Funcas rebaja su previsión de crecimiento al 1,9% por frenazo de la demanda interna
La entidad prevé un crecimiento del consumo del 0,7% en 2019, menos de la mitad que en 2018, por el impacto de la incertidumbre sobre el optimismo de los hogares
La debilidad de la economía global y la incertidumbre que genera ya está pasando factura a España. Los hogares, que hasta ahora habían mantenido el dinamismo de la economía nacional, están sufriendo ya las consecuencias de esta coyuntura delicada y han optado por frenar su consumo. De esta forma, la demanda interna, que era el éxito del crecimiento del país, se está parando. El resultado es que la desaceleración este año será superior a lo que se estimaba hace unos meses. Así lo estima Funcas, que ha rebajado en tres décimas su previsión de crecimiento hasta el 1,9% para este ejercicio (también como consecuencia de la revisión de los datos de contabilidad nacional trimestral del INE). Esto significa que la economía española ya estaría creciendo por debajo del 2% y muy lejos del 2,2% que mantiene el Gobierno en sus previsiones de crecimiento.
Se trataría del menor ritmo de crecimiento de la economía española desde el año 2014. Funcas basa esta revisión a la baja del crecimiento en la debilidad de la demanda interna, que ha congelado su crecimiento en 2019, fruto de esta incertidumbre externa e interna. "La evolución menos dinámica del consumo o la inversión reflejan no solo la mala evolución de los mercados internacionales, sino que también reflejan el deterioro de las expectativas que se está generando internamente", ha explicado Carlos Ocaña, director general de Funcas.
La demanda interna aportó 2,6 puntos al crecimiento del PIB en 2018 y este año caerá hasta el 1,3%, esto es, a la mitad. Se ha paralizado el consumo de los hogares y también la inversión de las empresas. En el caso del consumo, pasaría de crecer un 1,8% en 2018 a apenas un 0,7% este ejercicio. Este frenazo del consumo, unido al aumento de los salarios, indica que los hogares habrían optado por elevar su ahorro para mejorar su situación financiera de cara a una futura crisis.
[El FMI señala ya una "desaceleración sincronizada"]
Por su parte, también la inversión (formación bruta de capital fijo) se ha paralizado: tras crecer un 5,3% este año, se fernará hasta el 2,2% este ejercicio. Detrás de este desplome está el frenazo de la inversión en construcción, que pasa de crecer al 5,5% al 2,2% y de la inversión empresarial en capacidad productiva (bienes de equipo) que pasan de crecer un 4,1% a apenas un 1,3% en 2019.
Estamos ante una desaceleración importante, pero no una recesión de la economía española
El parón de la demanda interna ha congelado también las importaciones, lo que explica que la rebaja en las previsiones de PIB no haya sido más acusada. En concreto, Funcas estima un avance de las importaciones de apenas un 0,2%, mientras que las exportaciones mantendrían su dinamismo en el 2%. De ahí que la demanda exterior pasaría de restar tres décimas al PIB en 2018 a aportar seis décimas en 2019. Esto también permitiría afianzar el superávit por cuenta corriente de España, que se quedaría en el 1,6% del PIB.
A pesar de la desaceleración de la economía, Funcas descarta actualmente que exista un riesgo de recesión en España. "Estamos ante una desaceleración importante, pero no una recesión de la economía española", ha explicado Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. De hecho, la entidad espera que la economía europea repunte a partir del tercer trimestre de 2020 como consecuencia de las políticas de estímulo de los países centrales de Europa, principalmente Alemania. Como consecuencia, Funcas estima un avance del PIB del 1,5% en 2020 y un repunte hasta el 1,8% en 2021. Eso sí, estas previsiones no contemplan la posibilidad de un Brexit sin acuerdo ni una ampliación de la guerra comercial.
El enfriamiento de la economía también pasará factura al déficit público, que frenará su ritmo de ajuste este ejercicio de forma brusca. Funcas estima que España cerrará 2019 con un desfase presupuestario del 2,4%, apenas una décima menos que en 2018. Esto significa que el déficit estructural seguiría creciendo este ejercicio y el Gobierno incumpliría su compromimso con Bruselas de cerrar el ejercicio en el 2%. "A estas alturas del año estamos razonablemente seguros de la cifra de déficit, no estará muy separada de esta", ha explicado Ocaña.
El director general de Funcas ha alertado de que es necesario que España realice reformas fiscales para reducir el déficit público. "Con las políticas económicas actuales, el déficit se va a estabilizar por encima del 2% del PIB", ha señalado Ocaña, "y eso en un país con una deuda elevada es un problema y algo que deberíamos intentar solucionar".
La debilidad de la economía global y la incertidumbre que genera ya está pasando factura a España. Los hogares, que hasta ahora habían mantenido el dinamismo de la economía nacional, están sufriendo ya las consecuencias de esta coyuntura delicada y han optado por frenar su consumo. De esta forma, la demanda interna, que era el éxito del crecimiento del país, se está parando. El resultado es que la desaceleración este año será superior a lo que se estimaba hace unos meses. Así lo estima Funcas, que ha rebajado en tres décimas su previsión de crecimiento hasta el 1,9% para este ejercicio (también como consecuencia de la revisión de los datos de contabilidad nacional trimestral del INE). Esto significa que la economía española ya estaría creciendo por debajo del 2% y muy lejos del 2,2% que mantiene el Gobierno en sus previsiones de crecimiento.
- La metropolización de Madrid empieza a vaciar las provincias ricas de España Javier G. Jorrín María Zuil Jesús Escudero