Es noticia
"Espero que Xabi Alonso lea mi libro y así entienda por qué le llamé gilipollas"
  1. Deportes
  2. Fútbol
ZUHAITZ GURRUTXAGA PRESENTA 'SUBCAMPEÓN'

"Espero que Xabi Alonso lea mi libro y así entienda por qué le llamé gilipollas"

El exjugador de la Real Sociedad ha escrito un libro junto a Ander Izagirre en el habla sin tapujos y con un toque de humor de los trastornos mentales que sufrió en su carrera

Foto: Zuhaitz Gurrutxaga, con su libro y la camiseta de la Real subcampeona. (Foto KM)
Zuhaitz Gurrutxaga, con su libro y la camiseta de la Real subcampeona. (Foto KM)

Con 19 años, Zuhaitz Gurrutxaga (Elgoibar, Gipuzkoa, 1980) cumplió el sueño de su vida: debutar en Primera con su equipo, la Real Sociedad, con la que llegó a ser subcampeón de Liga en la temporada 2002-2003 junto a los Aranzabal, Xabi Alonso, Aranburu, Karpin, De Pedro, Nihat y Kovacevic. Para entonces había sido campeón de Europa Sub 16 y bronce en el Mundial Sub 17 con la Selección española, en la que coincidió con dos históricos como Iker Casillas y Xavi Hernández.

Sin embargo, la ansiedad, la depresión y un grave trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) le impidieron triunfar en el fútbol, aunque no en la vida, tal y como demuestra en su autobiografía Subcampeón, editada por Libros del K.O. Tras dejar la Real jugó en el Algeciras, Zamora, Real Unión, Lemona y Beasain, donde colgó las botas con casi 33 años.

"Me gustaría que mi libro le sacara al lector una sonrisa, quizás amarga, porque, aunque es una historia dura, está contada con sentido del humor", comenta Zuhaitz, ahora monologuista, actor de teatro y presentador de televisión. La cita es en el donostiarra Oquendo Café, precisamente donde convenció al periodista y escritor Ander Izagirre para que le ayudara a contar su vida. Y es que, como le gusta decir a Gurru, "aunque Subcampeón es un libro en el que recojo todas las desgracias, fracasos o penurias que he sufrido, me salgo fuera para verlo como material narrativo".

*****

PREGUNTA. La primera pregunta es doble: ¿por qué este libro y por qué ahora?

RESPUESTA. Llevo años con un monólogo que se llama FutbolisTOC en el que hablo de mis vivencias como futbolista profesional, y entre ellas los problemas de salud mental que tuve, de ahí el juego de palabras con el TOC, como se conoce al trastorno obsesivo-compulsivo. Veo que el monólogo funciona porque la gente se ríe, pero también que cuando abordo el tema del TOC recibo mensajes, sobre todo de padres y madres con hijos que lo padecen, que me agradecen que hable de él sobre un escenario. En un monólogo no tengo tiempo suficiente para contar todo lo que quisiera contar y por eso pensé en recogerlo en un libro. Como yo no soy escritor, recurrí a Ander Izagirre, quien, por suerte, me dijo que sí.

"Llevo años con un monólogo que se llama FutbolisTOC en el que hablo de mis vivencias como futbolista y los problemas de salud mental"

P. ¿Puede decirse que te has animado a contar tu historia como terapia para quien le pueda servir, al tiempo que desvelarla es un alivio para ti?

R. No soy tan altruista o generoso y la verdad es que primero pensé en mí. Llevo años diciendo que tengo TOC, pero no es lo mismo comentarlo superficialmente, que entrando en detalles. He contado cosas muy sensibles para mí, de las que no había hablado nunca, y lanzarlas en este libro la verdad es que me ha aliviado. Es verdad que también creo que puede ayudar a las personas que estén en la misma situación. No doy herramientas para salir de una depresión o un TOC, pero si esos padres de los que hablaba antes ven que yo estuve fatal y he sobrevivido, pueden pensar que hay esperanza.

