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La tasa Google recauda en el primer semestre un 81% menos de lo previsto
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92 millones hasta junio

La tasa Google recauda en el primer semestre un 81% menos de lo previsto

Los dos nuevos impuestos introducidos este año están funcionando mucho peor de lo que anticipó el Gobierno. La tasa Tobin ingresó 185 millones hasta julio, un 63% menos

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)
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Uno de los grandes acuerdos presupuestarios del Gobierno de coalición fue la creación de dos nuevos impuestos para elevar la contribución de las grandes tecnológicas y de la banca al sostenimiento del estado de bienestar. Se trata de los conocidos como tasa Google (impuesto sobre servicios digitales) y tasa Tobin (impuesto sobre transacciones financieras). La estimación de recaudación que realizó en ese momento el Ministerio de Hacienda, enviada a Bruselas en el Plan Presupuestario de 2021, ascendía a 1.800 millones de euros para todo el año en términos de caja. Esto es, una cuantía que serviría, por ejemplo, para financiar los ERTE y el cese de actividad de los autónomos durante tres meses.

Sin embargo, la puesta en marcha de ambos tributos está muy lejos de las previsiones del Gobierno, lo que evidencia las dificultades para calcular la recaudación de unas figuras fiscales nuevas (para las que no existía base imponible cuantificada) y el efecto distorsionador que puede tener la aplicación del impuesto sobre la actividad. La Comisión Europea ya avisó al Gobierno de que sus cifras estaban infladas y la realidad parece imponerse a medida que la Agencia Tributaria publica los datos de liquidaciones.

Foto: Manifestación de pensionistas en Bilbao reclamando una pensión mínima de 1.080 euros al mes. (EFE)

El 'Informe mensual de recaudación tributaria' de la Agencia Tributaria de agosto incluye por primera vez los ingresos generados con la tasa Google, ya que las empresas realizaron a lo largo del mes el pago correspondiente a la actividad del primer semestre del año. La recaudación generada en el primer medio año de vida del impuesto fue de 92 millones de euros. Esta cifra es un 81% inferior al ritmo requerido para cumplir las previsiones de Hacienda.

En concreto, estimó que la recaudación del impuesto digital a lo largo del año sería de 968 millones de euros, lo que implica unos ingresos de unos 480 millones de euros por semestre. El resultado de la primera autoliquidación se queda muy lejos de las previsiones del Gobierno. No solo complica el objetivo de recaudación incorporado a los Presupuestos, sino que podría obligar a revisar las proyecciones a medio plazo de ingresos con este impuesto.

Lo mismo ocurre con la tasa Tobin, que en su caso ya lleva tres autoliquidaciones porque son mensuales. En agosto, las empresas ingresaron los pagos correspondientes a los primeros siete meses del año. En este periodo, la recaudación fue de 185 millones, cifra que también está muy lejos de los objetivos del Gobierno. A estas alturas del año, los ingresos deberían situarse ya cerca de los 500 millones de euros, pero están un 63% por debajo.

Foto: El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE)

Los datos de recaudación de agosto (correspondientes a las operaciones de julio) tampoco invitan al optimismo. En ese mes, la Agencia Tributaria ingresó 25 millones de euros, apenas un tercio del ritmo necesario para alcanzar las previsiones. Esto indica que la recaudación no crece a medida que pasan los meses, sino que la tendencia muestra un estancamiento.

Con esta progresión actual, al cierre del año la recaudación con los dos nuevos impuestos se quedaría en el entorno de los 500 millones de euros. Esto es, un 70% por debajo de las previsiones del Gobierno.

Camino de récord

La recaudación de la Agencia Tributaria va camino de marcar récord histórico en 2021. Y eso a pesar de que el PIB sigue siendo casi un 6% inferior al existente antes de la pandemia en términos nominales. Los ingresos acumulados hasta agosto ascendieron a 180.000 millones de euros. Esta cifra supera en un 1,8% los ingresos del mismo periodo del año 2019, lo que evidencia el efecto del crecimiento de la presión fiscal en España de los dos últimos años.

Hay dos factores que explican esta situación. El primero, que las subidas de impuestos están teniendo efectos en términos de recaudación. El segundo, que los esquemas de protección de rentas que puso en marcha el Gobierno con la pandemia se están computando por la vía del gasto y no de la caída de la recaudación. Las prestaciones que están cobrando los trabajadores tienen retención por IRPF, lo que está ayudando a sostener este tributo. El Estado se paga a sí mismo, aumentando artificialmente la recaudación.

Hay otro factor importante que explica el buen desempeño de la recaudación este año: la fusión de CaixaBank y Bankia. Las plusvalías de esta operación obligaron a la entidad a abonar 1.100 millones de euros en el primer pago fraccionado del año. Este extraordinario supone un tercio del crecimiento de la recaudación de este año en comparación con 2019.

El IVA es el único de los grandes impuestos que sigue todavía por debajo de los niveles previos a la pandemia. El motivo es que el consumo todavía no se ha recuperado completamente. En agosto, la recaudación por operaciones interiores era todavía un 3,8% inferior a la del mismo mes de 2019.

De hecho, en agosto se truncó la senda de recuperación del IVA y esto puede responder a la bajada del IVA a la electricidad, que se aprobó a finales de junio y cuyo efecto empezó a ser notable en julio. En términos de recaudación, la AEAT sintió este impacto en agosto, que es cuando las grandes empresas liquidaron el impuesto de julio. En consecuencia, la recaudación del IVA, que en julio estaba un 1,4% por debajo de los niveles de 2019, en agosto cayó hasta un -3,8%. En cualquier caso, a partir de septiembre, la subida del precio de la luz se comerá todo el efecto de la rebaja del IVA gracias al crecimiento de la base imponible.

Uno de los grandes acuerdos presupuestarios del Gobierno de coalición fue la creación de dos nuevos impuestos para elevar la contribución de las grandes tecnológicas y de la banca al sostenimiento del estado de bienestar. Se trata de los conocidos como tasa Google (impuesto sobre servicios digitales) y tasa Tobin (impuesto sobre transacciones financieras). La estimación de recaudación que realizó en ese momento el Ministerio de Hacienda, enviada a Bruselas en el Plan Presupuestario de 2021, ascendía a 1.800 millones de euros para todo el año en términos de caja. Esto es, una cuantía que serviría, por ejemplo, para financiar los ERTE y el cese de actividad de los autónomos durante tres meses.

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