El Gobierno da el doble de ayudas en energía y tren a los más ricos que a los más pobres

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) considera que las principales ayudas para cubrir los gastos energéticos y de transporte son completamente regresivas. Es decir, las personas que más renta tienen son las que más fondos reciben frente a las más pobres, que son las que menos dinero de las subvenciones obtienen.

Tan es así que, según el organismo independiente dedicado a controlar las cuentas de la Administración, el 10% de la población con mayor renta recibe por estas ayudas al año alrededor de 1.800 millones de euros, mientras que el 10% de la población con menor renta recibe por dichas subvenciones unos 900 millones de euros en un año completo, según cálculos elaborados por El Confidencial con base en los datos publicados por la AIReF y el propio Gobierno.

En línea con lo anterior, cabe destacar que la situación que se está produciendo es que en algunas de las ayudas como las del gas, el carburante o el transporte de tren de media distancia, el Gobierno va dando cada vez más ayudas cuanta mayor renta se tiene (ver cuadro).

En un análisis presentado este mismo martes, la institución presidida por Cristina Herrero advierte de que "las medidas que actúan sobre los precios de la energía no presentan especial focalización en los individuos de menor renta". La crítica llega después de que tres de los principales organismos económicos supranacionales, como el BCE, el FMI o la OCDE, estén pidiendo abandonar las subvenciones generalizadas para centrar las ayudas en los colectivos vulnerables que de verdad lo necesitan.

En este contexto, la AIReF señala que, "por ejemplo, la reducción del IVA o de los impuestos a la electricidad tiene un impacto homogéneo por niveles de renta, en tanto que la rebaja del IVA sobre el gas o la bonificación al consumo de combustible se concentra más entre las rentas altas".

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También critica —añadiendo además un componente territorial— las subvenciones al transporte, que el Gobierno ya ha extendido a todo 2023: "Los resultados que se obtienen para las bonificaciones al transporte metropolitano, cercanías o media distancia tampoco muestran focalización, al concentrarse estas infraestructuras en ciudades que en general presentan mayor nivel de renta".

Poco impacto en los ricos, pese a dar más

El análisis de la AIReF viene además a demostrar que pese a dar más fondos a los más ricos en varias de las ayudas, el impacto sobre los bolsillos de estos hogares es muy limitado, dado que el alto nivel de sus rentas hace que los gastos en estos bienes de primera necesidad que se les subvenciona más que a nadie sean poco perceptibles para los más adinerados a finales de mes. En relación con sus ingresos, las ayudas apenas les suponen un 0,9%.

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Todo lo contrario de lo que ocurre en los hogares con las rentas más bajas. El impacto de las ayudas, pese a ser menor en términos absolutos, ocupa gran parte de su economía. Su nivel de renta es tan bajo que, pese a que reciben menos fondos, estos les suponen respecto de su renta un 17%. Esto es así porque tienen que destinar una parte importante de los ingresos que perciben a final de mes a cubrir necesidades básicas, lo que les deja menos margen para cualquier otro gasto.

No obstante lo anterior, la AIReF sí valora el apoyo a vulnerables y con carácter progresivo de otras medidas como el ingreso mínimo vital, las pensiones no contributivas, el complemento de becas, la ayuda de 200 euros o el bono social térmico.

Debate sobre la prórroga

Con todo, dentro del Gobierno no todos creen que las ayudas indiscriminadas a toda la población se deban prorrogar en 2023, aunque la del tren y la subvención a la tarifa regulada de gas ya se han presupuestado hasta el final del año que viene. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, abrió la puerta a que se limiten las ayudas de descuento en gasolinas y gasóleos solo a ciertos colectivos más necesitados.

Prorrogar el 100% del descuento de 20 céntimos por litro a los carburantes supondrá gastar alrededor de 6.000 millones de euros en todo el año. La bajada del IVA hasta el 5% a la electricidad y la reducción del impuesto especial a la electricidad al 0,5% suman un total anual de menor recaudación próximo a los 4.000 millones de euros, según se desprende de los informes de la Agencia Tributaria.

Subvencionar el gas hasta final del año próximo costará unos 3.000 millones de euros, según lo presupuestado por el Gobierno en el Real Decreto-ley 18/2022. La rebaja del IVA gasista al 5% supondrá algo menos de 1.000 millones de ingresos para las arcas del Estado. La bajada de los billetes de Renfe también se ha presupuestado ya de cara al año que viene, con un coste para los contribuyentes de 700 millones.

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En total, casi 15.000 millones de euros en subvenciones, a lo que habría que añadir otros casi 4.000 millones del impuesto a la generación eléctrica suspendido desde 2021. El Ejecutivo ya ha advertido a Bruselas de que podrá soportar las subvenciones y bonificaciones gracias al aumento récord de la recaudación este año. Al Banco de España le parece peligroso ampliar mucho el gasto con base en una recaudación extraordinaria que podría no mantenerse en el futuro, lo que exacerbaría el déficit.

Precisamente, el mayor déficit de lo previsto por el Gobierno es la principal crítica lanzada por la AIReF en los últimos días. Otras voces creen que pese al carácter regresivo de muchas de las ayudas, estas son eficaces para contener la inflación, en niveles récord desde los años ochenta (un 8,9% en septiembre).

Crisis larga en año electoral

Además, tanto el Gobierno como la Agencia Internacional de la Energía, el FMI o el BCE han advertido de que la crisis energética se podría agravar de cara al invierno de 2024, con lo que consideran que los precios altos seguirán mientras la guerra de Ucrania, que ha intensificado el alza de precios de la energía, no da visos de tregua.

A lo anterior, además, hay que añadir un factor político que otros consideran clave a la hora de valorar si finalmente se prorrogarán las ayudas: las elecciones municipales, autonómicas y generales del próximo ejercicio. Hay quien piensa que la Moncloa no permitirá revertir ayudas a la energía ante el invierno más difícil por el coste electoral que podría suponer.