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El gasto público amortigua el frenazo de la economía en pleno ciclo electoral
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CRECERÁ UN 1,8% EN 2019, SEGÚN EL BDE

El gasto público amortigua el frenazo de la economía en pleno ciclo electoral

El Banco de España ha oficializado la desaceleración en todas las variables menos una, la aportación al PIB del consumo público. El gasto crecerá un 1,8% en 2019

Foto: Imagen: iStock.
Imagen: iStock.

El Banco de España (BdE) ha tenido que ajustar sus previsiones macroeconómicas a la baja de forma drástica, con un ‘tijeretazo’ de cuatro décimas en la estimación de PIB para 2019, y de ocho décimas en el consumo privado. Sin embargo, el consumo público escapa de esta tendencia a la baja con el ciclo de elecciones de los últimos años.

De hecho, con el 10 de noviembre serán dos las llamadas a votar para formar Parlamento en 2019, y cuatro en los últimos cuatro años, con elecciones autonómicas, municipales y europeas de por medio. Pese al tiempo de Gobierno en funciones y que previsiblemente 2020 arrancará con los últimos Presupuestos de Montoro prorrogados por tercera vez, el gasto público no se resiente.

Foto: Banco de España. (Efe)
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Así, el BdE proyecta una expansión del gasto del 1,8% en 2019, misma ratio que preveía en junio. Que mantenga esta previsión contrasta con el descenso para el PIB de cuatro décimas, desde el 2,4% hasta el 2%. Dos décimas de recorte se explican por la revisión a la baja realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero otras dos décimas se deben al empeoramiento de las condiciones económicas.

Prácticamente ninguna variable se libra de este clima de ralentización que dibuja a futuro el Banco de España, cuyas proyecciones a la baja —aunque subió entre marzo y junio dos décimas la previsión de PIB— tienen el mismo sesgo que el de todas las instituciones. Aunque la expansión esperada aún supera la de otras grandes economías, se frenará hasta el 1,7% en 2020 y el 1,6% en 2021, si se cumplen las proyecciones del organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos.

El equipo de Óscar Arce, director general de Economía y Estadística, ha recortado la proyección de crecimiento del consumo privado del 1,8% en junio hasta el 1% en septiembre. La formación bruta de capital fijo (inversión) pasa del 4,2% hasta el 2,3%, y la demanda exterior contribuirá de forma positiva este año, porque la moderación de las importaciones es aún mayor que en las exportaciones.

En este contexto de frenazo y revisión a la baja en las proyecciones, el BdE mantiene su estimación de crecimiento del gasto público en el 1,8% para este año, en el 1,3% para 2020 y en el 1,2% para 2021. No obstante, la previsión relevante es la de 2019, ya que el panorama político hace complicado prever el futuro movimiento del consumo de las administraciones públicas.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en una comparecencia en Moncloa. (EFE)

El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho el enésimo llamamiento a que los gobiernos europeos contribuyan con las políticas fiscales, dentro del margen que tengan, al dinamismo de la actividad económica y no dejen sola a la política monetaria. Mario Draghi ha repetido esta petición hasta la saciedad desde hace dos años.

La novedad es que ahora este discurso es más escuchado ante la desaceleración de la eurozona, con economías como Alemania o Italia cerca de la recesión técnica. El propio Gobierno germano, en el último mandato de Angela Merkel, ha abrazado la idea con un paquete de gasto de 50.000 millones.

Sin embargo, para gastar hay que tener margen fiscal. Dicho de otra manera, holgura presupuestaria. Al menos, ese es el matiz que reitera el BCE. Y España no está en esta posición, después de una década cerrando ejercicios con déficit público y varios años superando el 3%, lo que situaba el país en el procedimiento de déficit excesivo. Además, la deuda roza el 100% del PIB. El último dato fue de 1,19 billones en julio, lo que supone en torno al 97% de la generación anual de riqueza por parte de la economía.

placeholder Previsión de déficit. (Fuente: BdE)
Previsión de déficit. (Fuente: BdE)

El BdE prevé que el déficit público volverá a cerrar el año en el 2,4%, aunque admite tener poca confianza en esta estimación, porque dependerá de la revisión del INE sobre el dato de 2018. A pesar del 'impasse' político, en el departamento de estudios del supervisor bancario asumen que la dirección de la política fiscal será expansiva para 2019, mientras que hay incertidumbre para 2020, año en el que dependerá del próximo Gobierno —si lo hay—.

A juicio de los expertos del Banco de España, la incertidumbre política no es el origen principal de la ralentización actual, que se explica en mayor medida por los vientos de cara que vienen de fuera, como la guerra comercial o el riesgo de fin de ciclo en algunas grandes economía. Esto explica que la demanda externa pierda fuelle.

Sin embargo, sí que afecta y golpea parcialmente al consumo privado y a las decisiones de inversión de las empresas. Asimismo, este ciclo político “nos lleva a desaprovechar oportunidades. Los años de crecimiento están corrigiendo desequilibrios, pero la ratio de deuda sobre el PIB está cerca del 100%; la posición inversora internacional neta en el 77%, lo que supone un alto nivel de dependencia de la financiación exterior; la tasa de paro es alta comparada con nuestro entorno en el 14%, y hay una reforma pendiente en pensiones”, advierte Arce.

El Banco de España (BdE) ha tenido que ajustar sus previsiones macroeconómicas a la baja de forma drástica, con un ‘tijeretazo’ de cuatro décimas en la estimación de PIB para 2019, y de ocho décimas en el consumo privado. Sin embargo, el consumo público escapa de esta tendencia a la baja con el ciclo de elecciones de los últimos años.

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