"He contado cosas muy sensibles para mí, de las que no había hablado nunca, y lanzarlas en este libro la verdad es que me ha aliviado"

P. Leyendo el libro da la sensación de que es una conversación tuya con Ander, quien se pone en el papel del lector, hasta el punto de lograr que parezca que hablas con cada uno de ellos. ¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de Subcampeón?

R. Al principio, Ander me grababa conversaciones en las que yo le iba contando cronológicamente mi vida y de ahí él sacaba material para escribir. Lo que pasa es que en la primera reunión me di cuenta de que yo estaba más pendiente de que no se me olvidara nada. Es decir, de lo que quería contar, que de contarlo. Entonces cambiamos la fórmula. Yo escribía todo sin mucha literatura, aunque hay muchas historias que ya las tenía trabajadas para monólogos o charlas de vestuarios, se lo enviaba, lo leía y de ahí él me sacaba más cosas. Reescribía todo, me lo mandaba y entre los dos ya mirábamos si había que añadir o quitar cosas.

"Cualquiera que lea 'Subcampeón' verá que el TOC el algo irracional, absurdo. Yo lo sabía y se lo decía a mi madre, pero era algo incontrolable"

P. Otra sensación que se transmite es que te desnudas interiormente para explicar algo que, paradójicamente, cuando lo viviste tuviste que hacer justo lo contrario, ocultarlo o al menos disimularlo.

R. Cualquiera que lea Subcampeón verá que el TOC el algo irracional, absurdo. Mi madre, que es un personaje importante en el libro, siempre me decía: "Zuhaitz, tú no eres tonto. Tú sabes que esto no se puede contagiar o que por hacer aquello no te va a pasar nada". Yo le decía que ya lo sabía, pero que era algo incontrolable.

placeholder Zuhaitz señala su firma en una camiseta de la Real en la que jugó. (Foto KM)
Zuhaitz señala su firma en una camiseta de la Real en la que jugó. (Foto KM)

P. ¿Y qué fue más duro, sufrir lo que sufriste o no poder explicarlo por miedo a lo que ello pudiera conllevar, incluso a nivel contractual?

R. No sabría decir el orden. Primero fue duro no saber lo que me pasaba y, una vez que lo supe, tener que esconderlo delante de seis cámaras en un entrenamiento, 30.000 personas en las gradas o toda una provincia que sigue a su equipo de fútbol. Si ya gastas muchas energías con las obsesiones, imagínate si además tienes que disimularlas. Entendía que si en el club se enteraban de que sufría estos trastornos, quizás no me hubieran esperado. En cualquier oficio es complicado, pero en uno que estás tan expuesto como el de futbolista, aún más.

"Si ya gastas muchas energías con las obsesiones, imagínate si además tienes que disimularlas porque no sabía si en el club me esperarían"

P. ¿Crees que actualmente hubieras tenido menos problemas para tener que disimular tus trastornos?

R. Sí, porque afortunadamente esto ha cambiado. Recientemente ha habido un caso con un futbolista del Oviedo llamado Camarasa, que ha estado de baja un montón de tiempo y, cuando ha vuelto, el club y él dieron una rueda de prensa para explicar que la causa fue un problema de salud mental. A diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con un esguince, que se puede ver porque tienes el tobillo hinchado, un esguince mental es mucho más difícil de acreditar.

"A diferencia de un esguince de tobillo, que se puede ver porque está hinchado, un esguince mental es mucho más difícil de acreditar"

P. Suele decirse, que el futbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes. ¿Crees que nos tomamos el fútbol demasiado en serio o tal vez esa pasión es precisamente lo que hace que sea tan importante?

