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Los pecados mortales del Barça o por qué siempre se autodestruye en la Champions
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Sin capacidad de reacción

Los pecados mortales del Barça o por qué siempre se autodestruye en la Champions

El equipo catalán se paraliza cada vez que recibe un golpe emocional crítico en la competición. En el último lustro, las goleadas y humillaciones han sido habituales

Foto: Xavi protesta una decisión arbitral ante el Bayern de Múnich. (EFE/Ronald Wittek)
Xavi protesta una decisión arbitral ante el Bayern de Múnich. (EFE/Ronald Wittek)

El Barça volvió a encajar en Múnich una dura derrota en la Champions League que se une al sinfín de muertos en el armario con el que cuenta el club azulgrana en el último lustro. En el día en que el equipo de Xavi Hernández podía dar un golpe en Europa, hincharse el pecho y demostrar a todos que el Barça por fin había vuelto, el gigante bávaro desfiguró las expectativas del Barça en cuatro minutos negros para los intereses catalanes. Suficiente para tirar por tierra la primera parte y enseñar que este club no sabe encajar los golpes emocionales críticos. De un error a balón parado, con ter Stegen quedándose a medio camino, se llegó al 1-0 y, acto seguido, se encajó el 2-0 en una jugada donde el Barça reunió todos los vicios pasados que acabaron con sus aventuras en Europa: pasividad, desconexión mental, languidez defensiva, ausencia de liderazgo y lamentaciones. ¿Por qué al Barça siempre le sucede lo mismo en Europa?

Justo tras el pitido final, con el muerto aún caliente, Xavi Hernández atendió a los micrófonos de Movistar+ y ofreció sus conclusiones de la derrota. "Fuimos mejores que el Bayern hoy. Nosotros perdonamos y ellos no lo hicieron. Eso es lo que pasó. La primera parte fue nuestra. El resultado no demuestra lo que ha pasado en el partido. Dominas, creas ocasiones, perdonas y lo pagas". ¿Tenía razón el entrenador catalán en su diagnóstico? ¿Solo fue cuestión de suerte y de falta de pegada? A su vez, el exfutbolista y actual analista de Movistar+, Álvaro Benito, se mostraba tajante: "el aspecto más importante a corregir del Barça en la Champions es el mental. Extrapola esto a una eliminatoria: mereces ir por delante, no aciertas, te marcan y te desconectas. El Bayern lo aprovecha y te hace el 2-0. El Barça ha sido eliminado años atrás por esto".

placeholder Robert Lewandowski, tras el 1-0 bávaro. (Reuters/Lukas Barth)
Robert Lewandowski, tras el 1-0 bávaro. (Reuters/Lukas Barth)

La realidad es que la Champions League no perdona los apagones competitivos y de nada vale una buena primera parte si te rompes cuando el partido se vuelve en contra. El Barça generó ocasiones suficientes en la primera parte como para adelantarse, pero perdonó. El Bayern olió la sangre, marcó y el Barça colapsó como colapsaba estos pasados años en cuatro minutos desastrosos, el tiempo que pasó del gol de Lucas Hernández al de Leroy Sané. Hay un dato extraordinario para comprobar cómo a lo largo de estos años el Barça ha titubeado hasta entrar en barrena en los momentos más tensos y desaparecer por completo de los partidos cuando el rival le asestaba puñaladas en el marcador.

No existen las casualidades

En 2019, cuando el Liverpool apeó al cuadro catalán en Champions, el Barça encajó el 2-0 y el 3-0 en dos minutos de diferencia. En Lisboa 2020, la mayor humillación histórica del Barça en Europa (2-8), el equipo pasó del 1-2 al 1-4 en contra en 10 minutos. En 2020, ya en la siguiente temporada, la Juventus marcó el 0-1 y el 0-2 en un lapso de siete minutos. En 2021, contra el PSG en octavos de final, el Barça concedió el 1-2 y el 1-3 en cinco minutos. El año pasado, también ante el Bayern en fase de grupos, recibieron el 1-0 y el 2-0 en nueve minutos. Este martes, el Bayern volvió a enseñarle al Barça sus fantasmas del pasado y... le hizo el 1-0 y el 2-0 en cuatro minutos. Nada es casualidad en el deporte de alto nivel y cuando una situación se repite de manera sistemática es que algo sucede en las cabezas de los jugadores.

