El Real Madrid gana por recuperar el olfato, pero sufre por fallar en todo lo demás
El Madrid no está bien, pero está mejor. Efectivamente entiende de nuevo su relación con el gol como algo natural, pero sigue siendo demasiado blando en defensa y se complica siempre la vida
Lo único que le servía al Real Madrid contra el Málaga era ganar. No puede permitirse que sigan pasando los partidos y no sume al final de todos ellos de tres en tres. Ya ha perdido todas las vidas en el videojuego y todo lo que no sea una victoria significará decir sí o sí adiós al título de Liga. Y una vez concluido el encuentro, el análisis es ese: el Madrid ganó. Poco más positivo se puede sacar de este encuentro. Un equipo en posiciones de descenso estuvo muy cerca de robar puntos otra vez en el Bernabéu. No lo hizo porque los blancos recibieron un penalti a favor después de muchísimo tiempo. Antes de eso, las increíbles facilidades dadas en defensa pusieron en duda que este equipo siga capacitado para pelear contra el Barça de Ernesto Valverde.
El Madrid no está bien, pero está mejor. Es tan fácil hacer esta afirmación como comprobar que efectivamente entiende su relación con el gol como algo natural, propio de su naturaleza, después de semanas, meses incluso, sintiéndolo como algo ajeno y difícil de alcanzar. Esta recuperación de lo más básico para un equipo de fútbol poderoso, esto es, marcar goles, se debe, por lo que hemos podido apreciar claramente, a un proceso psicológico. Se ha desatascado mentalmente, no hay una evolución futbolística que justifique el cambio. Los que estaban de baja siguen así, ausentes todavía, y los que ya estaban siguen haciendo lo mismo, pero ahora entran.
Claro que ayuda de forma significativa que en los dos últimos encuentros se haya enfrentado al más débil de su grupo en la Champions League (y uno de los más flojos de toda la competición, como el Apoel, y en Liga recibiera en casa al Málaga, hasta hace bien poco colista destacado de Primera. No es mal equipo el de Míchel. Es de esos que se dice que el fútbol está siendo injusto con ellos, la justicia, sin embargo, se aplica a final de temporada y no es posible rebatirla. A Míchel le gusta hacer jugar a sus equipos, ser ofensivos y atrevidos y, entre otras cosas, es uno de los motivos por los que habitualmente le ha ido regular. Al Bernabéu fue a intentar ganar o a estar cerca de ello, le puso la defensa arriba, en el cuello al Madrid, y perdió una vez más. Sin merecerlo.
El mejor jugador del Málaga en toda la temporada es Roberto Jiménez, con mucha diferencia. Le han metido muchos goles, como es lógico, de lo contrario no sería un equipo en descenso. Lo que no suele especificar el Trofeo Zamora es el ratio de paradas por partido, sería muy diferente la clasificación del Trofeo Zamora si se tuviese en cuenta este detalle. Roberto tuvo seis intervenciones de mérito, tres de ellas evitaron un gol, la última ya en el penalti en cuyo rebote marcó Cristiano el definitivo 3-2. Roberto y sus paradas son la muestra de que el Madrid mejoró en ataque, todo lo que empeoró en defensa, eso sí.
Jugó Zidane con una alineación un poco extraña, con un extremo, un mediapunta, dos mediocentros y dos delanteros. No es exactamente habitual para lo que nos tiene acostumbrados. A todo equipo tener superioridad en el centro del campo le permite controlar los partidos, pero para uno inferior, es una forma de supervivencia, pues el grande casi siempre podrá imponerse incluso si tiene menos hombres en la zona medular. El Madrid tenía menos, de hecho solo contaba con dos centrocampistas como tal, Kroos y Casemiro, y solo en el tiempo en el que Isco tuvo el mando, manejó al Málaga. Pero en ningún caso tuvo el partido a su antojo y les costó que el Málaga no tuviera la pelota. Y si el Málaga tiene la pelota, sabe qué hacer con ella.
