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Escrivá recibe la pedrea del nuevo Gobierno, pero tiene números para el Gordo
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¿Por qué le monta Sánchez un ministerio?

Escrivá recibe la pedrea del nuevo Gobierno, pero tiene números para el Gordo

Junto a Calviño, es uno de los dos tecnócratas que quedan en el Consejo de Ministros. Se especula que si Sánchez le ha retenido con un nuevo ministerio es porque espera que pueda hacer grandes aportaciones

Foto: El ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá. (EFE/Jorge Zapata)
El ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá. (EFE/Jorge Zapata)
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Una de las grandes sorpresas del cambio de Gobierno en la nueva legislatura es la pérdida de peso de José Luis Escrivá, que deja el Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones y pasa a ocupar una nueva cartera creada para él, Transformación Digital, desgajada de Economía. Se trata de un downgrade, en argot económico, para quien fuera encargado de una de las reformas más relevantes del anterior Ejecutivo, la recuperación del poder adquisitivo de las pensiones.

Escrivá ha participado en el desarrollo de algunas de las medidas más populares implantadas por el Gobierno, desde el blindaje del poder adquisitivo de las pensiones hasta los ERTE, la reforma laboral o el ingreso mínimo vital. Sin embargo, no ha conseguido capitalizar estos avances desde una perspectiva política. Probablemente, sea consecuencia de las muchas broncas que ha tenido durante los últimos cuatro años, no solo con la oposición, sino también con sus propios aliados (Podemos y el PNV) e incluso con otros colegas economistas.

En el nuevo Consejo de Ministros se ve relegado a una cartera de nueva creación y de escaso peso político. Entre los interlocutores del Gobierno sorprende esta decisión del presidente, Pedro Sánchez. La especulación es que, si Sánchez ha creado una nueva cartera para un independiente, es porque tiene planes para él. Las otras dos tecnócratas del Gobierno, Nadia Calviño y Teresa Ribera, ocupan sendas vicepresidencias.

A nadie se le escapa que el premio gordo del reparto de carteras todavía está por caer y Escrivá parte de una posición privilegiada. Se trata del Ministerio de Economía, la vicepresidencia primera y la presidencia de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE). Todos estos cargos los ocupa actualmente Calviño, pero su futuro en el Gobierno está en el aire si finalmente consigue el cargo de presidenta del Banco Europeo de Inversiones, que se resolverá en las próximas semanas. En ese caso, tendría que dejar el Gobierno, como tarde, el 1 de enero.

Foto: Elma Saiz, a la derecha, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la presidenta de Navarra, María Chivite. (EFE/Jesús Diges)

Los caminos de Sánchez son inescrutables, por lo que el entorno del Gobierno solo hace cábalas. Pero muchas de las piezas encajan. Los requisitos para el Ministerio de Economía son: reputación en la Comisión Europea, profundos conocimientos sobre economía y el sector financiero, dominio del inglés y capacidad de diálogo y negociación. Escrivá cumple sobradamente los tres primeros, lo que explica que se hayan desatado los rumores.

Además, Escrivá tiene la plena confianza del presidente, incluso a pesar de las polémicas que han rodeado su mandato al frente del ministerio. Esa posición privilegiada se la ganó, principalmente, al inicio de la pandemia. Escrivá fue, junto a los ministros de Unidas Podemos, quien peleó por que el Estado desplegara todos sus recursos para proteger la renta de las familias y las empresas, frente a otros ministros socialistas más reticentes. Sus tesis se impusieron y fueron un acierto desde el primer momento.

También hay peros

Sin embargo, la candidatura de Escrivá tiene peros importantes. El primero, y más relevante, es que la cartera de Economía habitualmente va acompañada de la presidencia en la CDGAE. Eso significa que está un peldaño por encima del resto de ministros económicos, por lo que adelantaría a María Jesús Montero, que repite como ministra de Hacienda y Función Pública, y que es una de las piezas más importantes para Sánchez.

El segundo es que no tiene perfil político, como quiere Sánchez para su nuevo Ejecutivo. "El nuevo Gobierno va a priorizar el diálogo y la negociación", explicó el presidente tras anunciar la composición del Consejo de Ministros. Un perfil que, sin duda, no es el de Escrivá, que ha tenido grandes problemas a la hora de transmitir las bondades de sus reformas y dificultades para construir consensos con otros partidos y en el diálogo social.

Escrivá ha tenido encontronazos durante sus negociaciones. Primero, con otros miembros del Gobierno, como Pablo Iglesias, durante el diseño del ingreso mínimo vital, o con Yolanda Díaz, por la ampliación del periodo de cómputo de las pensiones. Segundo, con otros partidos, como el PNV, para la transferencia del IMV. Y, tercero, con los agentes sociales, en especial, la patronal.

Foto: Mónica García y Yolanda Díaz. (EFE/Rodrigo Jiménez)

También ha tenido polémicas con órganos independientes del Estado, como han sido sus críticas públicas al Banco de España o la AIReF. Y, por supuesto, con la oposición, como fueron sus discusiones con la exdiputada de Coalición Canaria Ana Oramas. E incluso señalamientos a otros economistas que han discrepado de sus medidas o sus cálculos.

Otra de las opciones que se reserva el presidente es repartir los cargos que actualmente ostenta Calviño. La vicepresidencia primera y la presidencia de la CDGAE podrían recaer sobre un ministro económico con más peso político, como es Montero. Esto supone romper la prelación tradicional de Economía sobre el resto de carteras, pero es un inconveniente menor si se trata de encajar el Gobierno.

Eso sí, son todo castillos en el aire que dependen de que España consiga atar el sillón del BEI para Calviño. De lo contrario, no habrá premio gordo, o no tan pronto. Porque en primavera el Gobierno tendrá que designar a un nuevo gobernador del Banco de España. Sánchez tiene cargos suficientes para repartir, todo dependerá del papel que quiera darle a Escrivá.

Una de las grandes sorpresas del cambio de Gobierno en la nueva legislatura es la pérdida de peso de José Luis Escrivá, que deja el Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones y pasa a ocupar una nueva cartera creada para él, Transformación Digital, desgajada de Economía. Se trata de un downgrade, en argot económico, para quien fuera encargado de una de las reformas más relevantes del anterior Ejecutivo, la recuperación del poder adquisitivo de las pensiones.

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