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Montero gana peso y Escrivá se perfila para Economía cuando Calviño dé el salto al BEI
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ASÍ QUEDA EL ÁREA ECONÓMICA

Montero gana peso y Escrivá se perfila para Economía cuando Calviño dé el salto al BEI

El nombramiento de la ministra de Hacienda como vicepresidenta no se entiende sin la inminente marcha de la gallega. La andaluza será la encargada de negociar los presupuestos y la reforma de la financiación autonómica

Foto: María Jesús Montero y Nadia Calviño se abrazan. (EFE/Mariscal)
María Jesús Montero y Nadia Calviño se abrazan. (EFE/Mariscal)

María Jesús Montero gana poder en el nuevo Gobierno de coalición, que afronta su segunda legislatura en La Moncloa. No porque repita al frente del Ministerio de Hacienda —era un secreto a voces—, sino por el hecho de convertirse en la cuarta vicepresidenta. La noticia puede interpretarse como un movimiento a medio plazo: con la ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño, de salida, Montero está llamada a tener un gran protagonismo al frente del área económica del Ejecutivo. El actual ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se perfila como el sustituto de la gallega cuando esta dé el salto al Banco Europeo de Inversiones (BEI); de momento, se quedará con algunas de sus competencias a través del nuevo Ministerio de Transformación Digital.

Las tres vicepresidentas actuales continuarán en el cargo: no solo la propia Calviño, que hasta ahora había sido la referencia del Ejecutivo y pieza clave para Sánchez en las cuestiones económicas, sino también la vicepresidenta segunda, líder de Sumar y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Este trío constituyó el núcleo duro del área económica del Gobierno durante la pasada legislatura, junto a Manuel de la Rocha, jefe de la oficina económica de La Moncloa, que se espera que también continúe, y la propia Montero.

Sin embargo, las circunstancias obligarán a hacer un cambio, y es ahí donde la política andaluza emerge como futura mujer fuerte. La marcha de Nadia Calviño al Banco BEI se da casi por descontada, después de que haya obtenido el apoyo de Alemania frente a su rival, la actual vicepresidenta de la Comisión Margrethe Vestager. Sin embargo, el proceso no se cerrará al menos hasta diciembre, y es posible que incluso se extienda hasta principios del próximo año. En ese contexto, desde La Moncloa ya había dejado caer durante los últimos días que Calviño seguiría; una decisión conservadora por si finalmente la gallega no se hace con la plaza, ya que la dejaría sin ningún cargo.

El nuevo papel de Escrivá

El plan del presidente, Pedro Sánchez, contempla, por tanto, la salida de Calviño, que se convertiría en una de las españolas con más poder en las instituciones europeas. Su sustituto podría ser Escrivá, otro de los grandes protagonistas de las últimas horas, al salir de Seguridad Social para ocupar una cartera de nueva creación: Transformación Digital. Para calentar, Sánchez ha otorgado al economista manchego dos de las tres secretarías de Estado que ahora tenía la vicepresidenta primera, a saber, Digitalización e Inteligencia Artificial y Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales. Economía y Apoyo a la Empresa se mantiene, de momento, bajo competencia de Calviño, que también incorpora Comercio, hasta ahora parte del Ministerio de Industria.

Foto:  Pedro Sánchez junto a Nadia Calviño en la sesión de investidura. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
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Escrivá tendrá varios frentes por delante. El más relevante es la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en el capital de Telefónica como contrapeso al operador saudí STC, que se convirtió recientemente en el máximo accionista de la compañía al adquirir el 5% del capital. Y podría elevar esa participación hasta el 9,9% si obtiene el visto bueno del Ejecutivo nacional. Esta decisión dependerá, en gran parte, del ministro de Transformación Digital, aunque lo más probable es que la SEPI continúe en manos de Montero.

En paralelo, el Gobierno también tiene pendiente aprobar la compra de Vodafone España por parte de Zegona, aunque este movimiento no crea tanto escepticismo porque el nuevo dueño es británico y no saudí. Además, Orange y MásMóvil están esperando a que la Comisión Europea desbloquee su fusión, una resolución que no depende de nuestro país, pero que sí cambia la estructura del sector nacional de las telecomunicaciones, según informa Javier Melguizo.

La otra cara de la creación del nuevo ministerio es la salida de Escrivá de Seguridad Social, después de haber sacado adelante las dos partes de la reforma de las pensiones. La tarea será para una desconocida: la navarra Elma Saiz, exdelegada del gobierno en la Comunidad Foral y concejal del Ayuntamiento de Pamplona. Al frente del departamento, deberá afrontar la probable adopción de medidas adicionales para asegurar la sostenibilidad del sistema en 2025, así como la polémica transferencia del régimen económico de la Seguridad Social al País Vasco. Su experiencia negociadora con el nacionalismo la avala: como consejera de Economía y Hacienda de Navarra durante la pasada legislatura, sacó adelante cuatro presupuestos con el apoyo de Geroa Bai y la abstención de Bildu.

