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Adiós al estandarte del 'jogo bonito': Pelé cambió la forma de jugar de los brasileños
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HA FALLECIDO A LOS 82 AÑOS

Adiós al estandarte del 'jogo bonito': Pelé cambió la forma de jugar de los brasileños

Se despide el jugador que más Mundiales ha ganado (tres) y uno de los dioses del balompié, junto a Maradona, Cruyff y Di Stéfano. Fue el abanderado del mejor fútbol que jugó Brasil

Foto: Pelé fue el líder de Brasil desde que jugó su primer Mundial con 17 años. (Getty/Daily Express/Hulton Archive/Larry Ellis)
Pelé fue el líder de Brasil desde que jugó su primer Mundial con 17 años. (Getty/Daily Express/Hulton Archive/Larry Ellis)
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El fútbol es (o era) un espectáculo lúdico cuya máxima expresión está en Brasil. Los brasileños tienen para el balompié la misma facilidad que los estadounidenses para el baloncesto. Su máximo exponente ha sido O Rei Pelé, el único jugador de la historia que ha ganado tres Mundiales, que falleció este jueves a los 82 años como consecuencia de un cáncer de colon. Y el futbolista que mejor ha abanderado el jogo bonito. Un tipo que cambió para siempre la fisonomía del juego de su selección.

Francisco Pacho Maturana contó que su objetivo cuando fue nombrado seleccionador colombiano era trasladar la forma de vivir del cafetero al juego. Y se puede afirmar que Pelé hizo lo propio con Brasil en 1958, cuando jugó su primer Mundial. Era la sexta edición del torneo y los brasileños aún no la habían añadido a su palmarés. Además, estaba todavía presente el trauma del Maracanazo, un recuerdo que O Rei nunca olvidó porque tenía nueve años cuando ocurrió.

Brasil dejó atrás los complejos y se coronó en Suecia 58, donde lograron su primer Mundial. Pelé llegó como el benjamín del grupo y salió como la auténtica estrella. Habían pasado 69 años desde que el país dejó atrás la monarquía, pero ahí empezó su camino hacia la corona. Nunca antes nadie había generado tanta ilusión en el país, tan dependiente de los éxitos futbolísticos.

Su ambición por ganar

La ambición define a los genios, habitualmente incansables, al añadir éxitos a su historial. La victoria en Suecia aumentó el hambre de un tipo que ya había pasado a la historia, pero que quería convertirse en leyenda. Hay una fina línea entre el éxito y el fracaso, impostores entre ellos incluso, aunque esa cuestión la definiera mejor Rudyard Kipling.

Foto: Pelé durante un visita al estadio olímpico de Barcelona en 2017. (Getty/Xavi Torrent)

El éxito en Suecia precedió a los triunfos en Chile 62 y México 70. Parece que el país azteca es protagonista al encumbrar a jugadores, porque tanto Pelé como Maradona alcanzaron su cenit allí. Entre medias de esos triunfos, O Rei fue masacrado por búlgaros y portugueses en Inglaterra 66. En el Reino Unido no ganó el Mundial, pero dejó un legado importante para el fútbol.

placeholder Pelé junto a Maradona en 2005. (EFE/Rodrigo Fernández)
Pelé junto a Maradona en 2005. (EFE/Rodrigo Fernández)

Las amonestaciones eran verbales en Inglaterra 66, si es que se apercibía. Fue un colegiado inglés, Kenneth George Aston, el que ideó el sistema de tarjetas a raíz de la violencia que sufrió Pelé en el único Mundial que no ganó de los cuatro que jugó. A O Rei solo lo paraban por lo criminal.

El regreso en Estados Unidos

Pelé dejó el fútbol en 1973 con el objetivo de llevar una vida menos ajetreada. En 1974, el presidente de la FIFA, su paisano Joao Havelange, le pidió que regresara a la selección para el Mundial de Alemania. Pero declinó la invitación. El balompié no iba a aparecer más en su vida, al menos como jugador, pero Estados Unidos y el dinero alteraron su postura.

El brasileño estaba próximo a la bancarrota en 1975 después de unas inversiones que no salieron como esperaba. La única salida era ponerse de nuevo las botas, por más que no le agradara. Real Madrid y Juventus le ofrecieron contratos suculentos, pero fue el New York Cosmos, un equipo recién fundado, el que lo convenció. "Si vas a esos equipos ganarás campeonatos, pero si vienes a Nueva York ganarás a un país entero", le dijo Clive Toye, uno de los fundadores. Hasta Henry Kissinger intervino en el fichaje.

placeholder El 10 siempre fue el número de Pelé en la selección. (EFE/Rodrigo Guimaraes)
El 10 siempre fue el número de Pelé en la selección. (EFE/Rodrigo Guimaraes)

Solo fueron dos años en los que ganó cuatro millones y medio de dólares netos. A los brasileños no les gustó que se marcharan con los gringos, pero Pelé solucionó su futuro y el de su familia. Desde 1977, cuando se retiró, vivió el fútbol como un espectador más. Y como uno de los mayores aficionados de la Canarinha, a la que apoyó en las penas y en la gloria.

El recado a la selección que jugó el Mundial de Rusia

Su incursión en la política en 1994 dejó a todos atónitos. Pelé fue ministro de Deportes, a pesar del escaso apoyo de la clase política. Durante su etapa en el cargo, se aprobó la ley Pelé, que permitía a los jugadores quedar en libertad o renovar con su equipo cuando concluyera su contrato. Un poco antes, en 1980, fue nombrado "atleta del siglo".

O Rei sumó tres Copas del Mundo en 12 años, mientras que Brasil solo ha ganado dos Mundiales más en los últimos años. En 2018, tras la victoria in extremis de la Canarinha ante Costa Rica (2-0), le preguntaron a Pelé si la selección del 70 les hubiera ganado. "Por supuesto, les hubiéramos vencido por 1-0". "¿Solo?". "Sí, la mayoría de nosotros tenemos más de 75 años". Firmado: el rey de Brasil.

El fútbol es (o era) un espectáculo lúdico cuya máxima expresión está en Brasil. Los brasileños tienen para el balompié la misma facilidad que los estadounidenses para el baloncesto. Su máximo exponente ha sido O Rei Pelé, el único jugador de la historia que ha ganado tres Mundiales, que falleció este jueves a los 82 años como consecuencia de un cáncer de colon. Y el futbolista que mejor ha abanderado el jogo bonito. Un tipo que cambió para siempre la fisonomía del juego de su selección.

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