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La escalada del gas pone en jaque la industria y compromete su rentabilidad
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EL PRECIO SUBE CASI UN 19% EN UN MES

La escalada del gas pone en jaque la industria y compromete su rentabilidad

El gas industrial es la última víctima de la escalada de precios. Se ha encarecido casi un 19% en el último mes, y la tendencia sigue al alza. El sector pide medidas al Gobierno

Foto: Foto: Reuters.
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La subida del IPC (3,3% en tasa anual), fundamentalmente a causa de la energía, refleja de forma contundente el impacto que tiene el incremento de carburantes y electricidad en las economías domésticas. Pero hay otra influencia mucho más sutil, menos perceptible, sobre el sistema productivo, y que tiene que ver con el aumento de los costes para las empresas industriales. En particular, las que utilizan no solo electricidad, también gas de uso industrial, cuyo precio se ha disparado poniendo en riesgo tanto la rentabilidad como la competitividad de muchas compañías. Química, cerámica, alimentación, siderurgia y papel son los principales sectores intensivos en consumo de gas.

Lo que reflejan los datos de GasIndustrial, que aglutina las empresas del sector, es que entre julio y agosto el incremento ha sido del 18,7%, hasta los 41,9 euros el megavatio hora (MWh). Es decir, una subida de 6,6 euros en la factura del gas en solo un mes. Esto explica, solo en parte, que el capítulo de energía dentro de los precios industriales, que son los que preocupan a las empresas manufactureras, haya crecido en el último año nada menos que un 33,5%, lo que muestra la inquietud del sector, que supone el 60% del consumo nacional.

La subida coincide en el tiempo no solo con la puesta en funcionamiento del nuevo, y polémico, gasoducto Nord Stream2, el nombre asignado a la ruta que conectará Rusia con Alemania y Europa central a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico, sino también con las inyecciones de suministro que se están produciendo en los almacenamientos ante los bajos niveles de existencias que existían antes de la pandemia. Detrás de las tensiones en los precios también se encuentra, según GasIndustrial, la escasez de suministro por las continuas interrupciones debido a procesos de mantenimiento en redes como la vía noruega a través del Mar del Norte o en la interconexión entre Polonia y Alemania, además de las tensiones geopolíticas, que siempre influyen en el precio.

El incremento de los aprovisionamientos se refleja en el hecho de que los almacenes subterráneos situados en España han aumentado de forma muy relevante sus reservas y ya están al 71,6% de su capacidad. Los tanques de GNL (gas natural licuado) han aumentado hasta el 40,4% de su capacidad. Hay que recordar que el Gobierno ha sometido a consulta pública una resolución para que los operadores aumenten sus reservas de gas en un día durante el periodo invernal, que va del 1 de noviembre al 31 de marzo. En concreto, de 3,5 a 4,5 días de la capacidad contratada. De esta manera, se quiere conjurar lo que sucedió en enero de este año, cuando la tormenta Filomena elevó los precios hasta los 58 euros, a lo que contribuyeron las escasas reservas.

En España, existen cuatro almacenamientos subterráneos, a los que se inyecta gas (Gaviota, Marismas, Serrablo y Yela), y seis estaciones de regasificación, operativas, con tanques de GNL en Barcelona, Bilbao, Cartagena, Huelva, Mugardos y Sagunto. Y lo que reclama el sector es que se rebaje la retribución a las actividades reguladas de transporte, regasificación, almacenamiento y distribución, que hoy, en su opinión, restan competitividad a la industria por los altos costes.

Gas y pandemia

Hay que tener en cuenta, en todo caso, que detrás de la subida del gas natural —la factura ronda los 5.000 millones de euros al año— también se encuentra un efecto base, toda vez que se viene de niveles históricamente bajos en 2020 a consecuencia de la pandemia y sus efectos sobre la demanda. De hecho, y aunque el incremento ha sido extraordinario (un 381% entre agosto de 2020 y agosto de este año), todavía no se ha alcanzado el nivel existente en 2018, que marcó un récord en el anterior ciclo económico.

La recuperación económica (el PIB crecerá en torno al 6% este año) ha hecho el resto. La demanda de gas para uso industrial está creciendo a un ritmo del 10,1%, principalmente debido al tirón de sectores como la construcción o la metalurgia, además del sector servicios, tal y como ha reflejado el PMI de agosto, que mide las expectativas de los gestores de compras. El índice, en concreto, muestra que las empresas encuestadas revelaron un fuerte aumento de los costes energéticos, lo que unido al aumento de los salarios (posible inflación de segunda ronda) y del precio de los materiales complica su rentabilidad.

La evolución de los precios puede explicar en parte que la demanda de gas haya disminuido en julio un 11,4% respecto del año pasado

La evolución de los precios puede explicar en parte que la demanda de gas haya disminuido en julio un 11,4% respecto del mismo mes del año pasado. En el caso de la generación eléctrica, necesaria para centrales de ciclo combinado, se ha desplomado nada menos que un 41% como consecuencia de una mayor generación solar e hidráulica. Por el contrario, la demanda doméstica y de las pymes subió un 0,7%.

El gas consumido en España procede, fundamentalmente, de Argelia (44,8%) y Rusia (18,5%), y los principales comercializadores son Naturgy (41%) y Endesa (16%). Lo que pide el sector, por un lado, es que el Gobierno apoye la creación de infraestructuras de conexión con Europa y, por otro, que tome medidas para reducir los peajes internacionales y los costes de acceso.

La subida del IPC (3,3% en tasa anual), fundamentalmente a causa de la energía, refleja de forma contundente el impacto que tiene el incremento de carburantes y electricidad en las economías domésticas. Pero hay otra influencia mucho más sutil, menos perceptible, sobre el sistema productivo, y que tiene que ver con el aumento de los costes para las empresas industriales. En particular, las que utilizan no solo electricidad, también gas de uso industrial, cuyo precio se ha disparado poniendo en riesgo tanto la rentabilidad como la competitividad de muchas compañías. Química, cerámica, alimentación, siderurgia y papel son los principales sectores intensivos en consumo de gas.

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