R. Hay que ser honestos. Yo lo pasé mal, pero hoy en día no tengo una hipoteca que pagar y, aunque no soy rico, me puedo permitir elegir mis proyectos porque hice un colchón. Gané ese dinero porque hay esa pasión, porque hay esa pasión hay esa presión y porque hay presión yo sufrí lo que sufrí. Lo que uno no puede pretender es ganar lo que gana un futbolista y no tener presión, que no te aprieten. Luego hay cosas, como que 40.000 personas te insulten, que no pueden justificarse por mucha pasión que haya.

"Seamos honestos. Con el fútbol gané dinero porque hay pasión, porque hay esa pasión hay esa presión y porque hay presión sufrí lo que sufrí"

P. Tu historia, evidentemente condicionada por lo que te pasó, ayuda a entender la enorme presión que sufren los futbolistas, en categorías inferiores por la ambición de intentar llegar arriba y en la élite en caso de lograrlo. Pero al contarla con la humildad que lo haces tú también ayuda a relativizar la importancia de ganar, ser famoso, cobrar mucho dinero… ¿En algún momento te planteas también esto como un objetivo? ¿Relativizar y poner el foco en lo realmente importante de la vida?

R. El primero que lo relativizo soy yo al contar mi historia. La historia de un fracaso, en la que decepcioné a mucha gente. Durante muchos años me sentí un fracasado y sufrí mucho por ello, pero cuando conseguí ser cómico y te ríes de todos tus defectos y fracasos, lo relativizas todo. En mi caso, una carrera deportiva. Y, sí, al relativizar yo, supongo que muchos futbolistas o deportistas pueden hacer lo mismo.

"El marcaje a Hasselbaink en mi debut no es nada comparado con el que yo me he hecho a mí mismo todos los días, sin dejar de apretarme"

P. ¿Puede decirse que, salvando las distancias y en un toque de humor que, hablando contigo, no puede faltar, lo que te pasó fue lo más parecido a sufrir un marcaje al hombre de Zuhaitz Gurrutxaga?

R. Pues sí. El marcaje que me he hecho y aún me sigo haciendo a mí mismo es el más asfixiante. Si quieres, el marcaje de mi mente a mí o de mí a mi mente. El marcaje que le hice a Hasselbaink en mi debut no es nada comparado con el que yo me he hecho a mí mismo todos los días, apretándome, apretándome, apretándome... El humor es lo que hace que sueltes un poco ese marcaje.

placeholder Zuhaitz Gurrutxaga y Ander Izagirre, con Anoeta al fondo. (EFE/Juan Herrero)
Zuhaitz Gurrutxaga y Ander Izagirre, con Anoeta al fondo. (EFE/Juan Herrero)

P. El hecho de que Subcampeón sea un libro escrito con un gran sentido del humor no impide que sea el reflejo de lo mucho que sufriste, paradójicamente haciendo y consiguiendo lo que más te gustaba y soñabas. Cómo se gestiona esa contradicción, porque no tiene que ser nada fácil que tu gran sueño sea al mismo tiempo tu peor pesadilla...

R. Se gestiona fatal. Soy jugador del primer equipo de la Real Sociedad y me asusta salir al campo. Empiezo a preferir estar en el banquillo a jugar y que los jueves, cuando reparten los petos de titulares, me den el de suplente. Pero después estoy sentado en el banquillo y sé que si sigo ahí muchos partidos, el año que viene no tengo contrato. Por lo tanto, también me conviene jugar, pero no quiero... Era un bucle desastroso. Ya que estoy aquí, quiero mantenerme, pero no te ves capaz. Estás en Primera y con un buen sueldo, pero si no estás, ¿a dónde voy?

"Soy jugador de la Real y me asusta salir al campo. Empiezo a preferir ser suplente, pero estoy en el banquillo y me conviene jugar..."

P. También aprovechas para pedir en repetidas ocasiones disculpas a los aficionados de la Real. ¿No crees que si leen Subcampeón entenderán por qué dices lo que dices? Porque lo dejas claro...