Lo que no había demostrado el Málaga era saber hacerlo lejos de la Rosaleda. Resulta curioso que los primeros goles fuera del casa del Málaga en toda la temporada los haya marcado en casa del campeón. La lógica dice que debería costar más, que los tantos se reservan para otro tipo de escenarios menores. Decía Míchel en la previa que el Madrid en su feudo concede mucho más. No le falta razón, y Zidane todavía no ha sabido justificar por qué sucede esto. Son los mismos que juegan fuera, pero en casa sienten más presión, menos convicción. Es peor perder puntos en casa, ya que es donde se fomentan los títulos, pero debería de ser más sencillo. Al Madrid le cuesta todo más, siempre, da igual el lugar donde esté.
Le estaba costando especialmente marcar de cabeza. Es circunstancial, pero al menos se desquitó de eso también. Dos tantos de cabeza, el de Benzema y el de Casemiro, aunque en el tanto del francés el verdadero remate de cabeza fue el de Cristiano, suspendido en el aire como si no le pesara la gravedad, capaz de poner el balón en el larguero cuando se quedaba sin ángulo y con el defensa y el portero encima. A Ronaldo le niegan el gol casi siempre en Liga. Todo lo que ha podido marcar en Champions (más goles, 8, que partidos jugados, 5) no obtiene su reflejo en Liga (2 goles en 9 encuentros). Fue a él a quien más le negó la alegría Roberto, incluso de penalti. La buena noticia, pese a todo, es que el portugués volvió a estar ahí para fallar. Hasta hoy ni siquiera estaba.
A Míchel se le podrá criticar siempre que no ha cumplido su objetivo en casi ningún club de los que ha entrenado, pero al menos en el Málaga quiere ser directo, difícil de superar y bonito de mirar. Pese a ir perdiendo por 2-1 en el Bernabéu, hizo cambios ofensivos, colocando a Borja para fijar a los centrales y a Rolan, el mayor peligro malacitano, para estorbar a Marcelo, para luego incorporara a Juanpi para aprovechar los espacios de un Madrid partido. Lo probó todo para ganar, aunque sus goles, el de Rolán y el del Chory, fueron ocasionados por dos fallos groseros de los merengues Kroos y Casilla, respectivamente. Lo de Kroos es casual, no suele pasar, pero Zidane se alegra de que a su lado en el banquillo ya estuviera Keylor Navas recuperado. Volverá a la puerta después de la Copa.
Ficha técnica
3 - Real Madrid: Casilla; Carvajal, Vallejo, Varane, Marcelo; Casemiro, Kroos (Theo Hernández, min. 81), Isco (Modric, min. 62); Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Benzema (Borja Mayoral, min. 90).
2 - Málaga: Roberto; Rosales, Luis Hernández, Diego González, Juankar (Baysse, min. 36); Recio, Adrián, Keko (Juanpi, min. 66), Chory; Rolan y Peñaranda (Borja Bastón, min. 61).
Goles: 1-0, min. 9: Benzema; 1-1, min. 19: Rolan; 2-1, min. 21: Casemiro; 2-2, min. 58: Chory; 3-2, min. 76: Cristiano.
Árbitro: Gil Manzano (Comité de Extremadura). Mostró cartulina amarilla a Peñaranda (min. 29), Adrián (min. 43) por parte del Málaga y a Marcelo (min. 48) por parte del Real Madrid.
Incidencias: partido correspondiente a la decimotercera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 75.671 espectadores.
Lo único que le servía al Real Madrid contra el Málaga era ganar. No puede permitirse que sigan pasando los partidos y no sume al final de todos ellos de tres en tres. Ya ha perdido todas las vidas en el videojuego y todo lo que no sea una victoria significará decir sí o sí adiós al título de Liga. Y una vez concluido el encuentro, el análisis es ese: el Madrid ganó. Poco más positivo se puede sacar de este encuentro. Un equipo en posiciones de descenso estuvo muy cerca de robar puntos otra vez en el Bernabéu. No lo hizo porque los blancos recibieron un penalti a favor después de muchísimo tiempo. Antes de eso, las increíbles facilidades dadas en defensa pusieron en duda que este equipo siga capacitado para pelear contra el Barça de Ernesto Valverde.