de 2023. Los recortes, desde luego, no serán tan rápidos como las subidas que se han sucedido desde el verano de 2022, pero sí mucho más agresivos que los que emprenderá la Fed y el Banco de Inglaterra, si las previsiones de Oxford Economics se cumplen.

El origen de la inflación

¿A qué se debe este contraste? El mayor dinamismo económico en Estados Unidos y la diferente evolución de los precios a uno y otro lado del charco explican la brecha. Las diferencias en la composición de la inflación entre una y otra economía hacen que Europa, donde se ha originado principalmente por la oferta, sea mucho más sensible al abaratamiento de los precios de la energía, en una tendencia muy consolidada —la inflación de la eurozona ha caído al 2,9%, menos de la tercera parte que hace un año— que continuará durante los próximos meses.

Foto: Sede de la Fed en Washington. (Getty/Anna Moneymaker)

Oxford Economics prevé que la inflación en la eurozona caiga por debajo del 2% con el cambio de año, ya dentro de los objetivos del BCE. Diferente será lo que ocurra con la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles —como la propia energía—, y solo entrará en el rango que marca el regulador a finales del 2024. "Tener la inflación general por debajo del objetivo debería reducir las expectativas de inflación, y el escaso crecimiento económico también debería contribuir a debilitar las expectativas de inflación subyacente", destaca el informe. Con un PIB estancado e incluso la posibilidad de una recesión, no hay duda de que el BCE ha conseguido enfriar la economía.

"En cambio, los Estados Unidos probablemente ya han agotado la mayoría de las posibilidades de reducir la inflación. Ahora le espera una fase más difícil y complicada en la que la inflación subyacente caerá más lentamente que en Europa debido a los mejores resultados económicos de Estados Unidos este año, a su mercado laboral aún tenso y a la menor importancia de los precios de la energía en el aumento de la inflación", concluye Oxford Economics.

Estados Unidos comenzó a endurecer la política monetaria mucho antes que Europa, pero podría empezar aflojarla mucho más tarde. Y, sobre todo, con una mayor parsimonia. Durante las últimas semanas, los mercados han empezado a apuntar esa posibilidad, que ahora un informe del laboratorio de ideas Oxford Economics lleva al extremo: los tipos de interés, dice, podrán empezar a bajar a este lado del charco cuando llegue la primavera, mientras que al otro lado no lo harán hasta septiembre. En otras palabras: una diferencia de medio año, marcada por la diferente evolución de la inflación y el crecimiento económico en ambos bloques.

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