Marruecos anuncia el estadio más grande del mundo para arrebatar a España la final del Mundial

El mayor estadio del mundo para acoger el mayor partido del mundo. Y ese partidazo es la final de la Copa Mundial de Fútbol tripartita de 2030 que organizan conjuntamente España, Portugal y Marruecos y que se celebrará el 21 de julio de 2030. Ese es el mensaje subliminal que enviaron el jueves las autoridades marroquíes. Su Agencia Nacional de Equipamientos Públicos (ANEP) adjudicó ese día el contrato de diseño y construcción del Gran Estado de Casablanca, un nombre provisional porque quizás sea rebautizado.

El proyecto de Populous, un estudio de arquitectura norteamericano-británico, especializado en grandes infraestructuras deportivas, fue el elegido por la ANEP aunque en asociación con otro, Oualalou + Choi, franco-marroquí. Había otros seis aspirantes, entre ellos los arquitectos españoles de Cruz y Ortiz. Populous tiene una acreditada experiencia en diseñar estadios que abarca desde el Lusail de Qatar hasta el Tottenham Hotspur.

Populous anunció el jueves la noticia en su web y dio incluso algunas precisiones. Con capacidad para 115.000 espectadores, el estadio será "el más grande de la historia del fútbol". Superará al Camp Nou (105.000 espectadores), al Santiago Bernabéu (84.744 espectadores) e incluso al de Rungrado-Primero de Mayo, en Piongyang (Corea del Norte), considerado como el mayor del mundo (114.000 plazas). Hasta ahora el más grande de Marruecos era el Mohamed V de Casablanca, donde juega en Raja, en el que caben 67.000 espectadores.

Portugal no aspira a albergar la final del Mundial. Lo confirmó el 19 de marzo Antonio Laranjo, coordinador de la triple candidatura futbolística. "Portugal no tiene ese estadio, no va a hacer inversiones para ampliar la capacidad de sus estadios, lo que significa que Portugal no va a tener la final del Mundial", reconoció en la ceremonia de presentación del logotipo del acontecimiento deportivo.

La escasa inversión portuguesa

Portugal, con un PIB en 2023 de 265.000 millones de euros, es, sin embargo, el doble de rico que Marruecos, cuyo PIB fue de 126.475 millones. Aun así Marruecos va a invertir 1.873 millones de euros en el nuevo estadio y en arreglar otros más susceptibles de acoger partidos del Mundial.

Marruecos hace ese esfuerzo porque, entre otros motivos, quiere la final en su suelo y para eso es necesario contar con un estadio de, como mínimo, 80.000 plazas. Así lo exige la FIFA. Ya lo anunció Faouzi Lakjaa, presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol, en octubre pasado en una entrevista: "Esperamos vivir una final extraordinaria que honre a todo el continente [africano] y a las jóvenes generaciones en un estadio de Casablanca que será extraordinario y maravilloso", declaró.

"En pleno tumulto relacionado con la corrupción y el blanqueo de dinero, la Real Federación Española de Fútbol no está en condiciones de imponer [a la FIFA] su nuevo Santiago Bernabéu", frente al proyecto en marcha en Casablanca, recalca Foot Mercato, un diario digital francés dedicado al fútbol.

Todo proyecto "extraordinario" en Marruecos tiene que llevar la impronta del monarca. François Clément, presidente de la filial francesa de Populous y arquitecto principal del proyecto, se encargó de subrayarlo: "El Gran Estadio de Casablanca es una de las piedras angulares de la visión del rey Mohamed VI para desarrollar infraestructuras futbolísticas en Marruecos". "Será un inmenso activo para el país, que elevará a Marruecos al más alto nivel mundial en términos de desarrollo de infraestructuras deportivas", recalcó.

La conclusión de las obras

La construcción del nuevo estadio arrancará en breve en un terreno de 100 hectáreas junto a la localidad costera de El Mansouria, a 38 kilómetros al norte de Casablanca y a 58 al sur de Rabat, las dos principales ciudades del país. Deberá estar acabado a finales de 2028, casi dos años antes del Mundial.

El proyecto ganador "se inspira en la tradicional fiesta marroquí conocida como mussem", explica el comunicado. "Tiene sus raíces en figuras antiguas y primordiales: el mussem, la carpa y el jardín, así como la topografía y los paisajes de Marruecos", precisó Tarik Oualalou, socio fundador de Oualalou + Choi. "Es un espacio generoso, abierto al mundo y respetuoso con la naturaleza que protege", añadió. Hasta ahora la maqueta sigue siendo confidencial.

En todo lo concerniente al Mundial, Marruecos había llevado hasta ahora la delantera a sus dos socios europeos. Fue el rey el que primero anunció la triple candidatura, en marzo de 2023, en un discurso que pronunció en su nombre su ministro de Educación, Chakib Benmoussa. Fue de nuevo el soberano, a través de un comunicado de la Casa Real, el que reveló que el tripartito futbolístico había sido el elegido por la FIFA para organizar el Mundial.

El logotipo elegido para dar a conocer el evento, presentado el martes pasado en Lisboa, tiene además una fuerte impronta marroquí, empezando por la palabra árabe "Yalla" que figura antes que "Vamos", un vocablo que se emplea en español y también en portugués.

Ahora, a las autoridades de Marruecos, les queda por imponerse de nuevo, dentro de tres años, al campo del Bernabéu o al Camp Nou, con un estadio recién construido, aún más grande y más moderno. Objetivo: arrebatar a España, ya que Portugal no tiene ambiciones, la celebración en Marruecos de la final de la Copa del Mundo.