Ter Stegen vuelve a desmontar el relato de Xavi y confirma que también vale ganar así

El Barcelona consiguió el pase a las semifinales de la Copa del Rey (1-0), en un partido complejo ante la Real Sociedad en el que un solitario gol de Ousmane Dembélé fue suficiente para dar la victoria al conjunto azulgrana. El tanto del francés, en una gran acción individual, sirvió para desnivelar un partido que ya estaba desequilibrado tras la expulsión por roja directa de Brais Méndez en el minuto 40, pero sería Marc André ter Stegen el actor principal del partido.

El encuentro de cuartos en el Camp Nou se antojaba como uno de los más atractivos de la ronda copera, donde dos equipos a los que les gusta dominar el balón, el fútbol de ataque y acabar con la superioridad del rival a base de combinaciones se medían de tú a tú, en partido único, en busca de la siguiente ronda del torneo del KO. Pero antes del descanso todo cambió y una dura entrada de Brais —muy parecida a la de Dembélé solo unos días atrás— esta vez sí supuso su expulsión.

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Albert Ortega. Barcelona

La roja del centrocampista txuri-urdin dio alas al Barcelona, que comenzó a dominar el balón y a convertir el partido en un monólogo. Durante buena parte de la segunda mitad del choque, el Barça se encargó de controlar el esférico, aunque no con demasiada profundidad gracias, en buena parte, al orden defensivo de la Real. Pero la calidad azulgrana fue suficiente para, en un despiste de la zaga, aprovecharlo para conseguir el tanto que, a la postre, sería definitivo.

Corría el minuto 52 cuando un Dembélé, en estado de gracia, aprovechaba el carril entre lateral y central para entrar como cuchillo en mantequilla y, con mucha potencia, colocar un disparo certero al palo corto de Remiro que, vencido en busca del centro, solo pudo tocar con su antebrazo, pero no evitar el gol por la violencia del chut. El Barça había conseguido lo más difícil, adelantarse en el marcador, ante un rival que tenía a su merced... Y, entonces, llegó el sufrimiento.

Desde que Xavi se convirtiera en entrenador del equipo, ha insistido en varias ocasiones en que su equipo no solo debe llevarse la victoria, sino que tiene que hacerlo jugando de una manera muy particular: "Somos el Barça. No vale solo ganar. Tenemos obligación de ganar y jugar bien. No firmo ganar como sea", eran sus declaraciones. Pues bien, una vez más, este curso se ha agarrado a ese otro fútbol para conseguir sacar un partido adelante.

Es innegable que este equipo está empezando a carburar y que, cada vez más, empieza a jugar a mucho nivel. Pero no es menos cierto que también tiene importantes desconexiones en algunos partidos y que solo el brillante estado de forma de Ter Stegen está salvándole de dejarse partidos por el camino. Y es que el meta alemán se ha convertido en una pieza fundamental para el conjunto culé y, sin ningún lugar a dudas, en el gran salvador del equipo en numerosos partidos.

Dos milagros finales

Fue, precisamente, lo que sucedió ante la Real Sociedad. Con un jugador más y con el dominio absoluto del balón, el Barça se durmió en los minutos finales de partido y, aunque pudo ampliar la ventaja en varias ocasiones, jugó con fuego. Tanto que Ter Stegen volvió a ser el salvador... Si no es menos cierto que una de esas acciones milagrosas bajo palos llegó de un inexplicable falló del propio meta alemán en salida de balón que le pudo costar muy caro.

Sucedió en el 88, donde un mal pase generó un dos para uno para los txuri-urdines. El germano hizo un paradón a un disparo a bocajarro de Robert Navarro y, en el rechace, Carlos Fernández no pudo embocar a gol. Solo unos minutos después, de nuevo Ter Stegen salvaba a su equipo con una intervención milagrosa tras un misil de Jon Ander Olasagasti... y el colegiado pitaba el final. El Barça solo puede ganar jugando bien..., pero este miércoles, de nuevo, se agarró a su meta.

Volvió a quedar demostrado que, para ganar partidos, el axioma no debe de ser jugar bien. Es más importante ser resolutivo en las dos áreas, ser consciente de que los partidos tienen momentos y de que el que mejor se adapte a esas situaciones es el que se llevará el gato al agua. El resto es solo un relato que queda deslucido con lo que pasa sobre el césped. Una cosa es la idea; otra, la ejecución. Pero, al final, lo que vale es ganar. Aunque sea con una actuación estelar de tu portero.