El vestuario del Madrid duda de algunos cambios de Zidane, aunque le arropa

El vestuario del Real Madrid vive con aparente tranquilidad este accidentado inicio de liga. Los siete puntos que le distancian del FC Barcelona en estas cinco primeras jornadas han encendido las alarmas en el madridismo, que vivía instalado en un ambiente de euforia tras la consecución de los títulos de la Supercopa de Europa y de España. Sin embargo, la plantilla es ajena a ese nerviosismo que inquieta a la grada.

La derrota del equipo ante el Betis el pasado miércoles ha vuelto a poner el foco en las decisiones tácticas de Zinédine Zidane, especialmente en su elección en las sustituciones. El Bernabéu no entendió que el partido llegase a su recta final con Modric e Isco sentados en el banquillo y el área atiborrada de delanteros como Cristiano, Bale y Mayoral.

El vestuario respalda sin fisuras la gestión de Zidane y su sistema de rotaciones, lo que no quita para entender que alguna decisión del francés haya sido desafortunada, como cuando dejó en el banquillo de inicio a Isco en el empate ante el Levante en el Bernabéu, donde aún no ha ganado cosechando dos empates, ante Valencia (2-2) y Levante (1-1), y la derrota ante el Betis (0-1). A toro pasado, el vestuario cree que Zidane ha alternado aciertos con errores en sus decisiones en los últimos encuentros.

Sobre el césped, el francés ha sido capaz de reactivar a Mayoral, pero sigue apostando por un Bale que no acaba de acoplarse al resto de compañeros. Isco, en un momento de forma estratosférico, entra y sale del once de la misma forma que Asensio.

Respaldo del vestuario, dudas en los despachos

Pese a la irregularidad en el arranque, la plantilla está volcada con el entrenador, que ha dado la cara por sus jugadores ante Florentino Pérez incluso cuando las cosas iban mal. Nadie duda de la capacidad de Zizou en el vestuario, cosa que no ocurre en la zona noble del Bernabéu. El francés ha sido puesto en entredicho en más de una ocasión cuando los resutados no han venido de cara por miembros de la junta directiva e incluso por el propio presidente, que ahora presume de tener al mejor entrenador del mundo sentado en su banquillo.

Zidane maneja una gran plantilla que, sin embargo, presenta ciertos desequilibrios en algunas líneas. El francés hace malabarismos para armar el eje de la defensa entre lesiones y sanciones; socializa los minutos de sus mediocampo, donde tiene 'overbooking' de jugadores; y arma su maltrecha delantera sin tener un '9' de garantías en el banquillo, con Benzema lesionado y Bale desorientado.

Siete puntos en cinco jornadas son muchos, pero el vestuario relativiza ese incoveniente porque aún hay 99 puntos en juego, seis de los cuales se los jugarán con el Barcelona. Por tanto, se puede afirmar que hay tranquilidad en el vestuario blanco, aunque como les dijo Zidane tras la derrota ante el Betis: "Hemos perdido el margen de error y no podemos tropezar más".