El doble juego de Carlo Ancelotti: estalla con lo de gestor y se fía del cariño de Florentino
Ancelotti juega a que está molesto con los que destacan que es mejor gestor que entrenador y tiene la complicidad de Florentino Pérez para asegurar que cumplirá el contrato
A Carlo Ancelotti le molesta que se le considere un entrenador de éxito por su gestión personal con los jugadores. Esta afirmación pone en alerta a un profesional que tiene conocimiento de por dónde van las valoraciones y los análisis sobre el rendimiento del equipo y su responsabilidad como entrenador. El instinto de Ancelotti le dice que, a pesar del 0-4 al Barcelona en el Camp Nou y de ganar al Chelsea, no tiene garantizado cumplir la temporada de contrato que le queda. Es por lo que el entrenador italiano tiene un doble juego en sus últimas comparecencias públicas.
Estalla porque le llaman buen gestor, por un lado, y con poco convencimiento dice, sobre su futuro en el Real Madrid, que "el presidente siempre ha sido muy cariñoso conmigo y creo que vamos a respetar el contrato". No dejes que el deseo te nuble la realidad, se le podría decir al italiano, aunque él sabe muy bien qué tiene que hacer para seguir.
El italiano está con las antenas enchufadas, atento a lo que se dice de él y con la mosca detrás de la oreja. Esto ha provocado que, tras golear al Barcelona en el Camp Nou, perder en la Liga con el Villarreal y antes de enfrentarse al Chelsea en el Bernabéu, adoptara un papel reivindicativo que rebaja antes de jugar este sábado contra el Cádiz. El fin de Carletto es desmontar que su mejor virtud es la gestión, y, para ello, enfatiza en los buenos resultados y en el cómo se consiguen. Deja bien claro que, detrás de cada partido, y son bastantes los que lleva, hay mucho trabajo.
Pochettino, candidato
Estas reacciones del entrenador tranquilo sorprenden en un momento de la temporada en el que se deciden los títulos y, por lo tanto, la toma de decisiones en el club. El instinto de Ancelotti le dice que en las oficinas del Real Madrid pueden estar trabajando con un sustituto por si le despiden. Han salido los nombres de Pochettino y Nagelsmann. Está Raúl esperando su momento en el Castilla, y le llamó la atención el homenaje, con una enorme pancarta en el fondo sur del estadio, que se le hizo a Arbeloa por ganar la Copa con el equipo juvenil.
Ser un buen gestor tiene una interpretación peyorativa, si con ello se pretende decir que gana los partidos más por la implicación de su guardia pretoriana (los intocables Modric y Kroos) que por los conocimientos tácticos. A Ancelotti le molesta que se diga que es mejor gestor de personalidades que entrenador de fútbol y que el equipo no está trabajado tácticamente. Le parece una falta de respeto, como que se hable de que es inmovilista y de que hace tarde los cambios. El italiano no tiene nada que demostrar, pero conoce lo que se denomina la ley no escrita de Florentino Pérez. Si no ganas un gran título (Liga o Champions), estás despedido. El primero es una misión casi imposible con el Barcelona a 13 puntos, y el segundo tiene una enorme dificultad. Eliminando al Chelsea, le puede esperar el Manchester City.
De esta manera se entiende que Ancelotti se adelante a los acontecimientos y se dé autobombo poniendo en valor que, si gana la Copa del Rey, habrán conseguido en dos años todos los títulos, "algo que muchos clubes no lo han hecho en toda su vida", afirma. Lo de que es un buen gestor le parece bien porque va con su personalidad, pero le vendría mejor que se le valorara más por que se dijera lo bien trabajado que está el equipo y el crecimiento de futbolistas como Vinícius, Militao, Fede Valverde, Rodrygo y Camavinga, rindiendo a un altísimo nivel.
Valorar sus méritos
Ser un buen gestor no significa que no se tomen decisiones, y Ancelotti se considera un entrenador justo. Si Tchouaméni, la apuesta del club para sustituir a Casemiro, no está en su mejor nivel, no juega. Le funciona el plan B en partidos claves. Como la remontada en Copa en Villarreal sacando a Ceballos, el empate contra el Atleti con el gol de Álvaro Rodríguez o el último encuentro contra el Chelsea con las salidas de Marco Asensio y Rüdiger. El primero para hacer un gol y el segundo para evitarlo.
Ancelotti se quitó un peso de encima con la goleada copera en el Camp Nou para poner fin a tres Clásicos consecutivos con derrotas en los que se decía que Xavi le había cogido la medida. Con esta victoria, ha dado un golpe en la mesa, está reivindicativo y más exigente con el equipo. No quedó convencido con el resultado contra el Chelsea. Lo considera corto y habló de falta de claridad para hacer más goles. Lo que penaliza al técnico italiano es la irregularidad del equipo en la Liga y la enorme distancia que le ha cogido el Barcelona. Ya empieza a ser importante no descuidarse y perder el segundo puesto.
La envidia que siente Ancelotti es que en el Barcelona se esté hablando de la renovación de Xavi sin haber concluido la temporada y en el Atleti se mantenga la confianza en Simeone. Pero conoce muy bien donde está, el proyecto cortoplacista del Real Madrid y que las notas se ponen al final de la temporada. En el Real Madrid, los entrenadores son prescindibles si no ganan los mejores títulos, y a Ancelotti no hace falta recordárselo porque se lo huele. De esta manera, tiene en espera a la Selección brasileña.
A Carlo Ancelotti le molesta que se le considere un entrenador de éxito por su gestión personal con los jugadores. Esta afirmación pone en alerta a un profesional que tiene conocimiento de por dónde van las valoraciones y los análisis sobre el rendimiento del equipo y su responsabilidad como entrenador. El instinto de Ancelotti le dice que, a pesar del 0-4 al Barcelona en el Camp Nou y de ganar al Chelsea, no tiene garantizado cumplir la temporada de contrato que le queda. Es por lo que el entrenador italiano tiene un doble juego en sus últimas comparecencias públicas.
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