placeholder Decepción en el día clave. (EFE/Ronald Wittek)
Decepción en el día clave. (EFE/Ronald Wittek)

Decía Xavi Hernández en la previa del encuentro contra el Viktoria Plzen que "cada partido es un mundo, no es lo mismo la derrota del Liverpool que la de Múnich. Intentaremos que no se repita y competir. La competición es de máxima exigencia. Intentaremos que no vuelva a pasar. Queremos competir hasta el final para ganarla". Siendo cierto esto porque cada descalabro europeo tuvo características similares y otras distintas, el Barça ha demostrado un bloqueo competitivo en Europa insólito entre la élite del fútbol. Por enumerar, el Barça perdió 3-0 contra la Juventus (2017), 3-0 en Roma (2018), 4-0 en Liverpool (2019), 3-0 contra la Juventus (2020), 2-8 contra el Bayern (2020), 1-4 contra el PSG (2021), 0-3 contra el Bayern (0-3), 3-0 contra el Benfica (2021), otro 3-0 contra el Bayern (2021) y, por último, el 2-3 contra el Eintracht de Fráncfort (2022).

En todos los partidos sucedió algo similar: el equipo se descompuso hasta desnaturalizarse y vagar por el campo como un viejo coche destartalado. Cuando el equipo tuvo que afrontar situaciones adversas, se quebró. Cuando el rival le causó lesiones vitales, pereció. El Barça se ha visto sobrepasado emocionalmente por partidos que enloquecían y a los que no sabía como rebajarle las pulsaciones; una encrucijada que sitúa a Sergio Busquets como uno de los grandes señalados. El equipo se ha consumido sin demostrar un ápice de rebeldía, siendo un sujeto pasivo sin reacción. Como si el Barça necesitara controlar todos los aspectos del juego para ganar y no pudiese caminar sobre el filo de la navaja. Es decir, no supo capear el temporal cuando le golpeó el oleaje y demostró una ausencia total de contundencia en ambas áreas.

placeholder Gran señalado tras la derrota. (Reuters/Andreas Gebert)
Gran señalado tras la derrota. (Reuters/Andreas Gebert)

Si la Champions League se caracteriza por algo es por la capacidad de los equipos de sobrevivir al borde del precipicio. Que se lo pregunten al Real Madrid el curso pasado. Es imposible dominar a todos los rivales durante todos los encuentros a lo largo y ancho de los 90 minutos. Sin embargo, la clave en una competición donde el mínimo error te mata es no morir a las primeras de cambio. De nada vale realizar 45 minutos notables, si el equipo se desmorona como un castillo de naipes con el 1-0 del rival, el sistema defensivo vuela por los aires en cuatro minutos, el físico no te llega a partir del minuto 70 y cualquier golpe te manda a la lona. El Barça ha cambiado media plantilla en este mercado de fichajes, pero hay defectos tan profundos que parecen formar parte del ADN actual del club.

El Barça volvió a encajar en Múnich una dura derrota en la Champions League que se une al sinfín de muertos en el armario con el que cuenta el club azulgrana en el último lustro. En el día en que el equipo de Xavi Hernández podía dar un golpe en Europa, hincharse el pecho y demostrar a todos que el Barça por fin había vuelto, el gigante bávaro desfiguró las expectativas del Barça en cuatro minutos negros para los intereses catalanes. Suficiente para tirar por tierra la primera parte y enseñar que este club no sabe encajar los golpes emocionales críticos. De un error a balón parado, con ter Stegen quedándose a medio camino, se llegó al 1-0 y, acto seguido, se encajó el 2-0 en una jugada donde el Barça reunió todos los vicios pasados que acabaron con sus aventuras en Europa: pasividad, desconexión mental, languidez defensiva, ausencia de liderazgo y lamentaciones. ¿Por qué al Barça siempre le sucede lo mismo en Europa?

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