El ascenso de Montero

El nombramiento de Escrivá al frente de Transformación Digital hace que otra de las posibilidades que se presentaban tras la salida de Calviño pierda peso. Se trata de la fusión de Economía y Hacienda —ya estuvieron juntas durante los gobiernos del también socialista José Luis Rodríguez Zapatero—, que daría aún más poder a María Jesús Montero. La nueva vicepresidenta cuarta, persona de máxima confianza de Sánchez y número dos del PSOE, está llamada, sin embargo, a ocupar la vicepresidencia primera cuando la gallega se marche a Luxemburgo.

Las circunstancias que aconsejan este salto en la carrera de la andaluza, que ya fue portavoz del Gobierno en el primer tramo de la pasada legislatura, tienen mucho que ver con la dificultad de la que se inicia ahora. Sánchez quiere reforzar el perfil político del Ejecutivo, con ministros más incardinados en la vida del partido y, sobre todo, bregados en las negociaciones con los socios parlamentarios.

Foto: Pedro Sánchez, con María Jesús Montero, en el Congreso en el debate de investidura. (Reuters/Susana Vera)

Montero, que ya formó parte del equipo negociador de los acuerdos con ERC y Junts, será la encargada de afrontar dos de las cuestiones más delicadas durante la próxima legislatura: la reforma de la financiación regional y la quita de una parte de la deuda de las comunidades con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que el PSOE pactó con el independentismo catalán, pero que está previsto que se extienda al resto de los territorios, con una fuerte oposición —al menos de momento— de los presididos por el PP.

Además de este perfil político, con gran ascendencia en el PSOE e interlocución con los socios del Gobierno, el nombramiento de Montero como nueva mujer fuerte del Ejecutivo se puede interpretar como un mensaje de Sánchez para que todos los ministerios remen en la misma dirección para cumplir los objetivos presupuestarios. Como ministra de Hacienda, la andaluza mantiene una relación fluida con todos ellos, y está llamada a ser la encargada de hacer de poli malo para que se aprieten el cinturón de cara a la recuperación de las reglas fiscales europeas, prevista para el próximo año y todavía en fase de diseño.

Será la última gran negociación que Calviño tiene pendiente de cerrar, en el seno de la presidencia española del Consejo Europeo, antes de marcharse al BEI. La primera de Montero se antoja incluso más difícil. Para sacar adelante los presupuestos generales del Estado, no se trata de poner de acuerdo a Francia y Alemania, sino a la coalición con todos sus socios: Junts, ERC, BNG, Bildu, PNV... y Podemos, que con toda probabilidad quedará fuera del Ejecutivo y será uno de sus quebraderos de cabeza cuando toque sacar la tijera. Como siempre, Bruselas vigila.

El PSC recupera Industria

Otra de las novedades es la llegada del exalcalde de Barcelona y actual presidente de Hispasat, Jordi Hereu, al Ministerio de Industria y Turismo. Con este nombramiento, el PSC recupera uno de los departamentos clave para el poder económico catalán, que ya ostentó con José Montilla y Joan Clos durante los gobiernos de Zapatero. 

Por último, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que ocupaba la también socialista catalana Raquel Sánchez, protagoniza otra de las novedades en la estructura del área económica del Gobierno. El actual departamento se desgaja en dos.

Por un lado, se crea el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, que será para la hasta ahora portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. Las políticas de vivienda, recuperan, así, un departamento propio, como ya tuvieron durante la época de Zapatero con Beatriz Corredor. 

Por el otro, estará el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que ocupará Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y hombre de confianza de Pedro Sánchez. Puente tendrá sobre la mesa el difícil traspaso de Cercanías a la Generalitat de Cataluña y, como hizo el propio Sánchez en la investidura, confrontará con los ayuntamientos gobernados por el PP y Vox, que han eliminado carriles bici y zonas de bajas emisiones. 

María Jesús Montero gana poder en el nuevo Gobierno de coalición, que afronta su segunda legislatura en La Moncloa. No porque repita al frente del Ministerio de Hacienda —era un secreto a voces—, sino por el hecho de convertirse en la cuarta vicepresidenta. La noticia puede interpretarse como un movimiento a medio plazo: con la ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño, de salida, Montero está llamada a tener un gran protagonismo al frente del área económica del Ejecutivo. El actual ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se perfila como el sustituto de la gallega cuando esta dé el salto al Banco Europeo de Inversiones (BEI); de momento, se quedará con algunas de sus competencias a través del nuevo Ministerio de Transformación Digital.

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