R. Al comienzo del libro digo que la temporada del subcampeonato "cada vez que la Real ganaba, y ese año ganaba un domingo sí y otro también, todas las personas a mi alrededor lo celebraban, pero yo era incapaz de alegrarme". Este comentario, sacado de contexto, es normal que pueda no ser entendido por un aficionado de la Real. Me alegra escucharte que si lees el libro queda claro. Y es que pido disculpas, no por haber jugado mal o meter goles en propia puerta, sino por haber sentido algo que tanta vergüenza me ha dado. Claro que una cosa es que yo sintiera eso y otra que hiciera algo para que ocurriera. Por suerte, eso nunca pasó. Creo que fui muy profesional entrenando y, cuando me sacaban, jugando. Era ese sentimiento el que me ha avergonzado hasta que lo he contado y he podido relajarme.

P. ¿Te han llamado ya muchas personas para decirte que ahora entienden algunas cosas de las que hacías y por qué te comportabas como te comportabas?

R. Hemos tenido feedback positivo sobre el libro, pero todavía no he tenido tiempo de comprobar lo que dices. Sé que el fútbol es tan pasional que entendería que algún aficionado llevado por esa pasión le parezca que son excusas. Pero, como digo, como tampoco hice nada para que la Real no fuera campeona, estoy tranquilo.

"Hay gente de la que hablo con nombres y apellidos y por eso lo que más me ha preocupado es cuidar esto para no molestar a nadie"

P. En cuanto a tus compañeros, aunque lo haces con respeto, en Subcampeón revelas muchas interioridades de vestuarios y hablas de entrenadores como Toshack, Clemente, Denoueix e incluso Bielsa... ¿Crees que alguno se podrá molestar?

R. Precisamente lo que más me ha importado en este libro ha sido cuidar esto. Lo que más he tenido que pedirle a Ander es que entendiera que yo no puedo romper ciertos códigos y, aunque sea de risa, no quiero hablar mal de nadie. De mí me puedo reír, pero, por ejemplo, cuando hablo de Mathias Asper y lo mal que nos fue a los dos el comienzo de temporada, Ander escribió que fue "un portero que se comió 18 goles en seis partidos" y yo le dije, Ander, ostras, no vamos a poner se comió, vamos a poner encajó. Esto es lo que más me ha costado, porque hay gente de la que hablo con nombres y apellidos y no me gustaría que ninguno se molestara.

placeholder Xabi Alonso, en su regreso a Zubieta como entrenador del Sanse. (Foto Real Sociedad)
Xabi Alonso, en su regreso a Zubieta como entrenador del Sanse. (Foto Real Sociedad)

P. En tu caso, el vestuario no solo fue sagrado, como suele decirse, sino da la sensación de que también fue tu mejor refugio. ¿Estás agradecido a tus compañeros y en cierto modo les debías una explicación?

R. Sí, fue un refugio y por eso me sale una sonrisa cuando en el libro hablo del año del subcampeonato, en el que yo no jugué nada, pero se ve que era un vestuario espectacular, con compañeros que también fueron mis aliados. Les expliqué mi historia y ahí estuvieron. Por ejemplo, Igor Gabilondo, que me dosificaba el jabón en las duchas porque yo era un yonqui del jabón. Igor sabía mi historia, pero muchos otros no. De ahí que cuente que insulté a Xabi Alonso por tirarme una camiseta sudada a la espalda y, aunque quizás él ya ni se acuerde, supongo que ahora entenderá por qué lo hice. Como el resto de compañeros que pensarían '¡vaya pedrada tiene Gurru!'. Sí, era una pedrada, pero no tan graciosa como puede parecer.

"Insulté a Xabi Alonso por tirarme una camiseta sudada y, aunque quizás él ya ni se acuerde, supongo que ahora entenderá por qué lo hice"

P. Lo que queda claro es que siempre has utilizado el humor como arma para disimular lo que te sucedía...

R. Por un lado, como decíamos antes, me servía para relativizar mis trastornos mentales, pero también para esconderlos. Las cosas que hacía con el TOC eran tan absurdas, que creo que la creatividad que he podido desarrollar después para mis trabajos surgió entonces. Buscaba excusas o mentiras para esconder lo que me pasaba y muchas veces la manera de hacerlo era con un chiste sobre ello. Lo hacía para hacer gracia, sí, pero en realidad porque lo necesitaba.

