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El agobio del Bernabéu ahoga al Real Madrid en su propio charco
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primer partido a cero tras 73 encuentros

El agobio del Bernabéu ahoga al Real Madrid en su propio charco

Al campeón se le ha complicado la Liga a la quinta jornada y por no ser capaz todavía de ganar en el Bernabéu: en tres partidos, dos empates y una derrota preocupantes

Foto: Cristiano no pudo ayudar a romper la muralla del Betis. (EFE)
Cristiano no pudo ayudar a romper la muralla del Betis. (EFE)

Esto no se veía venir. El equipo que empezó la temporada enloqueciendo a Europa, ganando todo y realizando un fútbol superlativo, se ha desintegrado como miel en una taza de té. Hablamos de hace un mes, no más. En estos 30 días ha pasado de acumular elogios como nunca lo había hecho el Real Madrid en la era futbolística reciente a no ser capaz de sumar tres puntos en su estadio. Tres partidos ligueros ha acogido el Santiago Bernabéu y aún el madridismo no ha podido celebrar una victoria. Tras la derrota este miércoles ante el Betis (0-1), lo más preocupante no son los siete puntos de ventaja del Barça (el mismo club que es un despiporre en los despachos y que se caía a trozos en la Supercopa), sino la ausencia de explicación lógica a lo que está sufriendo el Madrid en un septiembre que ya pone toda la temporada empinada como las rampas del Angliru.

Foto: David Pecellín (centro) en un partido del torneo LaLiga Promises jugado en diciembre de 2016. (Foto cedida por El Correo de Andalucía)

El Madrid es visceral, lo sabemos. Hace décadas que en Concha Espina no se entiende de grises, sino que los extremos cromáticos están muy alejados y hay que decantarse por uno de ellos. Pese a la calidad mostrada últimamente por la plantilla madridista, el jugador, simple mortal, siente dentro de sí el pánico al fracaso, el temblor de piernas que supone no hacer lo que se supone que se debe hacer, que es ganar a todos, golear si es posible. En una remontada, siempre se dice que el peor camino es buscar el segundo gol antes que el primero. El Madrid se golpeó a sí mismo con esa dinámica, quiso golear al Betis antes de abrir la caja. Y de esa caja, propiedad de Pandora, salió un héroe con cara de cántabro.

Explicaba con criterio de experto Axel Torres durante la retransmisión a través de 'beIN LaLiga' que Quique Setién había realizado un movimiento táctico delicioso cuando el partido se volcaba hacia la portería de Adán como hacen las mesas de futbolín desequilibradas. Si Zidane hacía un cambio ofensivo, Setién respondía con otro. Un técnico cualquiera habría contestado introduciendo un defensa más o, en su defecto, un centrocampista destructivo, para compensar el número de efectivos en labores defensivas. Lo que hizo Setién fue lo contrario. Cualquiera diría que lleva tan poco tiempo en Primera. Viejo diablo, apreció el despelote que produjeron las variaciones de Zidane y buscó el gol. No quiso evitar recibirlo, sino hacerlo. Dio por hecho que podía perder y se quería ir del Bernabéu con los pies por delante o con laureles. La moneda le salió cara.

Pillaje en el caos

Despobló el centro del campo y acabó el partido con cuatro jugadores de ataque. Tenía toda la lógica del mundo, pero no todo el mundo se atreve a dar ese paso adelante cuando delante tienes a siete u ocho tíos acosando a tu portero cada treinta segundos. Zidane tuvo que quitar a Marcelo y aprovechó para romper la estructura que tenía montada, poco fructífera hoy por primera vez en 73 partidos, jugó con tres defensas, Kroos de pivote y el resto arriba, a ver qué pasaba, si sonaba la flauta que tantas veces ha creado música de salón en el Bernabéu. El gol de Ramos lo marcó Sanabria, en cambio. En medio del caos que provoca una catástrofe cercana, el pillaje siempre triunfa.

placeholder Un exculé marcó en el 94 para alegría bética. (EFE)
Un exculé marcó en el 94 para alegría bética. (EFE)

El Madrid jugó prácticamente con el once de gala, sin Benzema y con Isco. Nada extraño, ninguna probatura, no había de esas rotaciones que tanto se alababan en Zidane en su camino hacia el Doblete y que ahora tanto se ponen en duda. Los buenos se enfrentaron a un Betis muy remozado, con un equipo casi completamente diferente al que ganó al Deportivo. Y pese a ello, algo estaba torcido. Se notaba más la presencia de Javi García y Camarasa en el mediocampo que la aportación siempre inconmesurable de Casemiro y Kroos. A Fabián le salía todo lo que no atinaban a hacer Carvajal e Isco. Eso sí, el acierto goleador era equitativo.

