La sangría defensiva del Barcelona no cesa y atormenta los planes de Xavi Hernández

Ocho goles encajados en siete partidos disputados. Son números preocupantes para un Barça que la temporada pasada demostró una solidez defensiva brillante y que catapultó una Liga cuatro años después. El equipo de Xavi Hernández cimentó sus triunfos en el dominio de las dos áreas, hasta el punto de encontrar en el unocerismo uno de sus mejores aliados y la razón, junto a los goles de Robert Lewandowski, del campeonato liguero. Nada de esto está sucediendo esta temporada en área propia, donde hasta Marc-André ter Stegen cometió un error de bulto para dinamitar el partido de Mallorca y entre Ronald Araújo, Oriol Romeu e Íñigo Martínez se fraguó el gol de Abdón Prats que evitaría la victoria culé en Son Moix.

Al técnico catalán no le temblaría el pulso a la hora de señalar culpables y detectar dónde había estado el quebradero de cabeza en DAZN: "Se nos pusieron por delante con un error nuestro y luego, cuando mejor estábamos, nos vino otro mazazo tras otro error defensivo". El diagnóstico de Xavi Hernández era certero: "Son errores impropios que no deben ocurrir, y más en este tipo de partidos, trabados e intensos. Hemos tenido ocasiones claras, pero hemos concedido demasiado, dos errores clamorosos. Nos llevamos un empate insuficiente para nosotros. Hemos tenido que remar demasiado. No nos llevamos la victoria por errores nuestros", añadió.

El técnico, que esta temporada ha visto cómo su equipo ha encajado en siete jornadas más de la mitad de los goles que concedió en toda la Liga pasada (13), también remarcaría la sangría defensiva actual. "Debemos mejorar en defensa. El año pasado, nos dio mucha solidez. No hemos estado mal, pero son dos errores puntuales que no deben ocurrir. Por esos errores, perdemos dos puntos", zanjó. Con tres porterías a cero frente a las 26 del curso pasado del Zamora, Ter Stegen, el Barça ha perdido una de sus principales señas de identidad mientras ha disparado su pegada ofensiva.

¿Qué está pasando aquí?

Es cierto que el agujero negro del Barça en Mallorca se plasmó en dos errores defensivos claros, que incluso pudieron ser más si Cyre Larin llega a atinar en el tramo final. Sin embargo, los problemas defensivos azulgranas ya colean desde hace semanas. Lo explicó Vedat Muriqi, delantero bermellón. "Sabíamos que el Barça está teniendo defectos en defensa. Se vio en el 2-1, con tres toques. Saque del portero, peinada de cabeza y gol de Abdón Prats".

Un mecanismo tan simple como dañino que se repitió una y otra vez. El Barça nunca controló el partido para una estructura defensiva incapaz de anticiparse al delantero kosovar y que comprobó cómo Ronald Araújo no está todavía al 100%. Con la entrada de Joao Cancelo en el lateral derecho y de Alejandro Balde en el izquierdo, los centrales quedan más expuestos y en situaciones de uno contra uno. El sistema defensivo no ha logrado encontrar el equilibrio necesario para sellar los carriles exteriores y blindar el área.

Los despistes defensivos fueron notables, pero muchas veces vinieron precedidos de transiciones defensivas donde no todos los jugadores colaboraron (quizás de ahí vino el cambio de Joao Félix). El Barça está dejando la puerta abierta cuando pierde la pelota. Espacios entre líneas, falta de coordinación en tareas defensivas y desorganización a la hora de ejecutar la presión pospérdida. Sin haberse enfrentado todavía a ningún rival del TOP5 de LaLiga ni un peso pesado de la Champions League, la fiabilidad defensiva azulgrana deberá aumentar y compensar las alegrías ofensivas.