"Buscaba excusas o mentiras para esconder lo que me pasaba y muchas veces la manera de hacerlo era con un chiste sobre ello"

P. Con permiso de Ander Izagirre, eres un futbolista escribiendo un libro, cuando la mayoría, o eso dicen las malas lenguas, apenas han leído uno…

R. Estaría feo decir que yo he sido un gran lector, porque no es así, pero utilizaría este asunto como chiste para mis monólogos. El otro día mandé un mensaje en un grupo de WhatsApp de un equipo en el que estuve para que supieran que habíamos publicado un libro. Seis o siete dijeron que se lo iban a comprar. Ya te digo que de esos seis o siete, cinco llevan veinte años sin leer un libro. Bueno, igual hago que los futbolistas empiecen a leer libros o al menos este en concreto.

"Seis o siete excompañeros de un equipo me dijeron que iban a comprar mi libro, pero ya te digo que cinco llevan veinte años sin leer uno..."

P. Bueno, si el tuyo tampoco lo quieren leer, al menos que lo compren, ¿no?

R. Sí, eso lo dice mucho Ander. Lo importante es que lo compren, que lo lean ya da igual.

P. Una pregunta complicada: ¿crees que de no haberte pasado lo que te pasó podrías haber llegado más lejos, principalmente en la Real, pero también en la Selección, a la que empezaste a ir desde muy pequeño?

R. Nunca lo sabremos, pero sinceramente no lo creo. Pienso que mi salud mental no condicionó mi carrera, sino que mi carrera condicionó mi vida y me llevó a sufrir todo esto. Supongo que no estaba preparado para ser jugador de elite, por lo menos a esa edad, y que nunca lo hubiera estado.

"Sinceramente, no creo que hubiera llegado más lejos. Mi salud mental no condicionó mi carrera, sino que mi carrera condicionó mi vida"

P. Aún y todo tu carrera fue de 15 años, aunque quizás fue en dirección contraria a la del resto. Es decir, de más a menos, con todos los respetos para los clubes a los que fuiste tras dejar la Real.

R. Fue así y punto. Cuando empecé a hacer monólogos, teatro o televisión, un veterano presentador de la ETB me dijo: 'Cuidado con esto, que de pronto estás arriba y cualquier día no te conoce nadie'. No se lo dije, pero lo pensé. Estate tranquilo, que yo con 22-23 años en seis meses pasé de estar en un equipo como la Real que jugó la Champions después de haber sido subcampeón de Liga a estar de suplente en un equipo de Segunda B.

"Con 22-23 años, en seis meses pasé de estar en un equipo como la Real que jugó la Champions a estar de suplente en un equipo de Segunda B"

P. Es decir, que curtido estás...

R. Si sobreviví a aquello, creo que podré sobrevivir a otros fracasos. La parte buena es que mi salida del fútbol fue escalonada, progresivamente hacia abajo. Más miedo me da la gente que lleva 20 años en Primera y por la edad lo tiene que dejar. Me imagino que es como un abismo. A mí me sirvió de cara a mi nueva carrera, que puede ser igual de picadora de carne, pero me la tomo con mucha más relatividad.

"Aquel subcampeonato de la Real fue excepcional. Si aquella vez no quería que ganara la Liga, ahora estoy deseando que gane la Champions..."

P. Una pregunta de actualidad. Tú que fuiste subcampeón con la Real, pero antes viviste varias temporadas luchando por no descender, ¿cómo ves el momento actual del equipo y del club en general?

