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El engaño de apuntar solo a Toril como único culpable del bochorno del Real Madrid
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la afición y el socio le da la espalda

El engaño de apuntar solo a Toril como único culpable del bochorno del Real Madrid

Culpar solo a Toril de la falta de pulso competitivo del Real Madrid femenino es confundirse. A las jugadoras les falta personalidad y al club, un proyecto más sólido y ambicioso

Foto: Alberto Toril resopla en el Clásico de la Supercopa. (EFE Daniel González)
Alberto Toril resopla en el Clásico de la Supercopa. (EFE Daniel González)

El Real Madrid femenino es un equipo que no tiene el espíritu ni el apoyo institucional ni social de la sección de fútbol y la de baloncesto. No por tener menos historia se tiene que asumir la derrota, ni mucho menos que carezca de la rebeldía y la lucha que exige defender este escudo. Esta es la principal queja que manifiestan los aficionados fieles al equipo que dirige Alberto Toril. Cada vez menos, porque una de las consecuencias del lento crecimiento de esta sección es que la masa social madridista no se engancha al fútbol femenino.

La última derrota contra el Barcelona es una humillación más para la sección femenina. Al equipo de Toril no se le pide que gane al Barça, que ya es algo a favor para el técnico y la sección, pero sí que dé la imagen de competir, que haya un plan para contrarrestar el potencial de las azulgranas y que el aficionado pueda acabar con la cabeza alta. Nada de esto se vio en la goleada en la semifinal de la Supercopa de España en Butarque.

El Barcelona marcó cuatro goles y pudo hacerle un destrozo más severo si pisa el acelerador. La sensación en los aficionados que siguen al equipo de Toril es de impotencia, de ver que no hay un patrón de juego claro para hacer el mínimo daño ante un rival muy superior, con futbolistas de calidad y más experiencia. La palabra que mejor define cómo se siente el socio y aficionado madridista después de ver la imagen del último Clásico es bochorno.

Toril se parece a Xavi en las excusas que pone para justificar otra dolorosa derrota. El entrenador del Real Madrid se quedó con el dato de la posesión y valoró como un éxito tener más el balón (un 51%). La realidad es que el Real Madrid no sabe a qué juega ni tiene una idea clara de cómo hacerle daño al Barça como equipo. La decepción es ver que Toril está superado y no hay rebeldía en las jugadoras.

placeholder Caroline Graham Hansen se lleva el balón ante la presencia de Olga Carmona. (AFP7)
Caroline Graham Hansen se lleva el balón ante la presencia de Olga Carmona. (AFP7)

En el Real Madrid, sea el equipo de fútbol, baloncesto o el femenino, se exige saber competir con bajas o siendo un equipo inferior que el rival. Es el estilo, que muy bien sabe Toril que hay que potenciar: jugar con alma, corazón, garra y carácter. Esto no se ve en el Real Madrid femenino y es lo que provoca más enfado y frustración en los aficionados. Culpar solo a Toril sería engañarse. A las jugadoras les falta personalidad y a los dirigentes un proyecto más sólido y ambicioso.

Las miradas al palco

"Llegamos donde podemos", es la afirmación de Toril tras otro fracaso contra el Barcelona. La sensación y la imagen es preocupante en un equipo que solo fue capaz de disparar dos veces a portería. Al Barcelona, con solo siete disparos, le fue suficiente para marcar cuatro goles. En el momento que el rival pisa el acelerador, mete ritmo al juego, provoca errores en las madridistas, destapa las carencias y quedan en evidencia las enormes diferencias. Pero lo que no consiente el aficionado es la ausencia de carácter en las futbolistas ni que Florentino tome medidas.

Después de 13 Clásicos, todos con derrotas y una media de cuatro goles encajados por partido, lo que se pregunta el aficionado es si el presidente se toma en serio la sección de fútbol femenina. Florentino también se llevó una enorme decepción con la final de la Copa de la Reina perdida la temporada pasada contra el Atleti, pero no hubo consecuencias y la planificación del proyecto no ha ido a mejor. Al Real Madrid femenino, si quiere enganchar, crecer, ganar títulos y respetar el escudo, se lo tiene que tomar más en serio el presidente.

Foto: Kepa entra en el banquillo en el partido contra el Betis. (AFP7)

Al aficionado del Real Madrid le duele la inercia perdedora, la inferioridad para competir en los Clásicos, la eliminación en la Champions, que Toril no tenga una idea de juego más competitiva ni las jugadoras carácter. Cada vez acuda menos gente a ver al equipo.

Es preocupante que Mariona Caldentey, autora de un doblete en el Clásico de Butarque, diga tras el partido que "muchas jugadoras del Real Madrid están pendientes de chocarnos, de dejar algún recadito más que de jugar al fútbol". Es otro varapalo al equipo de Toril y al proyecto de Ana Rosell, la directora de fútbol, y a la exigencia que tiene pedir Florentino.

El Real Madrid femenino es un equipo que no tiene el espíritu ni el apoyo institucional ni social de la sección de fútbol y la de baloncesto. No por tener menos historia se tiene que asumir la derrota, ni mucho menos que carezca de la rebeldía y la lucha que exige defender este escudo. Esta es la principal queja que manifiestan los aficionados fieles al equipo que dirige Alberto Toril. Cada vez menos, porque una de las consecuencias del lento crecimiento de esta sección es que la masa social madridista no se engancha al fútbol femenino.

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