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Cuando Cristiano Ronaldo falla ocasiones y es el inicio de algo prometedor
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rompió su racha en liga tras fallar un penalti

Cuando Cristiano Ronaldo falla ocasiones y es el inicio de algo prometedor

Contra el Málaga marcó su segundo gol en esta Liga, donde le está costando no ya solo marcar, sino tener ocasiones. Sin embargo, su participación sobre el campo ha crecido notablemente

Foto: "Es lo que hay", parece decir Cristiano. (Reuters)
"Es lo que hay", parece decir Cristiano. (Reuters)

Lo primero que hizo Cristiano Ronaldo al terminar el partido contra el Málaga fue hablar con Roberto Jiménez. No es muy habitual encontrar a un Cristiano tan receptivo a entablar conversación con un rival en tono amistoso y divertido, con sonrisas y abrazos. Qué duda cabe que si el rechace del portero a su lanzamiento de penalti se hubiera marchado lejos de su alcance, la charla habría sido mucho menos distendida o puede que ni siquiera hubiera tenido lugar. Pero Cristiano marcó el rebote y se quitó un (gigantesco) peso de encima. Solo le ha marcado a Getafe y Málaga en esta temporada, pero han sido en ambas ocasiones goles que han supuesto tres puntos. Importantes, por supuesto, ahora ya todos los puntos a sumar son determinantes.

Al Real Madrid de siempre le han entrado los goles como pipas. Es una cualidad difícil de igualar. Marcar prácticamente siempre es una ventaja competitiva con respecto a los adversarios, los cuales asumen que una vez tienen al Madrid delante, lo normal es recibir al menos un gol y tienen que luchar contra eso. Es decir, para ganar al Madrid deberán marcar, como mínimo, dos goles, uno si quieren no perder. A partir de ahí, lo específico de cada partido puede cambiar el curso natural de las cosas, salvo el hecho de que al Madrid se le da bien hacer goles. Pero al estar formado por personas, la psique afecta.

Foto: Cristiano sufrió para marcar hasta de penalti. (EFE)

Hasta el Madrid, hasta Cristiano, puede sufrir bloqueos mentales. No hay nada que cure mejor un bloqueo mental que la espontánea obtención de resultados. Dicen que quien la sigue, la consigue. La obligación histórica blanca de ganar siempre o casi siempre le obliga a permanecer en el objetivo de marcar goles, aunque no esté bien y ni siquiera se acerque a la plenitud, como es el caso actual. Jugaron contra el Málaga con la necesidad de sumar para no descolgarse todavía más, y el temblor en las piernas se denotó en los fallos de las ocasiones y en los fallos en la defensa. Fallos por todos lados y el miedo a quedarse sin Liga definitivamente acrecentándose en el murmullo sordo del Bernabéu, con ganas de pitar en cualquier momento.

placeholder Cristiano y Roberto se saludan al final del partido. (Reuters)
Cristiano y Roberto se saludan al final del partido. (Reuters)

Cuando vemos a Cristiano no creemos que pueda influirle tanto lo que sucede a su alrededor. Luego entendemos, con sus declaraciones y su forma de ser, que es justo lo contrario. Su aspecto de figura de museo de cera no es la realidad. "Cuando no marco mi familia me pregunta qué me pasa", dijo en unas declaraciones recientes. Su profesión es futbolista, pero su finalidad vital es marcar goles. Lo ha hecho toda su carrera, más aún cuando Florentino lo vistió de blanco en julio de 2009. Como madridista sigue acumulando más goles marcados (417) que partidos jugados (410) y por ello, cuando no hace lo de siempre, se preocupa, se ofusca y se atasca. No hay nada como volver a marcar para olvidar los problemas.

Su reciente malestar en el terreno de juego no se debía únicamente a no marcar, sino que iba más allá: ni siquiera tenía ocasiones de gol. No podíamos ver sus celebérrimos gestos de rabia e incomprensión cuando falla una ocasión clamorosa. El déficit de juego ofensivo del Madrid en este otoño le ha mermado a él como al equipo en puntos y en realizaciones. Dispara menos y, por tanto, genera menos peligro y las probabilidades de hacer goles son menores, lógicamente. Cristiano ha pasado de los 12 disparos en su primer partido de Liga contra el Betis, a los 4 contra el Espanyol. Contra el Málaga disparó solo 7 veces, pero prácticamente todas a puerta. Y ahí apareció su 'amigo' Roberto para frenarle.

Modric entró al partido para dar consistencia al Madrid, pero lo que consiguió fue ganar el partido provocando un penalti y le regaló la oportunidad a Cristiano para marcar su gol. Y ni por esas marcó fácil Cristiano, que tuvo un remate de cabeza al palo, dos remates excelentes que sacó el portero y varios intentos más. Le llegó el rebote y pudo por fin superar a Roberto y se dirigió a la grada con gesto de 'es lo que hay', esperanzado de que esto sea solo un momento malo que se ha prolongado durante mes y medio. Volvió a ver puerta en Chipre y volvió a ver puerta en casa. ¿Está volviendo Cristiano? Al menos, lo intenta...

Lo primero que hizo Cristiano Ronaldo al terminar el partido contra el Málaga fue hablar con Roberto Jiménez. No es muy habitual encontrar a un Cristiano tan receptivo a entablar conversación con un rival en tono amistoso y divertido, con sonrisas y abrazos. Qué duda cabe que si el rechace del portero a su lanzamiento de penalti se hubiera marchado lejos de su alcance, la charla habría sido mucho menos distendida o puede que ni siquiera hubiera tenido lugar. Pero Cristiano marcó el rebote y se quitó un (gigantesco) peso de encima. Solo le ha marcado a Getafe y Málaga en esta temporada, pero han sido en ambas ocasiones goles que han supuesto tres puntos. Importantes, por supuesto, ahora ya todos los puntos a sumar son determinantes.

Cristiano Ronaldo
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