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Fede Valverde merece el aplauso del Bernabéu por otras cosas que no sean una agresión
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el uruguayo se refugia en la familia

Fede Valverde merece el aplauso del Bernabéu por otras cosas que no sean una agresión

Fede Valverde recibió la ovación de una parte del Bernabéu antes del partido contra el Chelsea. Lo que se puede elogiar es su fútbol, pero el silencio y la agresión son indefendibles

Foto: Fede Valverde, durante el partido contra el Chelsea. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Fede Valverde, durante el partido contra el Chelsea. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Fede Valverde tiene tres días para evitar que su puñetazo a Álex Baena tenga graves consecuencias. Si la denuncia que puso el futbolista del Villarreal en una comisaria, junto con el parte de lesiones, llega a la Comisión Nacional Antiviolencia, el lunes se expone a la apertura de una sanción deportiva que puede ser ejemplarizante. Al uruguayo le toca mover ficha. Todavía está a tiempo para contactar con Baena y aclarar si lo que escuchó fue un malentendido o se mantiene en su postura de la gravedad de una ofensa.

La denuncia la puede remitir la Policía Nacional a Antiviolencia y pasar al Comité de Competición, que entraría de oficio, pese a que el árbitro Alberola Rojas no reflejó en el acta el incidente que se produjo en el aparcamiento del Bernabéu tras el partido. Fede Valverde se fue a por Baena, le dio el puñetazo en el pómulo izquierdo y el futbolista del Villarreal se dirigió a un Policía para que diera fe de los hechos. Ese Policía podría ser un testigo en el proceso penal que se le abriría a Fede Valverde. Seguiría por la vía deportiva si de aquí al lunes no hay ningún movimiento de arrepentimiento o una explicación de Fede Valverde.

La pelota está en el tejado del uruguayo. Álex Baena le ha ofrecido la posibilidad de acabar con este asunto desagradable y polémico con un acuerdo en el que quiere poner a salvo su honor. Baena sigue negando que le provocara con la ofensa que dice Valverde: "Llora ahora que tu hijo no va a nacer". Según el futbolista del Villarreal, la frase fue otra y no tiene nada que ver con la versión que ha dado en su club: "Dejar de llorar que siempre estáis llorando". ¿Le ha entendido mal Fede Valverde a Baena? Es una cuestión sin resolver, que no avanza porque el uruguayo no da explicaciones ni tampoco hay pruebas.

Para el Real Madrid, una víctima

En este escenario de confusión, es indefendible el homenaje que le dio una parte del Bernabéu a Fede Valverde antes de empezar el partido contra el Chelsea. No fue todo el estadio. Tan solo un sector, el que se arrancó con cánticos a los que el uruguayo respondió con un gesto que sí se puede interpretar de arrepentimiento. Con las manos juntas en alto pareció pedir perdón. En el Real Madrid arropan a su jugador, quieren creer su versión y le defienden como pueden. Dicen que no es violento y que es víctima de las provocaciones de Baena en el partido de Copa disputado en Villarreal y el de Liga en el Bernabéu.

Foto: Benzema celebra el gol contra el Chelsea. (Reuters/Juan Medina)

Se puede entender que el club y, especialmente, el entrenador se pongan del lado de su jugador en una situación que es delicada. Ancelotti ha dicho que Fede Valverde tiene unas cualidades humanas extraordinarias y ha ido a más tras el partido contra el Chelsea, manifestando que fue el mejor futbolista en el campo. Es una postura paternalista. Ancelotti no ha dicho nada sobre el puñetazo, qué le parece la agresión. Es muy difícil, incluso dentro del Real Madrid, justificar lo que hizo el uruguayo. Es una decisión muy personal de Fede Valverde elegir el momento en el que tiene que dar sus explicaciones y no se prolongue un caso que el lunes puede tener otra dimensión y no va a caer en el olvido.

El homenaje de una parte de la grada del Bernabéu es forzado, efímero y no sirve para lavar la imagen de una agresión. No merece un aplauso. Conviene una explicación y un diálogo entre los dos futbolistas. Fede Valverde no se puede refugiar en el cariño que le llegó de la grada. Esto no le va a dar veracidad a su versión. Tras el partido escribió un mensaje en sus redes sociales dando las gracias de corazón y con un "ustedes hacen que las noches sean más mágicas aún". Poner el foco en lo deportivo, en la victoria, y en la defensa de Ancelotti no desvía lo importante y preocupante para el club. El puñetazo de Fede Valverde en el aparcamiento del Bernabéu no es del agrado de Florentino y sus dirigentes. Pero una vez hecho, tienen que ayudar a su jugador.

Foto: Cristiano Ronaldo tras perder en la Supercopa saudí. (Reuters/Ahmed Yosri)

El silencio perjudica al futbolista uruguayo y a la imagen del Real Madrid. La estrategia a un posible expediente sancionador que le abriría Competición pasa por los recursos que ya estudian los servicios jurídicos del club. El único que ha dado su versión es Álex Baena, en un comunicado en el que no nombró a Fede Valverde. "Fui agredido por un compañero de profesión", comentó, para luego dejar claro que se "aprovechó una desgracia para justificar la agresión y hay mentiras que duelen más que los golpes".

Fede Valverde es uno de los mejores futbolistas que tiene el Real Madrid, fijo en el once de gala y con un perfil que no es violento en el campo. Competitivo, futbolista de vigor, pero noble. Su progresión esta temporada es destacada, con registros anotadores que le sitúan como el tercer máximo goleador del equipo con 12 tantos. Es sacrificio, pundonor, trabajo, energía y ahora tiene gol. Muchas cualidades que le hacen ser un futbolista desequilibrante y por las que merece un aplauso de todo el Bernabéu. Pero no conviene dejarse llevar por las pasiones y los colores para ovacionar una agresión.

Fede Valverde tiene tres días para evitar que su puñetazo a Álex Baena tenga graves consecuencias. Si la denuncia que puso el futbolista del Villarreal en una comisaria, junto con el parte de lesiones, llega a la Comisión Nacional Antiviolencia, el lunes se expone a la apertura de una sanción deportiva que puede ser ejemplarizante. Al uruguayo le toca mover ficha. Todavía está a tiempo para contactar con Baena y aclarar si lo que escuchó fue un malentendido o se mantiene en su postura de la gravedad de una ofensa.

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