El Real Madrid tiene su propio régimen en la Champions: a semifinales con doblete de Rodrygo

Dos goles de Rodrygo, un paradón de Courtois, contundencia en las áreas, sufrimiento y gozo para pasar a las semifinales. El régimen del Real Madrid en la Champions es el de gobernar el juego con un nivel de competitividad que otros rivales no alcanzan y en cualquier escenario posible. Jugando el primer partido en el Bernabéu o fuera. Da igual. Lo que hizo la temporada pasada con la sucesión de remontadas queda para la historia de la competición. En esta va por el buen camino. Ha superado los cuartos de final con la hazaña de remontar un 0-2 al Liverpool en Anfield y un global en la eliminatoria de 6-2. Contra el Chelsea ha mostrado el actual excelente momento de forma con un global de 4-0.

En la buena dinámica del equipo en Europa, Ancelotti repite el once que vapuleó al Barcelona en el partido de vuelta de Copa en el Camp Nou. El entrenador tiene una plantilla con hambre, afilada. Todos están enchufados. Funciona la mezcla de veteranos y jóvenes, la experiencia de saber cómo hay que manejarse en la máxima competición europea. En semifinales podría medirse al Manchester City, con una buena ventaja para el conjunto de Guardiola y Haaland en la eliminatoria contra el Bayern de Múnich. Un duro rival que quiere el trono del Real Madrid.

A Stamford Bridge salió el Real Madrid con seguridad y un porterazo. Courtois solo tuvo que parar un balón en toda la primera parte y lo hizo con una intervención milagrosa al filo del descanso. Lo dejó vivo. La tuvo Cucurella para darle un golpe psicológico a la eliminatoria. Courtois, como en la ida en el Bernabéu, apareció en un momento clave. El partido empezó con más posesión del balón del Real Madrid. La mejor manera para desactivar el ímpetu del Chelsea. Al equipo de Lampard le tocaba volverse loco y al de Ancelotti aprovechar los riesgos del rival encontrando los espacios.

El paradón de Courtois

El primer aviso fue para el Chelsea con una llegada por la banda izquierda de Camavinga y un disparo de Kanté, defectuoso, que no fue a la portería de Courtois, pero que sirvió para jalear la grada. A lo diez minutos perdió la posesión el equipo de Ancelotti, subió la agresividad del Chelsea, reculó el Madrid para cerrar espacios, hacerse compacto y protegerse de los movimientos de Havertz. Era un partido en el que tendría que haber fases para sufrir, pero la consigna pasaba por no especular con la renta de los dos goles del Bernabéu.

Al Real Madrid le costaba pasar del centro del campo, darle profundidad al juego y amenazar. Lo consiguió en un disparo de Rodrygo que dio en el poste. Primer aviso de peligro a los veinte minutos de partido, que coincidió con una acción de contragolpe del Chelsea y una entrada de Militao a Havertz en la banda que le costó la tarjeta amarilla. El central brasileño no podrá jugar el primer partido de las semifinales. Militao fue fuerte a un balón largo e impactó con el delantero alemán. Quedó dolorido. Acabó la primera parte y tras el descanso, Ancelotti metió en el campo a Rüdiger. Quitó a Alaba, con un fuerte golpe.

Hasta el paradón de Courtois, las ocasiones caían del lado del Real Madrid. Llegó con peligro con otro potente disparo de Modric, duro, que despejó de puños Kepa. Antes había probado Benzema al portero español con un lanzamiento flojo y centrado. Se cumplía el plan de Ancelotti. No se podía salir al partido a especular, sino a ir a por el gol que cerrara la eliminatoria. Los nervios estaban en el Chelsea y Cucurella vio la tarjeta amarilla por cortar un contraataque de Rodrygo. De los tres atacantes era el más activo. Vinícius estaba frío y Benzema con la fuerte vigilancia de Thiago Silva.

En otra de las largas posesiones del Real Madrid, Modric metió un centro tenso al área, al segundo palo, al que casi llegó Vinícius. En la siguiente jugada la tuvo Benzema en una larga carrera de Fede Valverde. El centro del uruguayo lo remató alto el francés. Todo lo que perdonó el Madrid lo pudo pagar caro al final de la primera parte en un disparo de Cucurella que desvió Courtois con una excelente salida. El belga achicó, se hizo grande y salvó a su equipo del único disparo entre los tres palos del Chelsea en el primer periodo. Es la grandeza del Real Madrid. Tener un portero enchufado que hace paradas milagrosas.

La segunda parte empezó con una dura entrada de Reece James sobre Camavinga. Una acción violenta en la disputa, que le costó la tarjeta amarilla al jugador del Chelsea. El equipo inglés salió agresivo, con más ritmo, intenso, y tuvo la ocasión en un remate de Kanté que taponó Militao. Otro momento de sufrimiento para el Real Madrid, donde tuvo que juntar líneas y hacerse consistente. Esperar su momento para hacer daño. Son los recursos de un campeón. Militao rompió el partido con un balón largo a Rodrygo, en un contraataque letal. La velocidad de Rodrygo desarmó al Chelsea. Pisó área, metió el balón a la línea de gol, no llegó Benzema al remate, sí lo hizo Vinícius, que recortó y pasó a Rodrygo para hacer el gol en el área pequeña. Un tanto clave en una fase de partido alocado. El Real Madrid no perdonó. Encontró el gol, la contundencia en las áreas con un enorme Courtois y la clase de Rodrygo. Le quedaba hacer el segundo

Tras el gol, Ancelotti sacó del campo a Benzema y reforzó el bloque con Tchouaméni. El Real Madrid supo sufrir, resistir atrás con un gran Courtois y Militao, tener el control del juego con Kroos y Modric, trabajar a destajo con Fede Valverde y hacer daño con acciones directas con Rodrygo y Vinícius. Rodrygo marcó el segundo tras una buena jugada de Fede Valverde. Otro balón largo, este de Rüdiger, que cayó en el uruguayo, combinó con Vinícius y el balón acabó en Rodrygo. Un equipo que domina en Europa tiene su propio régimen.