Peor que Argentina: el 'ranking' que suspende a España en solvencia de las pensiones

La indexación de las pensiones al IPC aprobada por el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha vuelto a colocar a España en los primeros puestos del ránking mundial de pensiones que elabora la consultora Mercer. Sin embargo, el déficit que va a generar esta medida no compensado con medidas de ingresos aumenta las dudas sobre la solvencia futura del sistema. El resultado es que España ha perdido posiciones en el ranking global sobre pensiones que elabora anualmente la consultora estadounidense.

España ha bajado del puesto 22 al 26 en la clasificación correspondiente al año 2022. En concreto, la nota que obtiene España es de 62 puntos sobre un total de 100, empatada con Emiratos Árabes Unidos y situada entre Portugal, que está un puesto por encima, y Arabia Saudí, uno por debajo.

El índice está elaborado a partir de tres subindicadores: la generosidad del sistema, la solvencia proyectada para el sistema y su integridad (fiabilidad y gobernanza del sistema). España obtiene buenos resultados tanto en suficiencia como en integridad, sin embargo suspende claramente en solvencia. En resumen, España paga pensiones generosas y en tiempo y forma, pero el sistema no genera los ingresos suficientes como para garantizar su autonomía.

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En concreto, la puntuación que obtiene en solvencia es de 28,7 puntos, lo que coloca al país como el cuarto peor de los 44 analizados. Se sitúa entre Argentina, que está un puesto por delante y Brasil, uno por detrás. “El índice cataloga a España como una C+ [en notas sería el equivalente a un bien alto], un sistema bueno con carencias y riesgos que deben ser abordados para que su eficacia y su sostenibilidad a largo plazo no sean cuestionadas”, explica el estudio.

A la luz de los datos, la consultora estadounidense tampoco se cree las proyecciones que ha realizado el ministro Escrivá sobre la sostenibilidad a largo plazo del sistema. En un informe reciente, la Seguridad Social argumenta que las reformas adoptadas en los dos últimos años, y que incluyen la indexación de las pensiones al IPC, no sólo no generan más déficit en el sistema sino que lo reducen.

Es importante señalar que el estudio no sólo mide la solvencia del sistema de pensiones, también el crecimiento de los países, el endeudamiento público, el gasto público o las proyecciones de envejecimiento. Todos estos factores condicionan la capacidad para mantener la cuantía de las prestaciones en el futuro sin generar desequilibrios financieros.

España ocupa el noveno mejor puesto en generosidad de las pensiones. El motivo es que la cuantía que reciben los jubilados es elevada en comparación con lo que cotizaron durante su vida laboral. De hecho, España garantiza algo más del 75% del salario a los trabajadores cuando se jubilan con una pensión pública. Una cuantía que es de las más altas de Europa. Además, la cuantía resultante está protegida de la inflación.

Las jubilaciones públicas que está pagando España han conseguido minimizar el porcentaje de mayores en riesgo de pobreza. De hecho, son el grupo social en el que más han crecido los ingresos en los últimos años y que soportan menores niveles de pobreza. La tasa de riesgo de pobreza de los jubilados es del 9%, la más baja de todo el país. Es dos puntos inferior a la de los ocupados y la mitad que la del conjunto de la población.

La cuantía de las pensiones hace que España ocupe ese noveno puesto en la clasificación de suficiencia, situándose entre Alemania y Noruega. Islandia y Países Bajos lideran este ránking, aunque no están lejos de España: 86 puntos de Islandia frente a los 80 de España.

Por último, España ocupa la posición 18 en integridad. Esta clasificación mide la transparencia, gobernanza y fiabilidad del sistema de pensiones. En España el sistema es mejorable, pero ha dado pasos importantes en los últimos años para avanzar en gestión y transparencia. Actualmente se sitúa entre Suecia y Chile, a 15 puntos del país líder, Finlandia.