R. Lo de aquel año del subcampeonato fue algo excepcional, pues de hecho después se acabó descendiendo. Sin embargo, ahora se llevan unos años de gloria, en los que parece que puede ser algo constante y no solo en lo referente al primer equipo, sino desde las categorías inferiores y a nivel de club. Siempre puede haber un bajón, pero parece que esta Real ha llegado para quedarse. Si aquella vez no quería que la Real ganara la Liga, ahora estoy deseando que gane la Champions...

P. De las muchas anécdotas que cuentas, hay una sobre que jugaste en Wembley con unas botas Marco… ¿Crees que el fútbol ha perdido esa parte de romanticismo y eso explica que ahora tenga menos encanto?

R. Sí, pero no sé si es un tema de nostalgia e igual dentro de veinte años dirán lo mismo del fútbol de ahora que a algunos se nos hace demasiado moderno. Por cierto, no sé si las Marco se siguen fabricando, porque igual podíamos buscarnos un pequeño patrocinio...

"Ahora hay psicólogos en todos los clubes, pero sabiendo todo lo que sé, tengo dudas de lo que haría. Quizás pedir ayuda externa"

P. Por contra, dentro de las muchas mejoras que ha tenido el fútbol está el papel del psicólogo, algo que en tu caso no tuviste…

R. Es evidente que en este tema se ha avanzado mucho. Ahora hay psicólogos en todos los clubes y antes he comentado el tema de Camarasa. Pero yo mismo me pregunto si me atrevería a contarlo, sabiendo que va a condicionar mi carrera. No sé si se lo diría a Imanol, como entrenador, a Jokin Aperribay, como presidente, o al psicólogo... Porque lo que necesitas es parar y me parece complicado. Sabiendo todo lo que sé, tengo dudas de lo que haría. Quizás pedir ayuda externa y no involucrar al club.

"¿Iniesta? Comparado conmigo, imagínate el grado de presión que tenía en el Barcelona, la Selección española, Mundiales, Eurocopas..."

P. Quizás el caso más extremo de los que se han conocido en el fútbol español sea el de Andrés Iniesta...

R. Es que yo estoy hablando a escala de Gipuzkoa, de la Real, un club del que yo siempre he escuchado que destaca por la tranquilidad. El otro día vi en un supermercado a Mikel Oyarzabal, al que no quise saludar por si no me reconocía, y durante veinte minutos nadie se acercó a decirle nada. Imagínate un Iniesta a ese nivel de presión en el Barcelona, la Selección española, Mundiales, Eurocopas... Además de mucho talento, tienes que tener algo innato para soportarla. Yo siempre digo que para triunfar en el fútbol hay que ser más maduro de lo que te toca ser en ese momento o ser un inconsciente y no darte cuenta de la responsabilidad que te echan encima. Xabi Alonso, por ejemplo, a los 18 era un señor mayor. Cómo se plantaba en el campo, en la sala de prensa...

Un Xabi Alonso que cuando lea Subcampeón —y él, como buen lector que es, a buen seguro que lo hará— entenderá por qué un día Gurru le gritó "¡pero tú eres gilipollas!" por tirarle una camiseta sudada. No era una pedrada, sino unos trastornos mentales que, como comentábamos al principio, quizás impidieron al elgoibartarra triunfar en el fútbol, aunque no en la vida. Segi aurrera, Zuhaitz.

Con 19 años, Zuhaitz Gurrutxaga (Elgoibar, Gipuzkoa, 1980) cumplió el sueño de su vida: debutar en Primera con su equipo, la Real Sociedad, con la que llegó a ser subcampeón de Liga en la temporada 2002-2003 junto a los Aranzabal, Xabi Alonso, Aranburu, Karpin, De Pedro, Nihat y Kovacevic. Para entonces había sido campeón de Europa Sub 16 y bronce en el Mundial Sub 17 con la Selección española, en la que coincidió con dos históricos como Iker Casillas y Xavi Hernández.

Xabi Alonso LaLiga EA Sports Andrés Iniesta Depresión
El redactor recomienda