No hay equipo en el mundo que funcione bien si hay tres o cuatro futbolistas desacertados. Bueno, sí, claro, el Barça, porque Messi funciona como once. La asombrosa mediocridad del Madrid en el primer tiempo la trató de compensar Modric, multiplicándose para realizar todas las funciones que se le escapaban a Isco, Kroos, Cristiano... El descanso, como siempre suele pasar, envalentonó al Madrid hasta que el fallo de varias ocasiones sucesivas le agobió. ¿Qué pasa que no entra? Se preguntaban los futbolistas, que clamaron arrebato y sintieron en el minuto 65 que cinco minutos de añadido eran pocos. Asensio no había bebido la poción mágica, a Bale Adán le negó la filigrana y Cristiano pareció más que nunca ese futbolista que reclama la jubilación (hasta que al próximo partido marque tres y nos calle la boca, una vez más).

Una cuestión psicológica

Dijo Zidane en la posterior rueda de prensa que el balón no quiso entrar. Más bien no quiso Antonio Adán que entrase. El hombre que sustituyó a Casillas porque Mourinho entendió que el capitán estaba mal regresó una vez más a casa para confirmar que algo vio en él el portugués. Estar solo un 1% menos acertado habría supuesto la derrota segura. Adán es un portero de los de toda la vida, sin el más mínimo detalle para la galería, todo sobriedad entre los palos y autoridad alrededor de ellos. Para lo que le llega y se crece en los días difíciles. El Bernabéu vio una actuación portentosa de un madridista y, sin embargo, se fueron a casa pensando que la Liga está difícil. Ya, y no hemos acabado septiembre.

Sí, la Liga está difícil, pero queda la vida por delante. No hay mayor problema en el Madrid que un desajuste psicológico de la mente de los futbolistas. Pónganse en su situación, seguro que les ha pasado alguna vez que sabían hacer una cosa perfectamente, les salía automática, pero una vez lo intentaron e incomprensiblemente fallaron, no funcionó igual, los movimientos no eran naturales. Es como cuando piensas en cómo caminas, si lo piensas, caminas mal. El Madrid vio que de repente no marcaba goles y lo fácil es agobiarse, pensar '¿y esto cómo se hacía?' y empezar a probar cosas nuevas que antes ni se te habrían pasado por la cabeza. Lo difícil es pararse a racionalizar las cosas, entender que es solo una situación puntual. El Madrid necesita un día salir al campo y marcar a los cinco minutos. A partir de ahí, todo irá rodado.

Ficha técnica

0 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Lucas Vázquez, m.71); Casemiro, Kroos, Modric (Borja Mayoral, m.72), Isco (Marco Asensio, m.67); Bale y Cristiano Ronaldo.

1 - Real Betis: Adán; Barragán, Mandi, Feddal, Durmisi; Javi García, Camarasa (Guardado, m.43), Fabián (Joaquín, m.79), Francis (Boudebouz, m.61), Tello y Sanabria.

Goles: 0-1, m.94: Sanabria, de cabeza.

Árbitro: Mateu Lahoz (Comité valenciano). Amonestó a Tello (36), Mandi (37) y Feddal (58) por el Real Betis.

Incidencias: encuentro correspondiente a la quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 65.102 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto en México. 

Esto no se veía venir. El equipo que empezó la temporada enloqueciendo a Europa, ganando todo y realizando un fútbol superlativo, se ha desintegrado como miel en una taza de té. Hablamos de hace un mes, no más. En estos 30 días ha pasado de acumular elogios como nunca lo había hecho el Real Madrid en la era futbolística reciente a no ser capaz de sumar tres puntos en su estadio. Tres partidos ligueros ha acogido el Santiago Bernabéu y aún el madridismo no ha podido celebrar una victoria. Tras la derrota este miércoles ante el Betis (0-1), lo más preocupante no son los siete puntos de ventaja del Barça (el mismo club que es un despiporre en los despachos y que se caía a trozos en la Supercopa), sino la ausencia de explicación lógica a lo que está sufriendo el Madrid en un septiembre que ya pone toda la temporada empinada como las rampas del Angliru.

Real Betis Zinédine Zidane
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