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El tiro en el pie de Xavi y la pegada de Bellingham salvaron a Ancelotti de un desastre en El Clásico
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La dirección de campo, crucial

El tiro en el pie de Xavi y la pegada de Bellingham salvaron a Ancelotti de un desastre en El Clásico

La entrada de Camavinga y Modric catapultó al Real Madrid, mientras que Lewandowski y Oriol Romeu hundieron al Barça. Xavi se equivocó y Bellingham castigó a los azulgranas

Foto: Ancelotti y Xavi se midieron tácticamente. (Reuters/Nacho Doce)
Ancelotti y Xavi se midieron tácticamente. (Reuters/Nacho Doce)

El Real Madrid ganó uno de los Clásicos más mediocres de los últimos tiempos (1-2). El doblete de Jude Bellingham fue el motor que impulsó al conjunto de Carlo Ancelotti a levantar un partido en el que el Barça le había pasado por encima en la primera parte. Es lo que tiene contar con uno de los mejores futbolistas —y más determinantes— del mundo, capaz de sumar más goles que Kylian Mbappé y Erling Haaland. En un encuentro donde cada mitad fue para un equipo, el Real Madrid golpearía con toda la contundencia que le había faltado al Barça y terminaría por noquear a su adversario en el Clásico.

A pesar de las bajas capitales de Jules Koundé, Frenkie de Jong, Pedri, y de lo justos que llegaban Robert Lewandowski y Raphinha, los azulgranas abrasaron a los blancos durante 60 minutos. ¿El problema? No los mataron y lo pagaron muy caro. El Barça dominó el primer tiempo gracias a una presión pospérdida asfixiante y al gran trabajo de Gündogan y Gavi en la base del juego.

Con Fermín López, Joao Félix y Ferran Torres frente a los centrales del Real Madrid, David Alaba y Antonio Rüdiger salieron de zona sistemáticamente. Con Dani Carvajal viéndose obligado a seguir los movimientos de arrastre de Joao Félix, el Barça encontró una vía para conectar con Alejandro Balde y separar el bloque defensivo visitante por dentro.

placeholder El inglés decantó el partido. (Reuters/Albert Gea)
El inglés decantó el partido. (Reuters/Albert Gea)

El desbarajuste táctico era total y el Real Madrid perseguiría sombras durante 45 minutos en los que no disparó ni una sola vez entre los tres palos. Al descanso el Madrid había sido un equipo desdibujado, blando y apático. Sin peligro. La realidad es que pudo ser peor para el Real Madrid, pero el disparo de Fermín López se topó con la cepa del palo y salió escupido. Sucedió lo mismo en el segundo tiempo, esta vez con Iñigo Martínez.

Sin embargo, el Barça no aprovechó su control del encuentro ni del rival. El Barça, tan dominador de las áreas en LaLiga la pasada temporada, pecó de falta de contundencia en el momento más importante del curso hasta ahora. Una fragilidad ofensiva que, junto a la explosión goleadora de un fenómeno como Jude Bellingham y los cambios de Xavi Hernández y Carlo Ancelotti, condenarían a los catalanes.

Foto: Bellingham dispara en el partido contra el Barcelona. (REUTERS Albert Gea)

Bellingham fue demasiado para el Barça

Lo explicaría el técnico azulgrana, muy afectado por la derrota, tras el partido: "Me voy frustrado, enfadado, cabreado. Porque además creo que es injusto. Hemos dominado 60 minutos. El fútbol es esto. Nosotros necesitamos 5 o 6 para marcar gol y ellos con tres, te hacen dos. Nos faltó efectividad", afirmó. "Creo que el planteamiento salió bien. Quizás exagero, creo que nos han hecho sufrir al final, pero sinceramente que si alguien se llevaba el partido, íbamos a ser nosotros", remarcó.

"Creo que el empate se nos quedaba corto. Parecía que ellos se conformaban con el empate. Cuando parecía visto para sentencia, llega ese balón desgraciado. Resultado muy malo, pero paso adelante en juego. Si perdonas, sobre todo al Madrid... Eso marca la diferencia", remató Xavi Hernández en DAZN.

El latigazo de Bellingham abrió el camino de la remontada y la entrada de Eduardo Camavinga y Luka Modric mudó el gesto competitivo blanco, más agresivo y ambicioso con la pelota. Xavi también alabaría al inglés: "Bellingham es un gran futbolista. Ha marcado la diferencia.", reconocería el catalán.

El técnico italiano también tendría palabras de elogio para Bellingham, autor del doblete que decantó el partido, destacando su contundencia. "Sí, estamos sorprendidos con Bellingham. Sobre todo en efectividad. Ha marcado muchísimos goles. Lo que ha sorprendido hoy ha sido el tiro. No ha marcado mucho desde la frontal, normalmente es llegando".

Los cambios de Ancelotti y de Xavi, determinantes

El gol de Bellingham significó un mazazo para el Barça y el segundo, la victoria. Pero hubo algo igual de importante: la dirección de campo de ambos técnicos. El paso por el descanso no cambió nada en los dos equipos. Sí lo hizo la lesión de Ferland Mendy para provocar la entrada de Eduardo Camavinga a los seis minutos de partido. El joven francés aportaría toda la energía de la que había carecido el Real Madrid en el primer tiempo.

Su fortaleza en los duelos individuales, la habilidad para romper líneas defensivas a base de conducciones y el acierto en el pase elevó el techo competitivo blanco. El Madrid aprovechó la distancia entre líneas y empujó. Camavinga no falló ni un solo pase en El Clásico. Palabras mayores. "Cuando empezamos a estar largos se nos fue el partido. En transiciones ellos son los mejores", explicó Ronald Araujo tras el choque.

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Camavinga catapultó al Madrid. (Reuters/Albert Gea)

A su vez, la incorporación de Luka Modric dotó de velocidad en el pase y dinamismo al Real Madrid. El centrocampista terminaría dando la asistencia del 1-2 a Bellingham. "Luka ha cambiado la dinámica. Empezamos a tener más balón", tal y como reconocería Ancelotti. El técnico italiano acertó en sus cambios tras un planteamiento tétrico. Xavi, en cambio, empeoraría a un Barça que necesitaba piernas al espacio, solidez entre líneas y oxígeno tanto en el centro del campo como en la punta de ataque.

La entrada de Robert Lewandowski por Ferran Torres ahogó al Barça y le privó de poder correr al contragolpe, donde solo Lamine Yamal intimidó brevemente. El polaco no estaba al 100% y en lugar de picar al espacio, trató de recibir al pie. Por su parte, Oriol Romeu, ya muy señalado en los últimos encuentros, hundió al Barça. El catalán no aportaría seguridad con la pelota ni equilibrio a un Barça que se partió conforme llegó al final del partido. El Real Madrid evitó una debacle en un partido donde ambos entrenadores se dispararon al pie y solo uno pudo arreglarlo.

El Real Madrid ganó uno de los Clásicos más mediocres de los últimos tiempos (1-2). El doblete de Jude Bellingham fue el motor que impulsó al conjunto de Carlo Ancelotti a levantar un partido en el que el Barça le había pasado por encima en la primera parte. Es lo que tiene contar con uno de los mejores futbolistas —y más determinantes— del mundo, capaz de sumar más goles que Kylian Mbappé y Erling Haaland. En un encuentro donde cada mitad fue para un equipo, el Real Madrid golpearía con toda la contundencia que le había faltado al Barça y terminaría por noquear a su adversario en el Clásico.

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