Vestager, la rival de Calviño para el BEI, se cuela en la 'campaña en la sombra' de Santiago
La competidora de Calviño por la presidencia del Banco Europeo de Inversiones viaja a Santiago para participar en la campaña en la sombra
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se han dado cita a partir de este jueves en Santiago de Compostela para una reunión que dura hasta este sábado. Entre ellos, una protagonista de los últimos días que no es ministra, y que, a priori, al menos según el plan original, no debería estar ahí: la danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, en excedencia en estos momentos. Vestager es la principal competidora de Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, para optar al cargo de presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Mientras Calviño hacía de anfitriona este jueves, mostrándole a sus colegas europeos la catedral de Santiago, Vestager estaba solamente dos pasos por detrás, hablando con unos y con otros, sacando alguna foto, pero con la cabeza puesta en lo que de verdad importa: la campaña en la sombra. Pero todo eso no estaba en el guion original.
Todo surge, en parte, de un calendario un poco inestable. En un primer momento, el Ministerio de Economía español esperaba que fuera en esta reunión, en Santiago de Compostela, cuando los ministros eligieran a un sucesor para Werner Hoyer, presidente del BEI. De ahí que ya en verano algunas delegaciones, como la polaca, tuvieran claro que traerían con ellos a sus candidatos al cargo. Pero para otras delegaciones, entre ellas la danesa, la forma y el lugar no eran adecuados para votar al próximo presidente del Banco: en un encuentro informal, teniendo que confirmar luego la decisión en la reunión formal de ministros en Luxemburgo a mitad de octubre, y encima con Calviño jugando en casa, en su propia tierra, Galicia. Los belgas, que ostentan la presidencia rotatoria de la Junta de Gobernadores del BEI, que la conforman en realidad los mismos ministros de Finanzas, decidieron que no se votara en Santiago.
Una fuente diplomática belga señalaba que no parecía adecuado proceder a una elección con uno de los candidatos jugando en casa. Al final, la propia Calviño ha acabado asumiendo ese mismo discurso, señalando que no abordaría el asunto de la elección porque no sería "adecuado" teniendo en cuenta el contexto. Pero la fuente belga también admitía que Santiago sería un lugar de conversaciones y de negociaciones informales importantes de cara a la reunión del 16 y 17 de octubre en Luxemburgo, donde habrá que confirmar la elección.
Y Vestager, que ya no es la favorita en la carrera desde el momento en el que se presentó Calviño y que está teniendo que llevar a cabo una campaña más activa, más agresiva y más pública que la de la española, ha decidido no dejar cabos sueltos: este jueves cogió un vuelo desde el aeropuerto de Zaventem en Bruselas y se ha plantado en la ciudad gallega. Para poder ingresar en el recinto en el que se reúnen los ministros de Finanzas de los Veintisiete, que también se ven con sus homólogos de América Latina, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea ha sido incluida como parte de la delegación danesa que viaja con Nicolai Wammen, el ministro del ramo.
Y Vestager ha decidido no dejar cabos sueltos: cogió un vuelo desde el aeropuerto de Zaventem en Bruselas y se ha plantado en la ciudad gallega
En este tipo de carreras el soft power es fundamental. Hacer diplomacia de pasillo, tejer una buena relación con un par de ministros y que todo el mundo te conozca a nivel personal es importante. Calviño tiene todo a su favor en este ámbito de la negociación. El cortejo a favor de su nombre se hace prácticamente solo. Es la anfitriona de una auténtica fiesta de varios días, con una enorme puesta en escena, desde la visita a la catedral hasta una cena en el Parador de Santiago, y obviamente conoce a todos sus colegas, es una de ellos, a diferencia de la danesa, que no forma parte del grupo.
Por eso, Vestager, una vez desactivada la posibilidad de una votación en la ciudad gallega, tiene que intentar minimizar el impacto que puede tener ese "efecto anfitrión". Y eso significa estar en Santiago, reunirse con todos los que quieran hablar con ella, charlar con los periodistas con los que se cruza, intentar entablar una relación con ministros que no le conocen, pero que pueden estar todavía pensando qué votar cuando llegue el momento por mucho que en esta negociación la clave es si Francia y Alemania se alinearán con Calviño o si habrá una división. En una votación en la que hay que alcanzar el número mágico de 18 Estados miembros que representen el 68% del capital del BEI los grandes países, es decir, Alemania, Francia, Italia, Polonia y España, son enormemente importantes.
No es la única candidata que ha viajado a Santiago: también han acompañado a sus respectivas delegaciones Daniele Franco, exministro de Finanzas italiano, y la polaca Teresa Czerwinska, actual vicepresidenta del Banco y que aspira a sustituir a Hoyer. Pero la delegación polaca asegura que desde hace meses estaba previsto que Czerwinska viajara a la reunión, mientras que Vestager se incluyó en la delegación danesa hace solamente diez días, después de que el ministerio notificara oficialmente su participación en la carrera. Oficialmente, la cuestión del BEI se limitará a que Vincent van Peteghem, ministro de Finanzas belga, realice un punto de información este sábado por la mañana. Extraoficialmente, la campaña en la sombra no descansa estos días en Santiago, las últimas horas en las que todos los ministros estén juntos antes de tener que realizar una votación final a mitad de octubre.
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se han dado cita a partir de este jueves en Santiago de Compostela para una reunión que dura hasta este sábado. Entre ellos, una protagonista de los últimos días que no es ministra, y que, a priori, al menos según el plan original, no debería estar ahí: la danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, en excedencia en estos momentos. Vestager es la principal competidora de Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, para optar al cargo de presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Mientras Calviño hacía de anfitriona este jueves, mostrándole a sus colegas europeos la catedral de Santiago, Vestager estaba solamente dos pasos por detrás, hablando con unos y con otros, sacando alguna foto, pero con la cabeza puesta en lo que de verdad importa: la campaña en la sombra. Pero todo eso no estaba en el guion original.
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