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El coronavirus salva el riesgo soberano y mete presión a las empresas
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LAS CONDICIONES FINANCIERAS SE ENDURECEN

El coronavirus salva el riesgo soberano y mete presión a las empresas

La actual crisis será distinta. El riesgo soberano parece estar a salvo, pero no es el caso de las empresas, que ven cómo se están endureciendo las condiciones financieras

Foto: Monitor de la Bolsa de Madrid que muestra la evolución de la prima de riesgo. (EFE)
Monitor de la Bolsa de Madrid que muestra la evolución de la prima de riesgo. (EFE)

La crisis del coronavirus comienza a tener perfil propio desde un punto vista financiero. Al contrario de lo que sucedió durante la Gran Recesión, el riesgo soberano de los países periféricos, aunque ha crecido en los últimos días, está bajo control, mientras que, por el contrario, la financiación del sector privado está ahora en el punto de mira de los inversores. En particular, las empresas con mayor dificultades para hacer frente a un recorte de sus ingresos por el frenazo económico y, sobre todo, aquellas más dependientes de la financiación de los mercados, muchas de ellas auténticos zombis que viven del dinero barato.

Lo acaba de adelantar el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha advertido de que las condiciones financieras del sector privado “se han endurecido significativamente en las últimas semanas”, lo que significa que las empresas se enfrentan a mayores costes cuando acuden a los mercados de acciones y bonos. Algo que puede explicar que este mismo miércoles el Banco de Inglaterra aprobara un programa de financiación de las empresas que podría superar los 100.000 millones de libras. El objetivo es que las empresas no quiebren por falta de liquidez en un mercado altamente tensionado.

Foto: Banco de Inglaterra (Efe)

Los economistas del Fondo, incluso, alertan de que “un ajuste tan repentino y agudo” en las condiciones financieras actuales puede ser un auténtico lastre para la economía, iniciándose una espiral diabólica. Las empresas posponen sus planes de inversión y, como consecuencia de ello, las personas retrasan el consumo, ya que se sienten menos seguras a la hora de tomar decisiones económicas.

Eso quiere decir que los canales de transmisión de la crisis del coronavirus han cambiado y no han resucitado los viejos fantasmas de la Gran Recesión. En aquella ocasión se produjo una fragmentación radical de la unión monetaria que disparó los diferenciales con Alemania, al contrario que ahora.

Política más agresiva

Es verdad que las primas de riesgo periféricas han crecido de forma relevante, pero muy lejos de lo que sucedió antes de que el BCE iniciara, en el verano de 2012, su política monetaria ultraexpansiva. En lo que sí hay coincidencia es en que Alemania vuelve a aparecer como el gran beneficiado del euro.

placeholder Fuente: Bloomberg.
Fuente: Bloomberg.

Pero, al contrario de lo que sucedió en tiempo de Trichet, ya no pondrá pegas a una política monetaria todavía más agresiva, ya sea aflojando la facilidad de depósito o recuperando sus programas de compra de activos con el volumen que exijan los mercados y las empresas. Ambas estrategias las abordará hoy el BCE en su consejo de gobierno, en el que anunciará nuevas medidas de flexibilización monetaria.

El objetivo es que el endurecimiento de las condiciones financieras no afecte a las empresas que necesitan liquidez, y que hoy ven cómo se encarecen sus seguros de crédito o están obligadas a pagar mayores tipos de interés.

Hace apenas un mes, la prima de riesgo española se situaba en 66,1 puntos básicos, pero hoy, pese a que la rentabilidad del bono español a 10 años permanece prácticamente igual (en torno al 0,35%), el diferencial se ha ensanchado hasta los 99 puntos del cierre de ayer. El máximo en el actual episodio económico ha llegado a ser de 113 puntos básicos, en todo caso a años luz de los más de 600 puntos que llegó a marcar en los peores años de la segunda recesión.

El diferencial, en cualquier caso, sigue siendo significativo para un mismo territorio que comparte moneda y que, además, cuenta con un banco central que está dispuesto a garantizar toda la liquidez que sea necesaria, lo que, en principio, debería reducir al máximo las tensiones.

Propagación del virus

Esta presión que sufren las empresas se observa con nitidez en la evolución de los llamados CDS (Credit Default Swap, por sus siglas en inglés), y que se disparan a medida que se extiende la propagación del virus. Como se sabe, los CDS son indicadores de mercado ante el riesgo que pueden generar uno o varios emisores.

Lo que temen quienes compran esos activos es un deterioro de la situación financiera de los emisores y que no puedan devolver el dinero prestado. Y todo indica que ese va a ser el escenario más probable. Esto es lo que prevé, por ejemplo, Analistas Financieros Internacionales (AFI), que da por hecho mayor vulnerabilidad del crédito ante un deterioro más que evidente del ebitda por la caída del negocio. Algo que llevaría a un descenso en el 'rating' de muchas empresas.

José Manuel Amor, socio de AFI, estima, en concreto, que las revisiones a la baja se acelerarán en el primer trimestre de este año hasta un máximo de 2015. En su opinión, “una respuesta procíclica por parte de los bancos puede hacer más difícil la supervivencia de muchas empresas viables con tensiones de liquidez 'sobrevenidas' por el impacto del coronavirus”.

Foto: La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. (EFE)

La solución que aporta el FMI, por su parte, es clara: “Los bancos centrales pueden necesitar intervenir y proporcionar liquidez de emergencia”.

El hecho de que la crisis del coronavirus no se haya trasladado a los bonos soberanos se relaciona, en parte, con la mayor solvencia de la banca. Como sostiene el Fondo, la buena noticia es que los bancos son generalmente más resistentes que antes de la crisis financiera de 2008, porque tienen mayores amortiguadores de capital y de liquidez.

Ese era, precisamente, uno de los objetivos de la unión bancaria, romper el círculo vicioso entre deuda soberana y bancos. Algo que parece que se ha conseguido, pese a que la unión monetaria está muy lejos de haber sido completada, ni hay eurobonos ni la unión bancaria está cerrada. De hecho, el sector bancario es el que más está sufriendo en bolsa desde que estalló la crisis del coronavirus.

La crisis del coronavirus comienza a tener perfil propio desde un punto vista financiero. Al contrario de lo que sucedió durante la Gran Recesión, el riesgo soberano de los países periféricos, aunque ha crecido en los últimos días, está bajo control, mientras que, por el contrario, la financiación del sector privado está ahora en el punto de mira de los inversores. En particular, las empresas con mayor dificultades para hacer frente a un recorte de sus ingresos por el frenazo económico y, sobre todo, aquellas más dependientes de la financiación de los mercados, muchas de ellas auténticos zombis que viven del dinero barato.

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