Por qué la final del Mundial 2030 en el Bernabéu dependerá más de Florentino que de Sánchez

Con capacidad para 115.000 espectadores, mil más que el Rungrado-Primero de Mayo, de Piongyang (Corea del Norte), considerado hasta la fecha el más grande del mundo. Así será el nuevo estadio de Casablanca con el que Marruecos pretende rivalizar con España y el remodelado Santiago Bernabéu de cara a albergar la final del Mundial 2030 que estos dos países organizarán junto a Portugal. Sin olvidar a Uruguay, Argentina y Paraguay, que acogerán un partido cada uno.

Mientras el coordinador de la triple candidatura, el luso Antonio Laranjo, avanzó que "Portugal no va a acoger la final del Mundial porque no tiene un estadio con esa capacidad y no va a invertir para ampliar de los que dispone", Faouzi Lekjaa, presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (RFMF), dio por hecho que la FIFA se la adjudicará dada la inversión de casi 2.000 millones que va a realizar su país para construir el citado campo, además de remodelar otros.

"Esperamos vivir una final extraordinaria, que honre a todo el continente africano y a las jóvenes generaciones, en un estadio de Casablanca que será extraordinario y maravilloso", declaró el mencionado Lekjaa, que preside la FRMF desde 2014, en junio de 2022 fue reelegido sin oposición e inició un tercer mandato que estrenó anunciando su voluntad de albergar la Copa de África 2025, algo que la Confederación Africana de Fútbol (CAF) confirmó.

A diferencia de lo que sucede en España, donde seis meses después de la inhabilitación y dimisión de Luis Rubiales, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sigue sin presidente y con un okupa como Pedro Rocha en su lugar, Marruecos tiene uno con mucho poder. Tanto a nivel nacional, pues no en vano, el rey Mohammed VI nombró a Lekjaa ministro delegado y presidente del comité encargado de la candidatura para el Mundial 2030, como internacional.

La fuerza de Faouzi Lekjaa en la FIFA

Además de haber sido vicepresidente segundo de la propia CAF, donde ahora preside el Comité de Finanzas, y ser miembro del consejo ejecutivo de la Unión Árabe de Asociaciones de Fútbol, desde 2021 Faouzi Lekjaa forma parte del Consejo de la FIFA que preside su amigo Gianni Infantino. Un influyente órgano, sobre todo si se manejan tantos votos, como es el caso del marroquí y el continente africano, y en el que también está el portugués Fernando Soares, pero no hay ningún español desde que Ángel María Villar fuera vicepresidente primero.

Por si todo esto fuera poco, contado está que desde que en marzo de 2022 la Casa Real de Marruecos filtrara una carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI, la versión del presidente español fue que no se había producido un cambio de posición en el conflicto del Sáhara Occidental, aunque, en una posterior comparecencia en el Congreso, reconoció que "47 años de conflicto deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones".

Además, desde Moncloa, donde tanto protegieron a Rubiales, se avisó que el Gobierno evitaría en público todo aquello que molestara a la monarquía alauita. En este contexto se explica que España haya pasado de liderar la organización del Mundial 2030, en principio solo junto a Portugal y más tarde incluyendo y excluyendo a Ucrania en un gesto de cara a la galería, a ver cómo Marruecos, cuya inclusión en la candidatura anunció precisamente Sánchez, acapara todo el protagonismo.

Una balanza inclinada hacia el lado marroquí

Prueba de ello es que el envalentonado discurso del presidente de la RFMF al que nos referíamos al principio, pero también el hecho de que en la opinión pública del país norteafricano se haya instalado el discurso de que España ya tuvo su final del Mundial en 1982. Así lo recordó Zoubaida Fathi, periodista de la Sociedad Nacional de Radiodifusión y Televisión marroquí, que intervino en el Radio Estadio especial que Onda Cero dedicó a la situación de la RFEF.

Llegados a este punto en el que solo cabe reconocer que la balanza se inclina hacia el lado de Casablanca a la hora de pensar en albergar la final, en la FIFA son conscientes del peso que sigue teniendo España futbolísticamente hablando, a pesar de todo lo sucedido con Rubiales y sigue sucediendo con su testaferro Rocha. Así como de su poderío organizativo, y más aún en una ciudad con las infraestructuras y la experiencia que ofrece Madrid.

A estoy hay que sumar que la opción del Estadio Santiago Bernabéu cuenta con el factor Florentino Pérez. El constructor tiene una buena relación personal con el suizo Gianni Infantino, lo mismo que históricamente ha sucedido con la FIFA y el Real Madrid. No en vano, se trata del único club fundador del máximo organismo del fútbol mundial, allá por 1904, junto a las federaciones francesa, belga, danesa, neerlandesa, sueca y suiza, pues la española no se fundó hasta 1913.

Los 7,5 millones de Sánchez a la candidatura

Volviendo a la RFEF, a finales de 2022, es decir, con Rubiales aún al frente, el Gobierno de Sánchez aprobó destinarle 7,5 millones con el objetivo de potenciar la candidatura al Mundial 2030. Entre los proyectos estaba crear una oficina técnica para la coordinación de eventos, difundir las iniciativas e invertir en el desarrollo de las infraestructuras de centros de entrenamiento y tecnificación de las selecciones nacionales y autonómicas, además de brindar de soporte tecnológico a la organización.

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Kike Marín

Claro que una vez que la FIFA le ha concedido el Mundial 2030 a España, junto a Marruecos y Portugal, aunque quizás lo más correcto sea decir a Marruecos, junto a Portugal y España, ¿dónde ha ido a parar ese dinero? Tras la intervención de la Guardia Civil en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, con detenciones tan sonadas como la de Tomás González Cueto, y el Consejo Superior de Deportes (CSD) intentando solucionar el desaguisado electoral que consintió su anterior presidente, Víctor Francos, no estaría de más aclararlo.