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La vuelta al calcetín de Luis Enrique a España mete en la cueva a sus 'haters' en el Mundial
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La vuelta al calcetín de Luis Enrique a España mete en la cueva a sus 'haters' en el Mundial

Luis Enrique compite en dos frentes en este Mundial y en ambos va marcando el paso con un rendimiento sobresaliente. Con la victoria contra Costa Rica y multiplicando los 'followers'

Foto: Luis Enrique sonríe tras el triunfo contra Costa Rica. (EFE/Juanjo Martin)
Luis Enrique sonríe tras el triunfo contra Costa Rica. (EFE/Juanjo Martin)
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Toca jugar contra Alemania con el cartel de favorito. Se lo gana España por la exhibición futbolística y lo pierden los alemanes por una derrota con deshonra contra los japoneses. Lo que conviene es darle la enhorabuena a Luis Enrique por conseguir el mejor resultado de España en un Mundial y su triunfo más brillante desde que está al frente de la Selección. Nos quedamos absortos y hasta incrédulos con el resultado. Una Selección que no tiene una estrella, que pone a Rodri, un pivote de central, en la que marca un gol Gavi (18 años) y es el MVP del partido, y que juega sin un delantero centro es capaz de marcar siete goles.

Luis Enrique le ha dado una vuelta al calcetín. En el césped impresionó por su finura y eficacia. En lo social, sus odiadores pasaron un mal día. Hay que esperar a que pinche en el campo y dé que hablar por sus bravuconadas. La realidad dice que España vuelve a asombrar al mundo, a ser la envidia por tener un estilo vistoso y ganador. Lo verdaderamente relevante, para los no resultadistas y los que solo le juzgan como estratega de este deporte, es la forma en la que se consiguieron los siete goles.

placeholder Morata celebra su gol a Costa Rica con los compañeros.
Morata celebra su gol a Costa Rica con los compañeros.

El trabajo de Luis Enrique en la mayoría de las ocasiones queda en un segundo plano por sus extravagancias y un carácter agrio y antipático. Hacer streamings en la concentración le ha generado más enemigos que amigos. Montarse un confesionario en Doha para contar que come seis huevos (tres fritos y tres cocidos), lee a los estoicos, sus carreras con la bicicleta y lo intenso que entrenan los chavales es un entretenimiento al que se le puede sacar punta. Es otro tipo de estrategia del líder que necesita absorber toda la presión para quitársela a los jugadores. Su protagonismo es exagerado, inusual, pero el primer resultado en el Mundial de Qatar es sensacional.

Un inconformista

Luis Enrique es primero entrenador que streamer. Su mérito es tener una idea, trabajarla hasta llevarla a la perfección, convencer a los jugadores para que la plasmen con pasión y sean inconformistas. Para eso ha hecho un equipo de autor que se tiene que parecer al dueño. Ambicioso y con desparpajo. Solo así se explica esa frase que repite fuera y dentro del vestuario: "De miedo no vamos a morir". El técnico asturiano gana followers en las redes sociales, suscriptores en el Twitch, pero lo realmente importante es que refuerza su crédito como entrenador de primer nivel. Lo de su arisca personalidad va por otro lado.

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Son los conocimientos y la fórmula para plasmarlos los que le hacen bueno o malo. Luis Enrique, sin ninguna duda, es valiente y el método no lo negocia. España jugará contra Alemania igual que contra Costa Rica. Otra cosa es el resultado final. El abultado marcador contra el equipo costarricense es engañoso por tener enfrente a un rival endeble, sin agresividad ni peligro. Unai Simón no tuvo que hacer ninguna intervención. Esto no va a suceder en el partido contra Alemania, donde España se mide a una potencia herida, con el objetivo de ganar para no quedar eliminada y sufrir otro fiasco como en el Mundial de 2018.

La sensación de miedo contra los alemanes no es la misma que la de tiempos pasados. Esos ogros competitivos que te devoraban por físico y su carácter racial asustan bastante menos. Hace dos años, la España de Luis Enrique le metió seis goles en un partido de la Liga de Naciones en el estadio de La Cartuja. En la concentración de la Selección española son prudentes, pero también presumen de no ser cobardes y saber a lo que juegan. A ganar con el mayor control del balón. "La verdad es que jugamos muy bien al fútbol. Tenemos las cosas muy claras. Nos lo transmite el entrenador y esa es la clave", dice Marco Asensio el día después del recital contra Costa Rica.

Las dos caras

Alemania es el primer equipo con empaque que dirá quién es España en el Mundial de Qatar en el camino para calibrar la gran idea futbolística de Luis Enrique y si hay motivos de más peso para el triunfalismo. De lo que sí podemos estar seguros es de que el seleccionador se maneja con dos caras. La provocadora y extravagante, con la que se ha ganado el apelativo de Luisenricadas, para sus haters, y Luis Padrique para sus hooligans. La más seria, fiable y profesional la consigue con victorias tan contundentes como la de Costa Rica.

El otro triunfo, momentáneo, es haber metido a sus haters en la cueva. A Luis Enrique le va la marcha y en los dos frentes abiertos empieza ganando. En la faceta de streamer, en su papel desafiante y burlón, comenzó fuerte en una de las primeras intervenciones: "Tendría que haber empezado antes. Por supuesto que habrá haters. ¡Pues viva los haters!". En la faceta de entrenador ya se dice que es el mejor del Mundial.

Foto: Luis Enrique, con Felipe VI, tras ganar a Costa Rica. (EFE/Ballesteros)

El resultadismo es uno de los ejercicios más recurrentes e hipócritas del fútbol. El veredicto de lo bueno y lo malo está en si entra o no la pelota, por encima de estilos e ideas. España la metió hasta en siete ocasiones contra Costa Rica. Esto funciona de la siguiente manera. Ganas un partido por goleada, se dispara la euforia y ya eres una de las selecciones favoritas en el Mundial. "Nadie se quiere enfrentar a España", es uno de los comentarios que se extendió después de la maravilla en Doha.

La cascada de elogios se dispara con todo el sentido del mundo tras una exhibición de España en el debut, con un partido perfecto, de equipo voraz y divertido por la propuesta ofensiva. Si pierde contra Alemania o las pasa canutas, se pincha el globo. Todo cambia en función del resultado y el amor-odio que genera el seleccionador. Un buen partido dispara la euforia, y otro malo afila los cuchillos.

Toca jugar contra Alemania con el cartel de favorito. Se lo gana España por la exhibición futbolística y lo pierden los alemanes por una derrota con deshonra contra los japoneses. Lo que conviene es darle la enhorabuena a Luis Enrique por conseguir el mejor resultado de España en un Mundial y su triunfo más brillante desde que está al frente de la Selección. Nos quedamos absortos y hasta incrédulos con el resultado. Una Selección que no tiene una estrella, que pone a Rodri, un pivote de central, en la que marca un gol Gavi (18 años) y es el MVP del partido, y que juega sin un delantero centro es capaz de marcar siete goles.

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